Esperanza Aguirre, con representantes de la Mutua Motera, en una imagen de archivo
Esperanza Aguirre, con representantes de la Mutua Motera, en una imagen de archivo - EFE

Aguirre arremete contra Rajoy en un libro por situar al PP en la «indefinición ideológica»

«Cuando un partido no tiene claro cuál es su ideología, sus dirigentes van como pollos sin cabeza», advierte

Madrid Actualizado: Guardar
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Esperanza Aguirre, polémica como siempre, ha publicado un libro, «Yo no me callo», donde arremete contra Mariano Rajoy por la «indefinición ideológica» en la que ha situado al Partido Popular. En sus críticas entra todo el Gobierno de la Nación, al que culpa de haber sido incapaz de atraer a una mayoría de la sociedad, sobre todo a los jóvenes. «Cuando un partido no tiene claro cuál es su ideología, sus dirigentes van como pollos sin cabeza», asegura.

El adelanto editorial de su libro se centra en el capítulo titulado «El agotamiento del modelo de 1990», y en él critica por una parte la labor de Rajoy al frente del PP, y elogia la tarea que hizo José María Aznar, desde el Congreso de Sevilla de 1990.

Primero ataca a esos «estrategas» del partido, centrados en cómo hay que vender la marca o los candidatos ante las elecciones, y menosprecian la ideología de los partidos, cuando «el andamiaje ideológico de un partido es fundamental». La equivocación de esas personas, que «desprecian el fondo», se ve en el «éxito» del programa «La Sexta Noche», centrado en la «crítica política contra el PP».

La «indefinición ideológica» del PP es una de las claves que da Aguirre para explicar la caída de votos en las últimas elecciones. Se remonta a la primavera de 2008, cuando Rajoy pronunció en Elche un discurso «ideológica», tras la derrota electoral ante Zapatero. «Él, que nunca se ha caracterizado por adentrarse en los berenjenales de las ideologías, en Elche se decidió a hablar de cuál tenía que ser la ideología del PP.

La definición del PP

Aguirre comenta que Rajoy definió al PP como «un partido popular, moderado, abierto e integrador y no un partido de doctrinarios». Algo que, a su juicio, es perfectamente aplicable a todos los partidos democráticos del mundo occidental. Y recuerda que Rajoy añadió: «Si alguien se quiere ir al partido liberal o al partido conservador, que se vaya».

La expresidenta del PP de Madrid se pregunta, entonces, «si el PP no es un partido liberal ni conservador, ¿qué es?». A su juicio, desde entonces no se sabe a qué ideología responde el PP, y esa «indefinición es otra de las causas del abandono de votantes».

«Desde aquel discurso de Elche, no sé bien a qué ideología responde el PP. Aquellas palabras de Rajoy fueron para mí como si alguien me quitara el suelo de debajo de los pies», asegura.

Recuerda entonces el PP que se hizo alrededor de José María Aznar y del Congreso de Sevilla de 1990, con una «ingente tarea de elaboración de propuestas, proyectos y programas» para ofrecer a los españoles una alternativa completa. «La fe en la libertad que preconizamos en el PP tras Sevilla nos convirtió en un partido asimilable a todos los partidos que en Europa tienen al liberalismo como credo».

Sin continuación

«Esa ingente e intensa labor de elaboración de proyectos y programas no ha tenido, en mi opinión, la continuación necesaria en los últimos años», dice Aguirre. Y una prueba para ella es el citado discurso ideológico de Rajoy en Elche, «que es uno de los pocos en los que le he oído hablar de ideología».

«El PP lleva desde los años noventa sin renovar a fondo sus programas, sus ideas, sus propuestas y sus estructuras internas». Por eso, cree que otra de las causas de la pérdida de votantes «es la falta de renovación de nuestras ideas y de nuestras estructuras internas». Causa, además, del abandono masivo de los jóvenes, añade.

«Ni en programas ni en dirigentes ni en imagen ni en discurso se ha renovado el PP», asegura Aguirre, quien critica también el «discurso puramente económico» del PP en los últimos años, que no ha calado entre los jóvenes. Y se lo reprocha al Gobierno. El PP ha sido «incapaz» de atraer a una mayoría de la sociedad «porque un Gobierno, aun en las peores circunstancias, tiene que ejercer el liderazgo político e ideológico, tiene que generar, no sólo confianza y certidumbre, sino, sobre todo, respeto e ilusión».

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