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Perfil del dirigente político

La ruta al poder británico: Eton y OxBridge

De los 54 primeros ministros que ha tenido el Reino Unido desde 1721, 41 pasaron por Oxford y Cambridge

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Responder a cómo se forman los líderes de la política británica es sencillo. Existe una ruta que se repite: primero un buen colegio de pago de élite (Eton o Harrow casi siempre) y luego, a Oxford o a Cambridge.

Cierto que hay excepciones. John Major, el hijo de un trapecista y artista de music-hall, el primer ministro que sucedió a Margaret Thatcher, ni siquiera pasó por la universidad. Todo lo más que completó fue un curso de banca por correspondencia. Pero es una rareza. Solo diez primeros ministros no han ido a la universidad y solo tres de esos licenciados han escapado del duopolio Oxford-Cambridge, conocido como OxBridge. Las dos legendarias instituciones de origen medieval forman a los patricios que dirigen a un país donde las clases sociales están mucho más marcadas que en España y se retratan hasta por el acento.

Su prestigio aguanta el paso de los siglos. En el ranking de las mejores universidades del mundo del año pasado Oxford fue la tercera y Cambridge, la cuarta.

El último que escapó de OxBridge fue el primer ministro laborista Gordon Brown, que se licenció en Historia por la Universidad de Edimburgo. Pero su predecesor, Tony Blair, se graduó en Oxford, donde montó hasta su propio grupo de rock, los Ugly Rumours. Margaret Thatcher, hija de un tendero, también pasó por Oxford, gracias a una beca. Se licenció en Química y fue así la primera mujer y la primera científica en el cargo de primer ministro (y solía aclarar que se enorgullecía más de lo segundo que de lo primero).

David Cameron, de remota sangre real e hijo de un acaudalado agente de Bolsa, es un ejemplo de libro. Acudió a Eton, al igual que su padre y su hermano mayor, y luego se graduó en Filosofía, Economía y Políticas en Oxford. Cameron fue miembro del Bullingdon Club, una bronca asociación de estudiantes donde los chicos bien de clases altas se divertían destrozando el mobiliario y la vajilla (que luego pagaban puntualmente con el dinero del progenitor). Ed Miliband estudió lo mismo que su rival. Lo hizo en el Corpus Christi College de Oxford, aunque es ateo. Luego enriqueció su currículo con un máster en la London School of Economics y un año sabático en Harvard.

Tanto Cameron como Miliband saben lo que es trabajar fuera de la política. El actual primer ministro estuvo empleado siete años en la empresa audiovisual Carlton Communication, como relaciones públicas, empleo que tomó a los 28 años. Antes, recién salido de la universidad, cobró su primera nómina en el equipo de investigación del Partido Conservador. El joven Miliband trabajó durante un año como periodista televisivo en un programa de economía de Channel 4, en tareas de investigación. Pero acto seguido ya se incorporó a labores de asesor y escritor de discursos en el Partido Laborista, que en realidad le ha dado el grueso de su vida laboral.

Nick Clegg, el líder Liberal Demócrata, hijo de clase alta y de origen nobiliario ruso, habla cuatro idiomas y estudió en Cambridge. Antes de zambullirse en la política profesional trabajó como editor en Nueva York para una revista del brillante polemista Hitchens y también fue periodista para «Financial Times», que lo premió por un artículo. Pero su empleo más relevante fue en la Comisión Europea, como asesor y director de programas de cooperación. En Bruselas conoció a su mujer española, Miriam González.

Eurodiputado y antieuropeo

Nigel Farage, el estrafalario líder de UKIP, es también para esto un caso aparte. Dejó los estudios con 18 años para hacerse agente de Bolsa, como su padre, un alcohólico que abandonó el hogar familiar en su infancia. Le fue bien en el mercado de materias primas de Londres, donde ganó mucho dinero, y hasta 2003 trabajó en cuatro compañías. Desde 1999 es eurodiputado, pese a que la fobia a Bruselas es su divisa.

En realidad Oxford golea como factoría de líderes: 27 primeros ministros frente a 14 de Cambridge, incluidos el actual y, pase lo que pase en las elecciones del 7 de mayo, el próximo.

El fenómeno de la educación elitista como llave para colocarse bien en la vida adulta no se circunscribe solo a la política. Dos tercios de los británicos más influyentes han pasado por exclusivas escuelas privadas. De las aulas del colegio Eton, fundado en 1440, han salido 19 primeros ministros del Reino Unido, entre ellos David Cameron. Por allí pasaron también Keynes, los príncipes Guillermo y Enrique, el creador de James Bond y hasta George Orwell, que acudió becado. El actor Eddie Redmayne, que ganó el Oscar en la piel de Stephen Hawking, fue compañero de promoción y amigo del Duque de Cambridge y jugaban en el mismo equipo de rugby. Matricularse en Eton cuesta más de 30.000 euros al año.

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