«Soy tecnología», la historia del primer ‘hombre cyborg’

El británico Neil Harbisson se implantó una antena en la cabeza con la que dice percibir una ‘nueva realidad’ en su cerebro, al que se puede acceder vía NFT

Neil Harbisson Dilip Bhoye

Alexia Columba Jerez

Esta funcionalidad es sólo para registrados

A Neil Harbisson se le puede considerar el primer ciudadano ‘cyborg’ del mundo. Este británico residente en Barcelona es el primer ser humano con una antena implantada en la cabeza. «La idea se originó en la Universidad de Arte en Inglaterra como proyecto artístico, y decidí implantármelo como un ‘body art’ que forma parte de mi cuerpo y me permite experimentar la realidad más allá de los límites humanos. Los comités de bioética no lo veían de uso médico y tuve que encontrar un doctor que hiciera la cirugía anónimamente», explica. Asegura que su antena es «como un instrumento musical que transforma la vibración del color en vibración de sonido y las dirige directamente dentro de su cabeza».

También dice ser capaz de ver los rayos infrarrojos y ultravioletas. Esa antena, afirma, es como un nuevo órgano, integrada en su esqueleto desde hace casi 18 años y ha cambiado su vida porque antes sufría de acromatopsia, es un trastorno de la retina por el que solo se distingue el blanco, el negro y los tonos de gris.

Héctor Adalid

«Solo cinco personas tenían permiso para enviar información directamente a mi cabeza, pero en marzo del año pasado lo limité a una». Ese acceso se gestiona a través de un NFT, un formato artístico que permite comprar una obra digital y venderla. «La persona que adquiere este NFT tiene derecho a conectarse a mi cabeza y alterar mis percepciones del color» , acota Harbisson. Y esa persona puede vender ese acceso. «Lo hice por seguridad, porque ya que me hackearon una vez». El formato NFT, desarrollado con tecnología blockchain, es una entrada más segura y casi imposible de piratear.

«En vez de cambiar el planeta deberíamos cambiarnos a nosotros mismos para adaptarnos al mundo que ya existe», apunta Harbisson

«Lo positivo es que la antena ofrece una visión muy inspiradora, redescubres la realidad . No es ni realidad aumentada ni realidad virtual, lo llamo realidad revelada», asegura. Harbisson se implantó la antena debajo de la piel y asegura que su siguiente objetivo es «usar el flujo sanguíneo como cargador». El proceso para convertirse en la primera persona reconocida como ‘cyborg’ se debió a que el Gobierno británico no aceptó su foto de pasaporte como legal, ya que hay una norma por la que no se puedes aparecer en este documento con elementos electrónicos. Harbisson argumentó que «la antena era un nuevo órgano». «Yo no uso ni llevo tecnología, sino que soy tecnología», insiste. Comenzó un debate de meses y al final aceptaron su antena.

También ha fundado Cyborg Foundation , una plataforma que busca impulsar proyectos que exploren «nuevas formas de revelar la realidad que nos rodea y que nuestros cuerpos no pueden percibir, defender el derecho de decidir qué órganos y sentidos queremos tener como especie y a experimentar con nosotros mismos». Considera que los dispositivos tecnológicos forman cada vez más parte de nuestras identidades . «Por ejemplo hace unos años decíamos que mi móvil se queda sin batería, y ahora se dice me estoy quedando sin batería. El lenguaje es revelador. Y el miedo a estos implantes está desapareciendo. En vez de cambiar el planeta deberíamos cambiarnos a nosotros mismos para adaptarnos al mundo que ya existe».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación