Miguel García Gutiérrez y Enrique Fernández Haya
Miguel García Gutiérrez y Enrique Fernández Haya - ABC
EMPRESA

Los sombreros de Isesa entran en Amazon y apuntan al mercado de los «cowboys»

La firma sevillana desarrolla prototipos para vender sombreros en el Oeste americano

SEVILLA Actualizado: Guardar
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La compañía sevillana Isesa —el único fabricante de sombreros de fieltro que queda en España— ha puesto el foco en nuevos mercados para crecer. En 2016 sus ventas ascendieron a 3,8 millones de euros, un 75% más que en 2007, cuando su negocio era de 2,15 millones. Su objetivo es seguir avanzando a un ritmo de dos dígitos para superar los seis millones de euros en 2020, potenciando además la venta online. Actualmente el principal cliente de la compañía es la comunidad de judíos ortodoxos de Brooklyn, donde comercializa 21.000 unidades al año (son líderes en este segmento, con una cuota del 30%). Tras su éxito en Nueva York —donde desembarcó a fines de los setenta— la firma puso el foco más recientemente en la población de judíos ortodoxos de Israel, donde ya vende 7.500 sombreros, lo que le convierte ya en la segunda marca del ránking.

«Ahora vamos a abordar decisivamente el Oeste americano, que es el mayor mercado de sombreros del mundo», afirma su presidente, Enrique Fernández Haya. En Texas el sombrero se usa de forma masiva, no solo en el mundo de los cowboys, también como prenda habitual. La firma ya diseñó algunos sombreros para un distribuidor local y en este momento está realizando nuevos prototipos. «Hemos creado en Salteras la factoría más eficiente del mundo en el sector del sombrero, así que ahora nuestra meta es dar respuesta a todos aquellos segmentos de la población mundial que está habituada a su uso».

Isesa ya ha establecido conversaciones con distribuidores americanos, que venderían este producto bajo sus propias marcas. Otro ámbito de expansión está en los cuerpos militares. «En estos meses hemos entregado un pedido de 7.000 unidades para el cuerpo de carabineros de Colombia y ahora se han iniciado gestiones comerciales con distintos cuerpos militares estadounidenses», indica Fernández Haya.

Entre 2012 y 2016 el grupo ha pasado de producir 28.000 sombreros anuales a más de 46.000. «En 2020 vamos a superar los 60.000 y ya estamos empezando a doblar turnos en la factoría para responder a una demanda que está creciendo». El presidente de Isesa recuerda que «la planificación en la fábrica, unida a la metodología lean management (que busca simplificar todos los procesos) ha llevado a que se triplique la productividad». Aunque se trata de una labor artesanal, está digitalizando al máximo los procesos de la factoría.

Isesa abrió en 2012 una tienda en Sevilla con su marca Fernández y Roche. Aunque el objetivo de la firma es crecer en otras capitales como Madrid, Barcelona o Bilbao, en este momento el gran reto es el comercio electrónico. «Amazon ha hecho un primer pedido de nuestra gama de sombreros Panamá y nos ha situado como proveedor preferente en España, es un paso relevante por el potencial de crecimiento que tiene esta plataforma», remarca Miguel García Gutiérrez, director general. La firma ha reforzado el diseño de productos propios para elevar su peso en el sector de la moda y está realizando showrooms en Madrid y Barcelona. También se ha convertido en fabricante para grandes marcas de prestigio.

Fernández y Roche nació de la mano de dos artesanos sevillanos en 1885. En los años treinta se fusionó con otras tres firmas españolas para crear Industrias Sombrereras Españolas y afrontar la caída del mercado. A fines de los setenta llegó su entrada providencial en el mercado de los judíos ortodoxos. El pasado año culminó la entrada del grupo portugués Fepsa en su accionariado, que tomó un 40%. Su objetivo para 2017 es alcanzar unas ventas de 4,3 millones de euros y un ebitda de 600.000 euros.

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