Once dïas despues casi la mitad de las calles de Madrid siguen sin estar limpias. El rastro de Filomena se ha quedado incrustado en el corazón de la capital. Basura, árboles caídos, queda mucho trabajo por hacer aún para volver a la normalidad. La larga resaca de la nevada del siglo ha cambiado la vida de los madrileños.
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