Fusiones bancarias

Unicaja Banco y Liberbank anuncian al fin su fusión para crear el quinto grupo bancario de España

Los consejos de administración de ambas entidades han comunicado su «fumata blanca» tras un intento frustrado y múltiples escollos

Sede de Unicaja Banco en la avenida de Andalucía de la capital malagueña ABC

Fernando del Valle

Al fin. Los consejos de administración de Unicaja Banco y Liberbank han dado al fin este martes la luz verde definitiva al proyecto de fusión con el que se crea el quinto grupo bancario más grande de España , con casi 110.000 millones de activos . Así lo han comunicado ambas entidades a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Tras no pocas dificultades y un primer intento de unión fallido , abortado el año pasado, la entidad malagueña y la de origen asturiano culminan esta nueva ola de fusiones bancarias en España , que ha tenido en Caixabank y Bankia a sus principales protagonistas bien avenidos y en BBVA y a Sabadell al ejemplo frustrado.

La nueva entidad, que tendrá su sede social en Málaga , mantendrá el nombre de Unicaja Banco , pero en las zonas donde Liberbank es predominante mantendrá su marca comercial. Liberbank es el grupo resultante de la unión de CajAstur, Banco CCM y las cajas de Cantabria y Extremadura.

El banco resultante tendrá, de inicio, en torno a 1.600 oficinas repartidas por todo el país y unos 10.000 empleados , aunque se espera un recorte de personal que los sindicatos estiman puede llegar al 10 por ciento.

En este caso, afectará especialmente a los servicios centrales . Una de las potencialidades de esta fusión es la complementariedad territorial entre ambos bancos. No colisionan en prácticamente ninguna comunidad autónoma y por ello el cierre de oficinas no será tan sangrante como sí puede serlo en otras operaciones corporativas de este tipo.

Como estaba pactado desde el principio de las conversaciones, el presidente de Unicaja Banco, Manuel Azuaga , será presidente ejecutivo en esta nueva singladura.

El consejero delegado será Manuel Menéndez , que ocupa ese mismo cargo en Liberbank. El reparto de poder una vez se jubile Azuaga en 2023 (tiene ahora 73 años) ha sido el principal escollo de unas negociaciones que estuvieron a punto de romperse la semana pasada.

Desde Unicaja se exigió que el adiós de Azuaga significara también la marcha de Menéndez. ¿Por qué? Porque el Banco Central Europeo no quiere presidentes con funciones ejecutivas sino institucionales. De este modo, jubilado Azuaga, quedaría Menéndez con todo el control del banco resultante . Y de ahí el consiguiente temor a que Málaga y Andalucía perdieran influencia en la única entidad con sede social que ha quedado en la región andaluza.

Finalmente, y tras no pocos enfrentamientos incluso en el seno de Unicaja Banco (con sus principales dirigentes enfrentados a la cabeza de la Fundación Bancaria Unicaja, máxima accionista), se llegó «in extremis» a un pacto para que en 2023, cuando salga el presidente, Menéndez haya de someter su cargo a disposición del consejo de administración.

Entonces se verá cómo ha jugado cada cual sus cartas. Sectores de Unicaja Banco creen que eso casi «blinda» el poder elegir al CEO dentro de dos años. Sin embargo otros, más cautelosos, advierten de que la composición del consejo que se propicie desde la Fundación, encabezada por Braulio Medel , puede ayudar a alejar el centro de control de Málaga.

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