Candidato a la Presidencia

Clemente Fernández: «El caso Pescanova tiene muchas similitudes con el de Abengoa»

El candidato de AbengoaShares a presidir la multinacional dice que la justicia ha dejado claro que los acreedores no pueden votar una refinanciación que les beneficia

María Jesús Pereira

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Clemente Fernández, expresidente de la cotizada Amper y accionista de Abengoa , era un gran desconocido hasta que hace meses se postuló para presidir la multinacional. Su nombre surgía en un momento delicado, cuando los accionistas minoritarios se sintieron traicionados por los candidatos que habían logrado ubicar en el consejo de Abengoa, a los que acusaban de no destituir a Gonzalo Urquijo en la filial Abenewco1, como habían pactado. Ahora Clemente Fernández es el candidato oficial para presidir Abengoa por la sindicatura de accionistas de AbengoaShares, que ha logrado aunar el derecho de voto de un 17% del capital social de la compañía, convirtiéndose así en el mayor accionista.

El Juzgado de lo Mercantil número 1 de Pontevedra ha dejado sin efecto la homologación del acuerdo de refinanciación de Nueva Pescanova con Abanca y otros acreedores al ser ese banco «persona especialmente relacionada» con la compañía, por lo que entiende que no deberían haberse computado sus votos para obtener la mayoría necesaria. ¿Cree que esta resolución es aplicable a Abengoa?

En esa resolución, el juez dijo que el voto de Abanca no era computable para establecer el quórum de la junta de accionistas porque era parte beneficiada. Es decir, que los acreedores no pueden votar una reestructuración que les sea favorable. En el caso de Abengoa, las refinanciaciones se han aprobado con los votos a favor del pool de bancos. El Santander tenía el 2,85% y el resto de bancos tienen cantidades inferiores al 1%, por lo que no tienen la obligación de comunicarlo a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En esas reestructuraciones, el quórum presente rondaba el 18%, cuando en realidad era necesario un mínimo del 25% porque se trataba de un tema que afectaba a una parte importante del patrimonio de la empresa. Si a ese 18% se resta el voto del pool bancario, es aún menos.

¿Que similitudes ve en el caso de Pecanova y Abengoa?

Muchas, el pool bancario, en una reestructuración en la que se va a beneficiar, no puede votar en la junta de En la junta de accionistas en la que fue cesado Urquijo, éste controlaba el 8 o 9% del capital social, que incluía el 3,1% del Estado. El problema es que sólo hay un año para impugnar las juntas pero sigue la responsabilidad penal, como es el alzamiento de activos. Es decir, que las juntas de anteriores reestructuraciones no podrían ser impugnadas, pero el Plan Vellocino (como así llama la sindicatura de accionista AbengoaShares al rescate negociado por Gonzalo Urquijo) sí que está impugnado en los tribunales. Por otra parte, Pescanova fue condenada en 2020 por un delito de estafa agravada y falseamiento de información económica y financiera por la Audiencia Nacional . Yo entiendo que la ocultación de informació económica que está realizando Abengoa es bastante similar a un falseamiento de cuentas. Aún no se han presentado las cuentas de 2019 ni de 2020 de Abengoa, sin que la CNMV haya hecho nada.

El Juzgado Mercantil 1 de Sevilla se ocupa de esa demanda. ¿En qué momento procesal se encuentra la demanda?

Hay una vista a mitad de febrero.

¿Han pensado en pedir responsabilidades penales por las otras reestructuraciones financieras?

Ahora no optamos por esa vía porque no es el interés de AbengoaShares. Nuestro pacto parasocial es entrar y gestionar la compañía para sacarla adelante, no vamos a meternos en líos judiciales. Otra cosa es que lo perdamos todo, entonces optaríamos por otras vías, a nivel individual o de grupos más reducido porque hay responsabilidades penales muy claros. De hecho, hemos dejado libertad a los accionistas para que se sumen a la querella de Benjumea contra Urquijo y el resto de consejeros, algo que está sucediendo, si creen que así van a conseguir más. Mi opción es no sumarme a la querella de Benjumea pero no puedo decirle a la gente: por ahí no puedes ir. La verdad es que la querella de Benjumea tiene toda la razón, está bien planteada.

Si usted llega a ser presidente de Abengoa quiere sacar adelante un plan de refinanciación. ¿No dejará votar tampoco al pool bancario?

Tengo claro que a partir de ahora en las juntas si hay un tema de refinanciación no podrá ser votado por los acreedores que saldrían beneficiados. Si en un consejo de administración se está tratando un tema de una compañía en la que yo participo, habría un conflicto de interés, por lo que yo tendría que salir del consejo en la votación, algo que ya he hecho en alguna ocasión.

Usted quiere ser presidente de una compañía que tiene una espada de Damocles sobre su cabeza. Los bonistas pueden ejecutar garantías en cuanto Abengoa deje de cumplir con sus compromisos. Si es así, los acreedores se harían con el control de la compañía. ¿Qué as en la manga se reserva si ocurre eso?

Si ejecutan las garantías de los bonos SOM y JOM, sí que iríamos a la pelea. Vamos a intentar sacar esto de forma consensuada, pacífica y lo mejor avenidos que podamos. Si hacen una ejecución de la filial, no nos vamos a quedar de brazos cruzados y ahí sí que igual me sumaría a la querella de Benjumea porque lo tendríamos todo perdidos. Pero insisto, mi estrategia es negociar.

¿Daría usted entrada a fondos internacionales y nacionales en el accionariado de Abengoa?

Ahora lo que estamos peleando es que mediante una ampliación de capital, los accionistas pongan 30 millones de euros. En estos momentos hay once fondos que se han dirigido a nosotros, pero salvo tres, todos quieren colocarse en tercera ronda. Hay tres que ven la potencialidad internacional de Abengoa en el sector renovables y quieren sinergias en esos negocios. Para ir de la mano de uno de los grandes elegiríamos el que más sinergia y potencia de negocio dé a Abengoa.

El 1 de febrero acaba la enésima prórroga de la firma del plan de rescate.

Probablemente se volverá a prorrogar.

Pues también se agostan plazos para el concurso de acreedores.

Ya, pero por el Covid el plazo pasa de mediados de febrero hasta el 14 de marzo.

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