El tío del asesino de Pioz se encara con él: «¿Cómo has hecho eso con Marcos?»

«Deja a la niña en la calle que se muera o se la lleven», le dijo Patrick a su tía Janaina

Campos Nogueira declara en el juicio por el crimen de Pioz, ayer EP

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Walfran Campos cambió los pañales a Patrick Nogueira , el hijo de su hermana Soraya; lo cuidó para que ella y su cuñado salieran, jugó con él al fútbol, le presentó a sus amigos y convenció a Marcos, su otro hermano, para que le acogiera en su casa cuando Patrick vino a Madrid. Ayer, dos años después de ver con sus ojos (en fotografías) la carnicería que cometió con su familia en el chalé de Pioz, Walfran se encaró con su sobrino en la Audiencia de Guadalajara:«¿Cómo has hecho eso con Marcos? Él era bueno. Hazlo conmigo», le retó después de llorar, enfadarse, alzar la voz y dirigirse al acusado, lo que provocó que la juez le reconviniera en varias ocasiones. Nada más entrar en la Sala preguntó alterado: «¿Dónde está Patrick? ¿Por qué lo hiciste?» y resumió lo que sentía con dos palabras «una gran decepción». El acusado de cuatro asesinatos, esposado y vestido de gris de la cabeza a los pies, no le sostuvo la mirada ni un segundo e, incluso, tuvo un amago de lágrima, que no llegó a asomar, cuando su tío acabó de arremeter contra él.

«Era como mi hermano»

Campos, que ejerce la acusación particular contra su sobrino, dibujó un completo retrato familiar desde la infancia del acusado hasta el crimen. Admitió que su hermano Marcos solo le habló de los problemas de convivencia tres o cuatro días antes de morir. «Me dijo: Patrick no es el mismo que conocimos en Brasil; cambió mucho, no me respeta, no me obedece, se ducha durante una hora; no limpia nada; mi mujer le pide que baje la basura y le contesta que no es su empleado».

Sin dejar de mirar a su sobrino, el testigo aseguró que Patrick era como su «hermano pequeño», que Marcos y él le cambiaban los pañales, que era un niño « amoroso y cariñoso », y que por eso le defendió y se negó a creer «que hiciera eso» (los asesinatos de su familia). «Llevo dos años sufriendo como un loco. ¿Cómo nos traicionó? Mi madre está como muerta», dijo.

El hermano de la víctima y tío del asesino negó que Marcos le comentara algo sobre una sospecha de relación entre su mujer, Janaina Santos, y su sobrino. «Marcos era mi hermano, el menor. Era feliz. Era muy amoroso con sus hijos y con su mujer», recordó emocionado. Había vivido con ellos en Murcia en 2013 y estaba planeando volver a residir con ellos en la casa de Pioz. Dos compañeros de trabajo de Marcos contaron a la Sala que estaba preocupado porque vio un mensaje de móvil de Janaina a una amiga en el que le decía que Patrick «estaba bueno».

En su prolijo relato, el testigo narró la sorpresa de la familia cuando Patrick apuñaló a su profesor a los 16 años. A raíz de ese episodio su madre lo puso en tratamiento psicológico. «Mi hermana me dijo que no tenía nada, que estaba perfecto y que el médico le había dado el alta». Walfran y todos los testigos que conocían a Nogueira desmontaron la tesis de la defensa de que sufra algún tipo de enfermedad, que vea sombras o que haya sufrido un traumatismo craneoencefálico. Si le ocurrió alguno de esos males, nadie de su entorno lo sabía.

Su tío también confirmó que Marcos se fue a Pioz porque quería una casa mejor para ellos y para recibir a su familia y a la de Janaina, que iban a viajar a España en diciembre. Según él a Patrick no lo dejaron tirado; fue él el que no quiso ir. « Yo no voy para aquel infierno , yo me quedo con mi fútbol», le dijo. Luego cambió de idea y decidió que sí iba a vivir con ellos.

«Mi hija tenía miedo»

El hermano gemelo de Janaina, Gunter Santos, que también está personado como acusación, relató un episodio espeluznante que le contó su hermana. «Una vez estaban en la casa, llovía, hacía mucho frío y María (la niña) lloraba. Patrick le dijo a mi hermana: Deja a la chica en la calle, que se muera ahí o que los gitanos se la lleven. Para nosotros fue un absurdo y le aconsejamos que no se quedara más con Patrick». Este testimonio fue corroborado por su padre y su hermana, que declararon por videoconferencia desde Brasil. Los tres coincidieron en que les preocupó mucho enterarse de que Patrick había apuñalado a un profesor porque eso suponía que era una persona «peligrosa». El padre de Janaina fue más allá. «Mi hija tenía miedo de Patrick y yo le dije que volviera a Brasil».

De los 31 testigos previstos ayer, declararon 24, en una jornada intensa y cargada de argumentos. La compañera de piso de Patrick durante mes y medio, en Alcalá de Henares, contó que al volver de vacaciones –un día después de los asesinatos– se encontró con una persona distinta. « No me hablaba y no salía de la habitación . Antes salíamos juntos, íbamos al gimnasio...» Contó la testigo que estaba obsesionado con su tío:«Si venía alguien a mi casa, le hablaba de su tío. Decía que lo había dejado tirado y lo insultaba». El día que se despidieron, Patrick le hizo llorar: «Me dio un abrazo y me dijo que no lo iba a volver a ver».

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