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Sólo el 21% de los dirigentes políticos en España ha pasado por la economía real

Si se excluyen abogados y profesores, solo once dirigentes populares y tres socialistas vienen de la economía real, según el análisis realizado por ABC de la cúpula de los partidos políticos

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Hace apenas una década, no suponían un problema ni para uno de cada diez ciudadanos. Preocupaban menos que las drogas o la inseguridad ciudadana. Pero, en el último año, tres de cada diez españoles sitúan a la clase política como uno de los tres principales problemas, tras el paro y la corrupción. La actividad política es una ocupación cuestionada a la que muchos ciudadanos miran desafiantes para «tomarle las medidas».

ABC ha analizado el currículum de los 251 hombres y mujeres que componen las cúpulas de los ocho principales partidos, ayudándose de los datos recopilados por la plataforma ePolitic.org y de fuentes propias y abiertas. Y el perfil medio resultante es el de un hombre de 51 años, licenciado en Derecho y que no habla idiomas

. Por poner cara a este arquetipo del dirigente, al popular Esteban González Pons el traje le sienta a la perfección.

Este dirigente español medio lleva 21 años ejerciendo la política, un viaje que parece no tener billete de vuelta a la profesión de cada cual. Los miembros de las cúpulas de CiU (28 años de media), IU (26), PNV (25) y PP (25) lideran el ranking de los políticos con trayectorias más largas. Les sigue el PSOE, con una recién renovada Ejecutiva compuesta por personas con 18 años de media en política. «Aunque no hay estudios al respecto, sí parece haber personas que una vez que entran en la dinámica del partido van pasando de un puesto a otro», comenta Xavier Coller, catedrático de Sociología de la Universidad Pablo Olavide.

Políticos «de toda la vida»

María González Veracruz, miembro de la Ejecutiva socialista, explica a ABC que uno de los compromisos de Pedro Sánchez en la configuración de la nueva Ejecutiva del PSOE fue el cambio, también generacional. Tratar de poner caras nuevas. «Se pierde en experiencia política, pero cuando tienes claro el rumbo a seguir aceptas lo que se gana y lo que se pierde».

José Manuel García-Margallo, ministro de Exteriores, ingresó en las Juventudes Monárquicas Españolas en 1960, cuando solo tenía 16 años y, desde que fuera elegido diputado en las Cortes Constituyentes de 1977 por UCD, su trayectoria profesional ha sido también su trayectoria política. Willy Meyer (IU) o Xabier Aguirre (PNV) comenzaron a militar en 1970.

Patxi López se inició en 1975 y no se le conoce empleo estable al margen de su labor en el PSOE. Por su parte, la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, nunca trabajó fuera de los hilos de la política. El brillo de la clase política parece estar en decadencia, y también quienes la ejercen. Sin embargo, la irrupción de nuevos colores ha animado a profesionales de otras disciplinas a hacer de la política su nueva profesión. Ciudadanos, con unos dirigentes que llevan 9 años de media en política, UPyD, con 11, y el recién nacido Podemos, con sólo uno, son prueba de ello.

Desde Podemos explican que la mayoría de sus miembros son personas que «no se prepararon para ser políticos». «Tenemos experiencia política, pero no institucional. La mayoría hemos formado parte de movimientos sociales, sindicatos o movimientos estudiantiles», indica un responsable del partido. Pero también en las filas de los nuevos partidos hay «viejos profesionales» de la política. Así, la cuestionada lideresa de la formación magenta,Rosa Díez, se afilió al PSOE en 1977.

Escasa diversidad profesional

Menos de la mitad de los españoles son titulados universitarios y lo que abundan son los trabajadores y no las profesiones liberales. El contraste entre la diversidad de la sociedad y la homogeneidad de la élite política es tan habitual como agudo. Hay grupos sociales que, a pesar de ser minoritarios, tienen una presencia mayor en la élite política que otros grupos mucho más numerosos que se enfrentan a fuertes barreras de acceso, tal y como apuntan diferentes estudios sociológicos. «Los de arriba» se parecen más entre sí que a aquellos a quienes representan.

