Aniversario de boda en el fútbol

Cuando hace doce años Don Felipe contrajo matrimonio con la entonces periodista Letizia Ortiz, la mayoría de los españoles se contagiaron del entusiasmo que transmitía el entonces Príncipe de Asturias, a pesar de que el perfil de la novia no era el convencional. A sus 36 años, el Heredero de la Corona daba por fin el paso hacia el altar en un momento en el que arreciaban las presiones para que se casara, tuviera descendencia y garantizara la continuidad de la dinastía.

Desde entonces, el matrimonio ha pasado por diferentes etapas personales, familiares e institucionales, y hoy en día Don Felipe y Doña Letizia, con sus dos hijas, la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía, ofrecen la imagen de una familia unida que cumple escrupulosamente su papel.

De cuando en cuando, las cámaras sorprenden a los Reyes cogidos de la mano, con un gesto de complicidad o saliendo a cenar los dos solos, en privado, como probablemente hayan hecho este fin de semana para celebrar en la intimidad su duodécimo aniversario.

Habitualmente, Don Felipe y Doña Letizia han celebrado esta fecha juntos allá donde les han llevado sus compromisos institucionales. El año pasado, el primer aniversario matrimonial como Reyes lo celebraron en El Pardo, donde presidieron una jura de bandera de civiles y guardias reales. Hace dos años, el último como Príncipes de Asturias, facilitaron unas fotos en las que salían de su residencia para llevar a sus hijas al colegio, y visitaron una exposición en Toledo antes de salir a cenar juntos en un sencillo restaurante en el Matadero.

Un marco poco favorable

En esta ocasión, sin embargo, Don Felipe tiene un compromiso ineludible: la final de la Copa del Rey de fútbol que disputarán esta noche en el Vicente Calderón el Barcelona y el Sevilla. Un partido que no parece ser el marco más adecuado para celebrar un aniversario matrimonial, ni tampoco para acudir acompañado de la Princesa y la Infanta, debido al vergonzoso abucheo del himno nacional que suelen protagonizar parte de los seguidores del Barcelona. En definitiva, un trago amargo que, hasta ahora, el Rey ha preferido afrontar en solitario.

El aniversario matrimonial también ha coincidido con la etapa más larga de la democracia con un gobierno en funciones, lo que ha afectado a la agenda de trabajo de los Reyes de los últimos cinco meses. Esta experiencia sin precedentes ha puesto de manifiesto la importancia de que la Corona mantenga su actividad habitual, al margen de la interinidad del Ejecutivo, porque aunque el Gobierno esté en funciones la Jefatura del Estado no lo está. De hecho, Don Felipe y Doña Letizia están aprovechando estos días —desde que se convocaron las elecciones y hasta que empiece la campaña— para retomar el ritmo habitual y muy especialmente el contacto con la gente.

El futbol volverá a marcar el próximo fin de semana la agenda de Don Felipe, ya que se trasladará a Milán, donde el Real Madrid y el Atlético de Madrid disputarán a las 20.45 horas la final de la Liga de Campeones. Ese mismo día, por la mañana, el Rey presidirá en Madrid con la Reina el acto central del Día de las Fuerzas Armadas. Primero, el desfile militar entre el paseo del Prado y Colón; y después, la recepción en el Palacio Real.