Entrevista

Mónica Muñoz, gerente de Aprove: «Muchas plagas estacionales ahora son anuales»

La gerente de Aprove señala que el cambio climático influye en la inicidencia de las enfermedades en los cultivos

Mónica Muñoz, gerente de la Asociación Empresarial Andaluza de Protección Vegetal Juan Flores

Inma Lopera

En la Asociación Empresarial Andaluza de Protección Vegetal (Aprove), fundada en 1989, se integra entre el 60 y 70% de las empresas distribuidoras de medios de protección fitosanitaria más representativas en términos económicos de Andalucía occidental. Empresas que hoy en día, en su mayoría, han diversificado su gestión con la incorporación de nuevos componentes para el desarrollo de la agricultura más allá de los fertilizantes: maquinaria, riegos, productos bioestimulantes, plásticos, diseño de plantaciones, semillas, organismos de control biológico, etc. Su gerente, Mónica Muñoz , analiza los retos a los que se enfrentan los agricultores andaluces para proteger a sus cultivos frente al ataque de plagas, enfermedades y malas hierbas ante una «estricta» normativa europea y una sociedad «que carece de información entendible acerca de la gestión agrícola».

—En materia de sanidad vegetal, ¿cuáles son los problemas que más preocupan a los agricultores andaluces?

—Cada cultivo tiene sus plagas específicas y enfermedades propias. No obstante, una de las preocupaciones del día a día del agricultor son las nuevas plagas y enfermedades. El cambio climático, la globalización o los nuevos cultivos influyen en la incidencia de las plagas. De hecho, plagas secundarias que antes no ocasionaban grandes daños ahora son verdaderos problemas. Y muchas plagas y enfermedades que eran estacionales ahora se dan durante todo el año. Actualmente, enfermedades como la causada por la Xylella fastidiosa o el Huanglongbing (HLB) de los cítricos, por citar sólo dos, están a las puertas y mantienen en alerta a los sectores citrícola y olivarero.

—¿Los agricultores se están quedando sin herramientas para defender sus cultivos?

—La exclusión de sustancias activas que pueden usarse en los productos fitosanitarios en los últimos años es constatable y cultivos como el arroz, la remolacha, los garbanzos, el girasol, y un largo etcétera, tienen serios problemas para controlar plagas, malas hierbas y enfermedades. Los fabricantes buscan alternativas, la investigación no cesa y surgen nuevos productos sustitutivos de los anteriores, productos cada vez más respetuosos con la salubridad de las personas y el medio ambiente. Sin embargo, tal es el ritmo de desaparición del mercado de productos para la mayoría de los cultivos que no se puede afirmar que sea equiparable con el registro de las nuevas sustancias activas.

—¿Cuál es el consumo de productos fitosanitarios del campo andaluz?

—Los últimos datos disponibles, correspondientes al anuario de Estadísticas Agrarias y Pesqueras de Andalucía de la Consejería de Agricultura referentes al año 2016, reflejan un consumo de productos fitosanitarios que asciende a 58.317 toneladas. Los más usados por nuestro tipo de agricultura son los herbicidas seguidos de los insecticidas.

—¿Son muchos los productos no autorizados y que se siguen usando en el campo de manera ilegal?

—En Aprove desconocemos esos datos. Sólo a veces llegan a nuestro conocimiento casos de malas prácticas llevados a cabo por vendedores no inscritos en el Registro Oficial de Productores y Operadores, dando por nuestra parte conocimiento inmediato a los órganos competentes de la Administración andaluza. Pero son singularidades poco frecuentes y de escasa incidencia.

—Los fitosanitarios generan suspicacias en la sociedad. ¿El sector ha sabido defender la importancia de la protección vegetal para el campo?

—Las empresas asociadas en Aprove no son meros vendedores de productos. La labor comercial se basa en un trabajo profesional desarrollado por técnicos de campo integrados en la plantilla. Por los conocimientos y dedicación de éstos, en íntima labor con el agricultor, se garantiza la óptima gestión del cultivo, defendiendo y promocionando con su trabajo la importancia de la protección vegetal. Otra cosa es defenderla ante la sociedad en general. Es indudable que la sociedad carece de información entendible acerca de la gestión agrícola, del desarrollo de los cultivos, de sus necesidades y problemas y, en función de ello, llega a conclusiones a veces desacertadas sobre la peligrosidad de los insumos, cuando un uso correcto de los productos autorizados solo produce beneficios, al campo y a la sociedad.

—¿El consumidor puede estar tranquilo respecto a los productos de origen andaluz que consume?

—Con los innumerables controles existentes, con la diversidad de organismos públicos implicados en los mismos y la correcta práctica del uso de los medios de producción agrarios, el consumidor andaluz y español puede estar muy tranquilo. Tenemos la legislación más estricta del mundo en cuanto a productos fitosanitarios, algo que garantiza la seguridad humana y del medio ambiente. Sin embargo, existe una desigualdad con respecto a otros países, de los que se importan muchos productos agrarios y que cuenta con regulaciones mucho menos exigentes.

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