El banco malo dispara sus pérdidas a 878 millones y ve difícil que alguna vez gane dinero

Los ingresos financieros de la Sareb se hundieron por la competencia de los fuertes descuentos aplicados por los bancos al vender sus propios préstamos

Jaime Echegoyen, presidente de Sareb JAIME GARCÍA

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La Sareb cerró su sexto año consecutivo con pérdidas millonarias. La sociedad, conocida como banco malo y a la que las cajas de ahorros con ayudas públicas traspasaron sus inmuebles y créditos morosos tras el rescate financiero , perdió 878 millones de euros en 2018, un 55% más que en el ejercicio anterior, afectada principalmente por una fuerte caída de sus ingresos financieros debido a la feroz competencia de las entidades bancarias al vender sus propias carteras de préstamos fallidos.

Los principales bancos españoles —el Santander, BBVA, Caixabank, el Sabadell y Bankia— aceleraron el año pasado la limpieza de sus balances enajenando más de 43.000 millones de euros en ladrillo , asumiendo para ello fortísimos descuentos en los precios al tener las provisiones suficientes como para permitírselo. Esos descuentos fueron asumidos como referencia en el mercado por los fondos de inversión, depreciando indirectamente las carteras crediticias de la Sareb, que además habían sido sobrevaloradas al comprárselas a las cajas rescatadas.

En esta tesitura, la entidad presidida por Jaime Echegoyen no accedió a vender sus créditos a esos precios y prefirió convertir esos préstamos en inmuebles ejecutando sus garantías, transformando 1.400 millones de euros en préstamos al promotor en inmuebles. Esto se derivó en unos ingresos menores por esa vía y un menor margen financiero para la Sareb. En concreto, los ingresos por esos préstamos cayeron un 16%, a 2.208 millones, y el margen de esta actividad se hundió un 41%, a 320 millones .

«El 2018 fue un ejercicio de gran exigencia por la fuerte concurrencia que se ha registrado en el mercado mayorista, no solo en términos de volumen, sino de precio, con unos niveles de descuento que la compañía no puede ni debe asumir», ha dicho en rueda de prensa Echegoyen, quien también ha señalado como un lastre para los resultados el incremento de los costes financieros, un 22%, a 658 millones.

Venta récord de inmuebles

Estas cifras contrastan con la buena evolución de la actividad de venta de viviendas, anejos, suelo e inmuebles terciarios. La Sareb alcanzó en 2018 su cifra récord de venta de inmuebles, concretamente 21.152 unidades, un 12% más que el año anterior, e ingresó por esta actividad, así como por la la gestión de inmuebles, un 19% más que en 2017, hasta los 1.419 millones de euros facturados, arrojando un margen de 208 millones, un 2% más. Y lo hizo gracias en buena parte a las ventas minoristas.

Por eso la estrategia de la dirección de la Sareb pasa por seguir convirtiendo sus préstamos en inmuebles, «unos activos mucho más líquidos, más fáciles de vender y que nos permitirán beneficiarnos de la consolidación del ciclo inmobiliario», según Echegoyen. En concreto, este año prevé canjear 1.800 millones de euros en créditos y 3.800 millones en 2020 .

Echegoyen ha descartado que estas nuevas pérdidas anuales vayan a a exigir a sus accionistas —el Estado, con el 49,5% de la compañía, así como los bancos privados, algunas aseguradoras y otras empresas— aportar más capital a la sociedad convirtiendo la deuda con que financiaron sus constitución. Ahora bien, el alto ejecutivo ha reconocido que difícilmente la Sareb, que tendrá que liquidarse en 2027, genere beneficios en algún momento, lo que acabará suponiendo un coste para esosa accionistas, incluido el Estado.

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