SEVILLA

La fábrica sevillana de loza de La Cartuja de Pickman vuelve a estar en quiebra

La derivación de una deuda de 6 millones de la Seguridad Social de los antiguos propietarios hace inviable la compañía

Fábrica de loza de La Cartuja de Pickman, ubicada en Salteras (Sevilla) ABC
María Jesús Pereira

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La histórica loza La Cartuja vuelve a estar en la cuerda floja 178 años después de que Charles Pickman inaugurara la fábrica en Sevilla. Los empresarios que en 2014 adquirieron la fábrica se han topado con un imprevisto que pone en jaque la viabilidad de la fábrica: la Seguridad Social les ha derivado una deuda de 6 millones de euros de los antiguos propietarios. «Vamos a recurrir la deuda en los tribunales pero si finalmente tenemos que asumirla, la empresa será inviable e irá a liquidación porque nadie querrá quedarse con ella», sentencia Mario Vázquez Iriberri, consejero delegado y accionista de Ultralta , la empresa que adquirió esta unidad productiva. Ante esa situación, la compañía, que continúa fabricando loza y haciendo frente al pago de nóminas, ha presentado concurso de acreedores voluntario con un déficit patrimonial de 8 millones de euros.

En 2014, cuando La Cartuja estaba en liquidación, el abogado y economista Vázquez Iriberri decidió dar el paso de quedarse con la fábrica de loza a través de la empresa Ultralta, mientras que la sociedad La Cartuja Distribución 1841 se ocupaba de la comercialización y distribución de los productos artesanales de cerámicas producidos en esa planta. Son socios de Ultralta Mario Vázquez Iriberre (13,5%) y Ana Zapata Vigara (86,50%), mientras que L a Cartuja Distribución 1841 es de European Lifting Company (86,50%) y Mario Vázquez (13,5%9.

Tras registrar pérdidas en sus dos primeros ejercicios, Ultralta arrojó resultados positivos durante dos años : 136.862 euros en 2016 y 63.257 euros en 2017. Sin embargo, en 2018 la compañía volvió a los números rojos: -68.329 euros de pérdidas. Para el año 2019 se mantiene también la previsión de resultados negativos (-354.472 euros) por la pérdida del contrato con el Grupo Planeta, los excesivos costes laborales y de explotación, y la falta de financiación porque las entidades bancarias han ido restringiendo paulatinamente la facilitad de crédito, según el informe de la administración concursal que ejerce Manuel Domínguez Platas.

Mario Vázquez Iriberri, consejero delegado de la fábrica de La Cartuja de Pickman ABC

Otras de las causas de su difícil situación son los problemas de fabricación derivados de la falta de inversiones, que se traducen en elevadas pérdidas productivas, lo que ha condicionado su expansión al mercado internacional, que exige un incremento notable en la calidad final de las piezas destinadas a la exportación, según recoge el informe de la administración concursal. Actualmente su principal cliente es El Corte Inglés. E l consejero delegado de Ultralta afirma que la compañía exporta el 20% de su producción a Corea del Sur, China y Japón , habiendo entrado además en importantes tiendas de México, como El Palacio de Hierro y City Market.

Sin embargo, la puntilla para la empresa ha llegado con la decisión de la Seguridad Social de derivar a Ultralta y La Cartuja Distribución 1841 la responsabilidad de una deuda de 6 millones de euros de Pickman La Cartuja de Sevilla, la anterior propietaria de la fábrica. La Seguridad Social entiende que hay sucesión de empresa, por lo que ha rechazado el recurso administrativo presentado por los propietarios de La Cartuja contra la derivación de la deuda.

Iriberri explica que el proceso de refinanciación para crecer en el exterior se ha paralizado porque la Seguridad Social ha comunicado a los bancos la derivación de la deuda de 6 millones de euros. Además, al tener que incluir en sus cuentas esa contigencia, Utralta y La Cartuja Distribución 1841 se han visto obligadas a presentar concurso de acreedores en el Juzgado Mercantil 3 de Sevilla para evitar cualquier embargo de la Seguridad Social, aunque ya se preparan para librar una batalla en los tribunales contencioso administrativo contra la derivación de la deuda.

Cambio legislativo

Mario Vázquez Iriberri explica que ellos compraron la empresa en julio de 2014 y el juez dejó claro en el auto que Ultralta no se subrogaban la deuda de la Seguridad Social , pero sí los salarios de los trabajadores. «En septiembre de 2014 hubo un cambio legistlativo que modificó la Ley Concursal que establecía que cuando se compraban las unidades productivas había que subrogarse en la deuda de los trabajadores. Ha habido discrepancias sobre la si derivar o no la deuda de la Seguridad Social pero una sentencia del Tribunal Supremo de 2018 ya esableció que no había que hacerlo si se había comprado la unidad productiva antes de septiembre de 2014, por lo que hay jurisprudencia al respecto», añade el consejero delegado de Ulltralta.

Línea de fabricación de la loza de la Cartuja de Pickman, con fábrica en Salteras (Sevilla) ABC

A juicio de la admnistración concursal, la viabilidad de Ultralta pasa por evitar que finalmente se le derive la deuda de 6 millones de los antiguos trabajadores y por llegar a un acuerdo ccon sus acreedores para refinanciar la deuda con la Agencia Estatal Tributaria y culminar su plan de negocio.

Ese plan a futuro incluye reducir considerablemente los costes fijos, especialmente los de personal, ya han pasado de 1,1 millones en 2015 a 1,6 millones en 2017. Además, en ocasiones los costes de personal han sido superiores a los ingresos, como sucedió en 2015 , cuando registró una cifra de negocio de 1 millón de euros y sus gastos de personal fueron de 1,1 millones. Dentro de ese plan, La Cartuja prevé concentrarse en el canal de restauración de alta gama, como hoteles de cinco estrellas o restaurantes con estrella Michelin. El restaurante de Ángel León, Aponiente, cuenta ya en su menaje con las vajillas de La Cartuja.

De los 84 trabajadores de la antigua fábrica de loza La Cartuja que asumió Ultralta quedan 60 en plantilla después de jubilaciones, prejubilaciones y abandonos voluntarios de la compañía, indica Váquez Iriberri.

El activo de Ultralta tiene un valor contable de 1,5 millones, mientras que su lista de acreedores alcanza los 9,7 millones de euros: de los que 6 millones corresponden a la deuda que la reclama la Seguridad Social y casi un millón a pagos pendientes con la Agencia Estatal Tributaria. Su déficit patrimonial asciende a 8 millones de euros.

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