«El Aquarius no tendría que haber venido a España»

Óscar Camps, fundador de la ONG Open Arms, detalla cómo el Gobierno de Pedro Sánchez ha intentado neutralizarles por miedo a Vox

Óscar Camps, esta semana en Madrid José Ramón Ladra

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«Nosotros advertimos al Gobierno de Mariano Rajoy de que eso iba a ocurrir.... Italia quería que el Open Arms, puesto que tenemos bandera española, quedara desamparado en medio del mar con 300 personas para que tuviera que ser enviado a España y compartir con España el programa migratorio. Lo que fue el Aquarius íbamos a serlo nosotros. Lo hablé con la Fiscalía y me dijo que ni se me ocurriera meterme en algo así, avisé al secretario de Estado de Seguridad. Pero hubo la moción de censura, me quedé sin interlocutores en el Gobierno y pensé... ahora me va a pasar y no saben nada. Así es que decidí parar el barco en Castellón y cuando se nombra a la ministra de Justicia, ella tiene un primer acto en Valencia y yo voy corriendo a explicarle lo que iba a pasar. Me dijo que hablaríamos en Madrid a la semana siguiente. Pensé: son un gobierno progresista y lo van a entender mejor. Pero es que no tuve acceso a nadie... Yo adelanté las inspecciones y saqué el Open Arms del agua y por eso le ocurrió al Aquarius. El Aquarius no tendría que haber venido a España, se tenía que haber quedado 20 día en el mar esperando hasta hacer cumplir la ley a Italia» . El relato de hechos es de Oscar Camps, fundador de la ONG propietaria del barco humanitario que este agosto soportó tres semanas en aguas italianas con 160 rescatados a bordo hasta lograr que la justicia del país alpino obligara a designarles puerto. Una vigilia angustiosa, con amagos de motin incendiados por la desesperación, durante la que el Ejecutivo de Pedro Sánchez no hizo el menor movimiento para ayudar a una nave cuyo pabellón y parte de la tripulación eran españoles.

Las elecciones generales habían sido en abril, con victoria del sanchismo, que por entonces no tenía más tarea que dejar transcurrir el verano para forzar la vuelta a las urnas. «Yo creo que les pilló a todos de vacaciones, la cuestión es que nos dejaron a merced del caprichoso Salvini» , en ese momento ministro del Interior italiano y paradigma de la xenofobia europea, reflexiona Camps. Y añade que la inacción del Ejecutivo de Sánchez respondía a la misma pulsión por la que en enero les inmovilizaron el Open Arms en el puerto de Barcelona: el miedo a Vox.

«Entonces nos bloquearon diciendo que no teníamos licencia para pasajeros... el derecho marítimo dice que los náufragos no ocupan plaza de pasajeros ni de tripulantes. Pero su intención no era tener razón sino paralizarnos durante toda una campaña electoral , porque rescatar y hacer ruido con el tema de los inmigrantes era alimentar a Vox, a la extrema derecha. Y como no dábamos votos, lo mejor era que nos estuviéramos quietos, sino era por las buenas, por las malas».

Al fundador de la ONG no le cabe duda de que la intención de La Moncloa ha sido dejarles fuera de juego, incluida la intimidación de una multa de un millón de euros por rescatar que sigue viva. «Tres jueces resolvieron que no habíamos hecho absolutamente nada... si jurídicamente no incumplimos, ¿para qué se nos difama ?. Tener toda la maquinaria mediática de un gobierno en contra no es agradable... lo hacen para generar una pátina negra y que no nos lleguen donaciones. La única manera de parar el Open Armas es que no haya donantes, tenerlo en funcionamiento cuesta 7.500 euros al día».

La ONG, recuerda, se financia en un 90% de donaciones privadas y el otro 10% de aportaciones de entidades públicas ayuntamientos o diputaciones, lo que les permite sostenerse «de forma independiente y no tener que reírle las gracias a nadie». Y también poder decir por ejemplo, que «realmente, –recuerda– tuvimos más contactos con el Gobierno del PP que del PSOE a día de hoy , contactos contiguos, con Interior, con migraciones, hasta con la Fiscalía General... nos cogían el teléfono, nos reuníamos con cualquier ministerio. Te escuchaban».

Tiene Camps también la libertad de expresar su convicción de que, cuando la situación del barco el pasado agosto frente a las costas de Lampedusa era ya insostenible , Sánchez envió a la Armada para llevarse el Open Arms y de nuevo intentar quitarles de enmedio. «Intuimos que cuando mandaron el buque militar era para remolcarnos a España... ¿Un barco tan grande para recoger 15 personas?». No pudo ser porque el fiscal italiano se incauto del Open Arms «como prueba, porque denunciamos que se había cometido un secuestro contra nosotros y retenido a 160 personas de forma inhumana». El resultado es que el «Audaz del Ejército», a 13.000 euros diarios estimados en gastos, se volvió igual que había ido, con el añadido de que ni siquiera pudo entrar a puerto porque, para estupor de las autoridades italianas, siquiera cabía.

Camps no opina de la política migratoria que está aplicando este Gobierno, que ha reducido en 2019 las entradas irregulares por mar a la mitad a base, entre otros, de poner el rescate de pateras previo pago por parte de la UE en manos de Rabat, que lleva a magrebíes y subsaharianos de vuelta a África. «No soy un político –dice– me dedico a preservar el derecho a la vida» . Sí denuncia que Europa está «financiando campos de exterminio en Libia» , donde «no les gasean, pero no les dan de comer ni beber» hasta que mueren, y que eso es la externalización de fronteras –«que terceros países hagan el trabajo sucio»– en la que también están metidos Turquía y Marruecos.

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