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Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, durante su comparecencia para valorar el resultado del 20-D - JAIME GARCÍA

Resultados PSOEEl PSOE hunde su suelo hasta los 90 escaños pero se mantiene como primer partido de izquierdas

Pedro Sánchez no remonta la herencia de Zapatero y Rubalcaba y deja a los socialistas con un escaso 22.02% de votos

MADRID Actualizado: Guardar
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Cuando el pasado 13 de julio de 2014 Pedro Sánchez ganaba las primarias del PSOE, sabía que la empresa que los militantes le habían encargado no era sencilla. Ante él se abría el reto de recomponer un partido que venía del mayor batacazo de su historia, cuando cayó en 2011 hasta el 28.76% de los votos y 110 diputados. Este 20-D el suelo histórico del PSOE se ha hundido todavía más: un 22.02% de los votos (escrutado al 99,93%) y apenas 90 diputados. Sin embargo, la aritmética puede jugar a su favor en el Congreso si logra el apoyo de otros partidos.

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En el escaso año y medio que lleva como secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez no ha podido superar la herencia que le legaron José Luis Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez Rubalcaba.

El resultado de esta noche –menos de la mitad de votos que obtuvo en 2008, cuando se quedó con el 43,86%– deja al candidato a La Moncloa en una situación complicada, a la espera de duras negociaciones. Pese al difícil escenario que se le abre, los socialistas enfrentan una situación ventajosa si se compara con lo que se preveía tras conocerse los sondeos a pie de urna, donde Podemos lograba alcanzar al PSOE en porcentaje de votos.

«El PSOE es un partido ganador. Desgraciadamente no hemos podido ganar al PP. Quiero felicitar a Mariano Rajoy por ser primera fuerza política», ha declarado el candidato socialista desde la sede de Ferraz, donde los simpatizantes no dudaron en corear «¡Presidente! ¡Presidente!» tras su comparecencia ante la prensa.

Unos ánimos de sus simpatizantes que contrasta con un dato demoledor: el partido de Pedro Sánchez ha caído por debajo de la barrera psicológica de los 100 escaños por primera vez en sus 135 años de historia. Se aferran al hecho de haber logrado mantenerse como primera fuerza de izquierdas ante el empuje de Podemos. Logra evitar así el temor a que la sombra del PASOK griego alcanzara la sede de Ferraz. Ese sería, el caso griego, el objetivo ahora de la formación morada: fagocitar al electorado más escorado del PSOE para convertirse en la fuerza hegemónica de la izquierda. El escaso 1,3% que separa a los socialistas y Podemos les pone en una situación privilegiada que no se contempló durante la última semana de campaña, donde las encuestas les acercaban más de lo que las urnas han resuelto.

Todas las miradas apuntan ahora a Pedro Sánchez, que llegó a la sede del PSOE en Madrid, en la calle Ferraz, a las 19.40 para seguir el escrutinio. Desde el asiento del copiloto, antes de entrar directamente al garage, sonrió y levantó el pulgar ante los flashes de los fotógrafos. Gesto similar al que realizó horas después cuando analizó el resultado definitivo de su partido: «España quiere izquierda y quiere cambiar», alegó.

A la espera de Susana Díaz

Andalucía se ha mantenido como el principal granero de votos del PSOE. En la comunidad presidida por Susana Díaz, los socialistas se han destacado como primera fuerza con 23 diputados. Esta cifra supone dos asientos menos que en los comicios de 2011. Podemos se ha quedado en tercera posición, logrando 10 escaños. El Partido Popular, con 20 diputados, ha sido el segundo partido preferido de los andaluces.

Sólo en Andalucía y Extremadura ha logrado la victoria el PSOE, pero el resultado no debe satisfacerles del todo: pierden dos escaños respecto a 2011 y casi 300.000 votos en la región. Además, no logra el primer puesto en Almería, Málaga y Granada.

El gran varapalo de la noche ha llegado en Madrid, donde Eduardo Madina –que compitió contra Sánchez en las primarias– se ha quedado fuera del Congreso de los Diputados después de que el PSOE, con el 98,53 por ciento del voto escrutado, haya obtenido en Madrid seis escaños, cuatro menos que en las pasadas elecciones de 2011.

Escenarios previstos en los sondeos

El camino hasta el 20-D fue convulso para los socialistas. Los sondeos auguraban, semana a semana, la caída del PSOE frente a la remontada de Podemos. El debate cara a cara entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, donde el candidato socialista llegó a insultar al presidente del Gobierno («el debate se rompió cuando Sánchez insultó a Rajoy y demostró que la Presidencia del Gobierno le viene todavía muy grande», escribió Salvador Sostres en ABC) hizo que la valoración del socialista cayera, según los sondeos «prohibidos» que se conocieron durante toda la semana previa a este domingo. Y así se llegó al 20-D, donde la realidad de las urnas no reflejó las cifras de los sondeos, y donde el nombre de Sánchez quedará ligado al peor resultado de una formación con 135 años de historia. «Hemos hecho historia, hemos hecho presente. El futuro es nuestro», cerró su comparecencia final.

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