Cataluña concentró en 2018 un tercio de las detenciones por yihadismo de toda España

Por el contrario, en los otros focos de radicalidad, Madrid, Ceuta y Melilla, no hubo arrestos

La presión policial contra el islamismo violento continúa Efe

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Conviene tomar perspectiva del yihadismo y su evolución más allá de las operaciones puntuales y las peripecias de los sospechosos para apreciar, por ejemplo, que la práctica totalidad de las detenciones acaban en condena. En 2018, se dictó sentencia respecto a 40 individuos y solo 3 resultaron absueltos. O también para comprobar que las investigaciones de los Cuerpos de Seguridad españoles se traducen ya en más detenciones de yihadistas en el extranjero que dentro de nuestras fronteras . Veintinueve frente a 32 el año pasado, una cifra récord esta última que se tradujo en capturas en Brasil (16); Francia (11); Marruecos (3); Colombia y Turquía.

Sobrevolar el fenómeno y extraer conclusiones que lo expliquen un poco mejor es la tarea que por cuarto año consecutivo ha desarrollado el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo con sede en Vitoria, lo que ha dado lugar a un balance que también certifica que hay cosas que no cambian. Entre ellas, que la mayoría de los arrestados en 2018, como en 2017, tenían nacionalidad marroquí -17 del total, un 58,6%- y que Cataluña continúa siendo el epicentro de la nebulosa de la yihad en nuestro paí s. No en vano, dentro de su territorio fueron atrapados durante el pasado ejercicio 10 sospechosos relacionados con el islamismo violento, lo que representa más de un tercio del total, en concreto el 34,4%. Tradicionalmente, le han seguido en el ránking Madrid, Ceuta y Melilla, enclaves donde en 2018 no hubo ningún arresto de esta naturaleza. Un repaso al conjunto de 2018 sirve también para diferenciar a los más peligrosos de entre los capturados en España, y en ese sentido el informe apunta a tres indivudios que estaban en disposición o directamente preparando su viaje a zonas de conflicto más un cuarto hombre catalogado como un retornado de Siria, donde había estado combatiendo, «lo que acredita su voluntad terrorista».

Al margen de estos casos, el Memorial evidencia que las detenciones continúan obedeciendo a delitos considerados de baja intensidad, esto es, una de cada tres tiene que ver con acciones de propaganda y el enaltecimiento del terrorismo. Convertidas en acusación formal, estos delitos llevaron al banquillo en 2018 a 20 de las 43 personas que fueron juzgadas a lo largo del año. Otras veinte tuvieron que responder por integración en organización terrorista y el resto por colaboración o amenazas.

De igual modo, el Memorial de las Víctimas hace mención especial a las operaciones policiales de especial significado ejecutadas durante 2018. A saber, una investigación de la Guardia Civil que desembocó en la localización en Panamá de un servidor que albergaba «buena parte de las actividades propagandísticas» del autodenominado Estado Islámico, pista que llevó a una red más amplia que se extendía por Bulgaria, Canadá, EEUU y Francia, entre otros.

El documento también señala dos grandes actuaciones contra los aparatos de financiación, una de las cuales se activó contra una organización que mercadeaba con antigüedades procedentes de Libia, mientras que la otra involucró a cuatro ciudadanos sirios encarcelados por tráfico de drogas, con lo que obtenían recursos para la yihad.

Con todo, de 2018 es imposible obviar la Operación Escribano que la Benemérita desplegó en octubre en diecisiete cárceles españolas, donde se detectó el germen de un «frente yihadista» cuyo objetivo hubiera sido la recluta de voluntades para la causa violenta. Se tomó declaración a 25 reos, entre ellos dos condenados por el 11-M y el líder de una célula desmantelada en 2005 que pretendió atentar contra la Audiencia Nacional.

ETA, traslados y entregas

El balance de 2018, el año en que ETA se dio a sí misma por finalizada, hace capítulo separado de todo lo referente a la banda, sobre cuyos presos destaca el traslado en la segunda mitad del año, -por tanto, con Pedro Sánchez en La Moncloa- de 17 de ellos.

Asimismo, el Memorial especifica que Francia entregó a España a 15 etarras, entre ellos al antiguo jefe militar de los pistoleros Mikel Aspiazu, «Txeroki», traído de forma temporal para un juicio aunque finalmente está cumpliendo condena en nuestro país.

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