Cuatro de cada diez dirigentes de los principales partidos están ligados únicamente a la política y las Administraciones Públicas. De este grupo, la mitad sólo ha ocupado cargos de designación política y la otro mitad son funcionarios «captados» por los partidos. De profesión, cargo político. Otro de los factores principales de la creación de élites políticas, según apunta Coller, es la dispensabilidad. Se trata de la capacidad de poder volver a desempeñar la profesión previa tras el paso por la actividad política. Ello explica la presencia de numerosos funcionarios (50 de los 251 casos analizados), con plaza en propiedad. De esos 50, sólo seis no están ligados a las Administraciones Públicas: son un médico, dos jueces, un bombero y dos miembros de las Fuerzas Armadas.

Abogados y profesores componen casi el 40% de la élite política

Abogados (41) y profesores (52), componen casi el 40% de la élite política, pues tienen mayor «afinidad electiva» al ser «profesiones de la palabra, personas acostumbradas a hablar en público, o que se manejan con leyes», explica el sociólogo. En el otro extremo estarían los obreros o los médicos, a los que les es más difícil actualizarse. En algunos casos, el salto a la política viene motivado por el seno familiar en el que uno crece. Hay casos de hijos de otros dirigentes políticos, como Ignacio González, Jesús Posada, o Willy y Amanda Meyer, padre e hija y ambos en la cúpula de IU. Otra vía de acceso habitual es la militancia en organizaciones de la sociedad civil.

Dos agricultores en IU, un enólogo en el PNV

Según el historiador Xavier Casals, en la Transición existía una clase política «heterogénea», pero, con el tiempo, «los grandes partidos han tendido a reclutar a sus dirigentes en una clase media, media-alta, con estudios académicos, y ello ha creado en parte la sensación de alejamiento de la sociedad. Ha habido homogeneidad en el reclutamiento en unas élites sociales que tienden a perpetuarse». Lo que se creó en la Transición como transitorio se convirtió en permanente y los partidos son estructuras todopoderosas que parecen Ministerios. Incluso los nuevos partidos también se nutren de estas élites intelectuales, y las personas sin estudios superiores tienen «un limitado acceso a las cúpulas de los partidos», cree.

IU es el partido con menos titulados universitarios, apenas la mitad. «Recordemos que IU es una marca nueva del partido comunista de siempre y que los trabajadores con un perfil más intelectual emigraron al PSOE», advierte el decano de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNED, Javier Olmeda. Su ejecutiva incluye a dos de los tres agricultores del colectivo analizado, mientras que el PNV tiene en Gonzalo Saénz de Samaniego, que ha sido responsable de la bodega familiar, al único enólogo de la muestra.

No es de extrañar que el PP sea el partido que disponga de un mayor número de funcionarios entre sus filas (29), reclutados en las Administraciones Públicas que han gobernado y convertidos en altos cargos o incluso dirigentes de partido. La Ejecutiva del PSOE de Pedro Sánchez tiene, sin embargo, sólo tiene tres. Con más dificultades, los partidos diseñan campañas de afiliación para reclutar talento en el sector privado. Ya ocurría en la «vieja política», con un joven Felipe González a la caza del “talento” económico de Miguel Boyer.

En la actualidad, solo el 21% de los dirigentes políticos ha pasado por el sector privado. Esta cifra excluye a quienes se identifican como abogados, o a profesores de centros privados, para reflejar aquellos dirigentes políticos que han tenido una experiencia real en la economía privada.

El grupo incluye a 53 de los 251 perfiles analizados, entre los que figura un farmacéutico, un operador de telefonía, ocho periodistas o escritores, y 25 empresarios. Así, solo el 11% del liderazgo de los partidos proviene de la empresa privada.

IU es el partido con menos titulados universitarios

Por partidos, más de la mitad de los dirigentes del PP (un 54%) ejercían antes como profesionales ligados a la política y las administraciones públicas; del sector privado, sólo un 11,9%. En el PSOE abundan profesores y abogados (10 de 27) y del sector privado sólo proviene un 11,3%. IU cuenta con un 60% de profesionales más allá de la política. Frente a la llamativa incapacidad de PP y PSOE de enrolar talento de la economía real en sus ejecutivas, reclutar «outsiders» parece ser cosa de los nuevos partidos.

En UPyD, 18 de sus 20 dirigentes (un 90%) tienen o han tenido oficios más allá de la actividad política y la Administración; un 84,61% en Podemos -más de la mitad, profesores- y, en Ciudadanos, el dato se eleva al 100%. Una realidad que muestra la profunda transformación que el nuevo mapa de partidos trae consigo: las esclusas del poder político parecen de nuevo abiertas al talento ciudadano y la diversidad social.

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