Ripoll, la «cuna» de Cataluña despierta convertida en nido de yihadistas

Estupor e incredulidad entre los vecinos al conocerse los detalles de la investigación

En el mapa del yihadismo en Cataluña nunca antes había aparecido Ripoll, un tranquilo municipio de tamaño medio (10.583 habitantes) en la falda del Pirineo catalán. Tampoco había aparecido nunca su nombre por ningún otro motivo destacado más allá de las noticias puntuales sobre la restauración de su espectacular monasterio románico (S. IX) o, de manera más reciente, por el hecho de contar con una bellísima obra del estudio de arquitectura galardonado con un premio Pritzker.

Es por ello que Ripoll, en parte por la austeridad del carácter de los pueblos de interior, no lleva muy bien haberse convertido en foco de atención mundial por ser el municipio donde se formó el núcleo de la célula yihadista responsable de los atentados de Barcelona y Cambrils.

Estupefactos por las noticias que se han ido conociendo, todos quienes en Ripoll trataron con los cinco vecinos ahora señalados como terroristas no salen de su asombro . Toda la atención se centraba ayer en el bloque de protección oficial de la calle Santa Magdalena número 9 donde vive Younes Abouyaaqoub , ahora mismo en busca y captura y del que se sospecha que podría ser el autor material del atropello de Barcelona. De hecho, ayer se tuvo conocimiento de que por la presión de estos días, su familia había abandonado el domicilio , uno de los nueve de Ripoll en los que los mossos han practicado registros desde los asesinatos del jueves por la tarde y noche.

Sobre 500 musulmanes

Con una población de 11.000 habitantes y un 10% de inmigración (la mitad de la cual de origen musulmán), Ripoll responde de manera bastante aproximada a un perfil demográfico común en otros pueblos del interior de Cataluña con cierta robustez empresarial, fruto de una temprana industrialización. Población local muy enraizada en el territorio y una inmigración con distintos grados de integración : escasa en las primeras generaciones, sobre todo por las dificultades con el idioma, casi completa en las segundas.

A este último grupo pertenecen los hermamos Driss y Moussa, así como Said, Mohamed o Younes –el primero detenido, los tres siguientes abatidos en el atentado de Cambrils, y el último huido–, todos muy jóvenes, escolarizados en el sistema de enseñanza pública (escuela Abat Oliba), partícipes en mayor o menor grado de la vida comunitaria, de costumbres totalmente asimilables a las locales y en la mayoría de casos sin acudir, que se sepa, o al menos de manera esporádica, a alguna de las dos mezquitas de Ripoll, la de la vecina calle Progrés y la de la calle Sant Antoni. Esta última, de más reciente creación, y motivo en su momento de quejas vecinales . Precisamente ayer, un nuevo impacto, al conocerse el registro del que había sido imán en Ripoll, Abdelbaki Es Satty, a quien se señala como posible líder de la célula.

Respecto a los jóvenes, el tono de algunos vecinos no sale del asombro. «Todos forman parte de un grupo de jóvenes bastante conocido tanto en Ripoll como en Ribes de Fresser, y no precisamente por su radicalización», explica Rafael a ABC, vecino de de la primera localidad y aún sin poder creerse lo que ha sucedido. Sin querer asumir las evidencias que han ido exponiendo los Mossos, alimentaba incluso cierta teoría conspirativa : «Me cuesta mucho creer que un chaval de 17 años –en alusión a Moussa, cuando aún se creía que podía ser el conductor de la camioneta–, que hace apenas una semana estaba dándole al balón en un parque, con la bici arriba y abajo, sea responsable de esto».

De hecho, todos quienes les han tratado relatan la «normalidad» de unos jóvenes que, como otros de Ripoll, sean o no inmigrantes, trataban de abrirse paso con más o menos fortuna en el mercado laboral. Muchos de ellos por ejemplo acudían al centro de la Generalitat donde se ofrecen consejos de inserción laboral o se imparten talleres formativos. Tanto allí, como en su barrio, no se explican lo sucedido si no es por un proceso de radicalización que necesariamente tuvo que ser muy rápido. «Hasta hace nada estaban por aquí como si nada», añaden en Ripoll.

A esta visión incrédula se añade también cierto reproche . Muchos en el pueblo no esconden su malestar por el hecho de que ellos y sus familias han sido beneficiarios de servicios sociales, empezando por los pisos de protección oficial en los que viven todos ellos. Un malestar con sordina, no verbalizado de manera gruesa, por ver cómo unos jóvenes a los que se ayudó y se hizo un esfuerzo por integrar, hayan correspondido de la peor manera. Reproche duro en cualquier caso en una población con un sentimiento identitario muy fuerte, donde el esfuerzo por integrarse por parte de los venidos de fuera es un asunto que se tiene muy en cuenta. Ripoll, con el título oficioso de «cuna de Cataluña» –en su monasterio está enterrado quien se considera su fundador, Guifré el Pilós– está gobernada por el PDECat, y en la oposición se cuenta a ERC, la CUP y un edil de una marca del PSC. Abrumadora mayoría independentista.

Grupo de amigos

Una visión más condescendiente la relatan sus vecinos más directos cuando se pregunta por Younes Abouyaaqoub y el resto de integrantes de la célula. Tal y como señalaba Mohamed Benaali , vecino del bloque de pisos donde vivía, todos pertenecían al mismo grupo de amigos y, a menudo, por las tardes se reunían en un parque cercano al edificio para jugar al fútbol.

Entre la sorpresa y la indignación , lo que sí tienen claro todos los vecinos es que ya nada será igual para la comunidad musulmana, menos aún para las familias de los terroristas. Tampoco para el conjunto de Ripoll, a su pesar, en el mapa ya para siempre.

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