Expertos como Carmen Panadero (IE) creen que la innovación está tarda más en llegar al sector inmobiliario
Expertos como Carmen Panadero (IE) creen que la innovación está tarda más en llegar al sector inmobiliario - iKasa

La domótica, un traje a medida para hogares más sostenibles

Los expertos consultados destacan la existencia de tecnologías adaptadas a todos los presupuestos

Madrid Actualizado: Guardar
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Imagine que una aplicación de móvil le puede avisar si hay una fuga de gas o una inundación en su casa. O que puede programar la cantidad de luz que entre en determinada estancia de su vivienda o, si estamos de vacaciones, que nuestras persianas suban o bajen para que los ladrones no se enteren. ¿Ciencia ficción? ¿Un producto de lujo?

Para Manuel Gandarias, director del gabinete de estudios de Pisos.com, la domótica es ahora «más accesible económicamente» y reconoce que, aunque un sistema integrado pueda ser más caro, «se puede implementar poco a poco». En este sentido, pone en valor ventajas como la «innovación, la sosteniblidad y la seguridad», explica este experto, quien admite que el usuario lo ha visto «muchas veces» como algo complejo.

Carmen Panadero, directora del Máster in Real Estate Development del Instituto de Empresa (IE), define la domótica como «el conjunto de sistemas capaces de automatizar una vivienda o edificación». Esta experta coincide en que no se trata de un producto de lujo. En su opinión, la domótica permite un fuerte ahorro energético -que marcas como Velux estiman en hasta el 30% dentro de la vivienda- y puede ser adecuado para pisos de obra nueva o de segunda mano. A su juicio, en este último tipo de construcciones puede ser «una gran oportunidad», ya que este tipo de reformas darían al usuario «mayor confort y eficiencia».

Al respecto, esta experta asegura que el presupuesto «varía» dependiendo de las aplicaciones que se instalen. Sin embargo, reconoce, «que la labor de llevar estas tecnologías a las viviendas va mucho más lento que en otras actividades, como, por ejemplo, la automoción», ya que se trata de clientes finales diferentes. Por su parte, desde la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid (Asprima), el director de Innovación de Vía Célere, Miguel Pinto, constata que «es poco habitual todavía que un propietario de una vivienda de segunda mano haga una reforma para colocar domótica», porque aún no lo considera como un «factor de compra importante». Además, su instalación siempre será « más cara en segunda mano, que en obra nueva».

Pinto cree que en el futuro esta tecnología permitirá soluciones tan avanzadas cómo la de conocer lo que nos falta en la nevera a través del móvil y que esta sea capaz de encargar la compra al supermercado.

El rol de los promotores

César Cort, presidente de la inmobiliaria Valenor, critica que lo que se vende como domótica en muchas promociones «son alarmas técnicas de humos, de inundación...»; y cree que los verdaderos fines deben ser el ahorro y una mejora del confort. Cort distingue entre «soluciones domóticas específicas» (climatización, iluminación, audio,...) y «plataformas universales» como «el estándar europeo KNX», una red con un doble cableado al que van unidos diferentes aparatos, que pueden ser gestionados de forma integral.

A juicio de este promotor estamos ante «el futuro» porque «evita demasiadas obras y las ampliaciones son más baratas, ya que la casa ya está cableada». Esta plataforma permite que nuevas promociones incorporen en los pisos prestaciones como sensores de movimiento o controles de la climatización, del suelo radiante o de los puntos de luz.

Desde otras inmobiliarias como el grupo Gilmar, sus responsables constatan que la domótica es «un traje a medida que dependerá del perfil del cliente», y reconocen que a la gente de mayor edad -«más resistentes al cambio»- les cuesta más sacar provecho de estas tecnologías. Al respecto, técnicos de esta compañía destacan que por un mínimo de 8.000 euros instalan a sus clientes, en viviendas nuevas o de segunda mano, alarmas técnicas o control de persianas. A lo que añadiendo unas escenas de iluminación puede alcanzar los 18.000 euros.

Para iKasa, según su director de marketing y comunicación Víctor Portela, «la domótica se da por implícita en todos sus proyectos» y, posteriormente, se ofrece al comprador la posibilidad de mejorarlo. Para Portela, esta tecnología «supone un sobrecoste en la construcción, pero aporta un valor diferencial a los proyectos que lo hace una inversión muy rentable».

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