Sánchez hipotecó al Gobierno en 47.000 millones de euros antes del Covid

La Administración central ya acumula 1,2 billones de euros en gastos aplazados, que deberá pagar en los próximos cien años

Roberto Pérez

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Desde que Pedro Sánchez llegó a la Moncloa, el 1 de junio de 2018, su Gobierno ha gastado 47.000 millones de euros que no ha pagado y que ha endosado a presupuestos futuros. Es lo que se denominan «gastos plurianuales» , una suerte de «tarjeta de crédito» que permite a los gobiernos realizar gastos sin tener que pagarlos en el momento, sino anotarlos con cargo a los próximos años. La deuda pública es solo una parte de esa hipoteca real: a los vencimientos de esa deuda –devolución del principal prestado– hay que sumarle lo que cuesta en intereses, más otros pagos aplazados a medio plazo en conceptos tales como inversiones, subvenciones o incluso gasto corriente en bienes y servicios.

Durante la crisis económica que estalló en 2008, y en los años inmediatamente posteriores, el Gobierno de España recurrió profusamente a esta fórmula del «gasto plurianual». Había una crítica falta de liquidez y urgía ganar tiempo aplazando pagos.

El problema es que, tiempo después de que pasara aquella crisis, esa «tarjeta de crédito» se ha convertido en instrumento habitual del Gobierno . Eso explica que, pese a encontrarse una economía en pleno despegue, el Ejecutivo de Sánchez haya acumulado en menos de dos años una hipoteca de 47.000 millones de euros . Y eso que ha gobernado con presupuestos prorrogados, que técnicamente limitan el margen de maniobra a la hora de gastar.

Cuando Sánchez llegó a La Moncloa, la Administración central ya acumulaba 1,153 billones de euros en gastos aplazados. Así que ahora asciende ya a 1,2 billones –con datos a 31 de marzo pasado–. Esos gastos se han fiado para los próximos cien años, según consta en los documentos del Ministerio de Hacienda en los que se detallan los «gastos plurianuales» que acumula la Administración General del Estado. La lista de compromisos de pago llega hasta el año 2118. El grueso son vencimientos de deuda pública , 911.000 millones de euros. Le siguen los intereses que tendrá que abonar por esa deuda, unos 246.000 millones. A eso se añaden otros conceptos como los 25.753 millones de euros que se ha comprometido a desembolsar en los próximos años por inversiones; los casi 9.000 millones de euros en transferencias corrientes (subvenciones) que también ha asumido abonar en los próximos años; más de 3.100 millones en transferencias de capital, o los casi 2.600 millones ya comprometidos por gasto corriente de bienes y servicios. En la programación plurianual constan también 11 millones de euros de gasto comprometido en el capítulo de personal, y algo más de 1.700 millones por activos financieros.

Los gastos «a plazos» de la Administración del Estado ya llegan hasta el año 2118

La lista de «gastos plurianuales» son la hipoteca a futuro de la Administración. Engorda sin freno, comprometiendo una parte cada vez mayor de los presupuestos futuros . Por ejemplo, por esos «pagos plurianuales» derivados de gastos realizados años atrás, el Gobierno central ya sabe que tendrá que desembolsar en 2021 unos 126.000 millones de euros. Dicho de otra forma: el Presupuesto del Estado del próximo año ya parte con un «debe» de 126.000 millones . Y a estas alturas también se sabe que el de 2022 partirá con -96.638 millones, con -106.437 millones el de 2023, con -122.493 millones el del año 2024, -98.867 millones el de 2025...

Un problema sin freno

El economista y profesor del IESE José Ramón Pin advierte que «el problema no es solo el volumen del gasto aplazado, sino la progresión de ese volumen». «Si se mantuviera en los niveles actuales..., pero el problema es que va creciendo progresivamente, España necesitará endeudarse cada vez más , y estamos ya en unos niveles de endeudamiento muy elevados».

Y todo esto sin contar con el severo impacto de la crisis del coronavirus , porque los últimos datos de gasto plurianual que ha facilitado el Ministerio de Hacienda son los acumulados hasta el pasado 31 de marzo. El desplome de la actividad económica que ha provocado el coronavirus, el gasto sanitario extra, la escalada del paro y las caídas de las rentas dibujan un negro panorama para las arcas públicas , que disparará el déficit y la deuda. «En diez años, España ha pasado de tener una deuda pública del 60% del PIBa situarse en el 100%, y a finales de este año se prevé que ronde el 120%», indica José Ramón Pin.

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