La Barcelona triste de Ada Colau

Colau heredó una Barcelona próspera, alegre, abierta al mundo, y se presenta a las elecciones con una ciudad parada, que duda de sí misma y sin ninguna expectativa estimulante para proyectarse hacia el futuro

Imagen de una calle del Raval, barrio barcelonés donde ha repuntado la inseguridad INÉS BAUCELLS \Video: Iglesias dice que Colau es la "garantía" de la izquierda
Salvador Sostres

Esta funcionalidad es sólo para registrados

«Hay algo que en cualquier país civilizado sería imposible y lo vi el viernes en Barcelona. Eran seguidores de Ada Colau pegando sus carteles en las paredes de edificios municipales, donde la la propaganda electoral está prohibida. Y aunque su lema es «Alcaldessa!», no es verdad. Ha querido serlo, pero no ha pasado de ser una activista . En los últimos cuatro años Barcelona no ha tenido «una gestora que quisiera mejorar la sociedad sino una activista que ha querido cargarse el sistema». Lo afirma Manuel Valls , que pone otro ejemplo para culminar su argumento: «Ni una sola vez en sus cuatro años la señora Colau ha visitado la SEAT, que es la empresa más importante de Barcelona, no sólo por el número de trabajadores y de jubilados que genera, sino por lo que invierte en investigación sobre ecología y movilidad. Esta clamorosa ausencia explica su relación con la empresa, con el medio ambiente y con la movilidad, que son aspectos fundamentales en cualquier ciudad, pero que como ella es una activista antisistema y no le sirven para su revolución, pues no le interesan y no los atiende».

Ernest Maragall , que engrasó la maquinaria que sostuvo el tiempo como alcalde de su hermano Pasqual, y que ahora se presenta por Esquerra, cree que «Colau gobierna desde un dogmatismo maniqueo y estéril que no sirve para gobernar la ciudad y usa el Ayuntamiento para su propaganda y sin ser capaz de realizar nada concreto». En este mismo sentido, Josep Bou, el candidato del Partido Popular, recuerda que la alcaldesa prometió que con ella se acabarían los desahucios y sólo en 2017 se realizaron 2.591.

El alcaldable socialista, Jaume Collboni, resume que «la obra de gobierno no ha funcionado. Puede que algunas de sus intenciones fueran buenas, pero la ciudad está peor que hace cuatro años» . Collboni también denuncia que «Colau sido la muleta de los independentistas, les ha escrito el relato entero, llegando a poner el lazo amarillo en el balcón del Ayuntamiento. De hecho, rompió un gobierno de izquierdas para supeditar la ciudad al independentismo».

Para todos los candidatos, la economía, la relación con los barrios y la seguridad son los tres grandes fracasos de Colau como alcaldesa.

Economía

Josep Bou lamenta que la alcaldesa «haya expulsado las inversiones turísticas de Barcelona» . Maragall opina que «no ha sabido desarrollar un modelo de turismo para la ciudad» y Valls le critica que «llame a los turistas plaga de langostas y no permita construir nuevos hoteles. Tal vez esto en su mentalidad antisistema pueda parecerle muy de izquierdas, pero es un ataque a la clase media y media baja, que son los que se benefician del tipo de puestos de trabajo que el turismo genera. Lo que hace Colau contra el turismo es poco inteligente para Barcelona y muy perjudicial para los barceloneses más necesitados, a los que les resta posibilidades de encontrar un empleo». Sobre el caso concreto del top manta , Collboni acusa a la alcaldesa de ser «una hipócrita. El top manta es inadmisible desde el punto de vista de la izquierda, porque si como Colau dice, los manteros son un sindicato, ¿quién es su patronal? ¿Las mafias que les explotan? Y luego, claro, hay que proteger a los comerciantes que pagan sus impuestos».

Barrios

Collboni da la cruda cifra: «De las inversiones previstas, Colau sólo es capaz de presentar hoy un 6% de obra acabada». Valls concreta que «a Nou Barris no ha vuelto desde que ganó» , y que «no se ha preocupado de la gente que la hizo alcaldesa, ni conoce sus problemas, ni sabe cómo solucionarlos. No ha sido una alcaldesa trabajadora, más bien todo lo contrario».

Seguridad

Maragall le reprocha a Colau un dogmatismo excesivo que ha acabado degradando la ciudad también en materia de seguridad: «Esto del poli malo y el mantero bueno es ridículo, y falso». Collboni cree que «Barcelona ha vuelto a los años 80: uno de cada cuatro barceloneses ha sufrido un delito por culpa de una alcaldesa acomplejada que no entiende que la seguridad es de izquierdas, es una política social que sobre todo ayuda a los barrios más pobres» . Valls da dos datos: «Según el Ministerio del Interior, somos la ciudad con más delitos de España y según el CIS la seguridad es lo que más preocupa a los barceloneses».

Vivienda

Todos los candidatos le recuerdan a Colau que «prometió 8.000 viviendas en 4 años y sólo ha entregado 700 llaves» , y que mientras tanto «hay en Barcelona 80 solares abandonados, convertidos en parkings públicos o inutilizados por la vegetación salvaje». Maragall añade que, además, «el precio del alquiler ha subido y más rápidamente que nunca». Collboni aporta el contexto de que el último alcalde socialista de Barcelona, Jordi Hereu, «construyó 4.000 viviendas en cuatro años».

Colau heredó una Barcelona próspera, alegre, abierta al mundo, y se presenta a las elecciones con una ciudad parada, que duda de sí misma, insegura y sin ninguna expectativa estimulante para proyectarse hacia el futuro.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación