Repsol persigue tener 1.000 puntos de recarga eléctrica de automóviles en Portugal y España de aquí a un año

La compañía española refuerza así su posición en el país vecino

GUILLERMO NAVARRO
Francisco Chacón

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Repsol ejerce el iberismo empresarial con su estrategia conjunta para España y Portugal. Es un plan óptimo si se quiere sacar partido de las sinergias entre los dos países vecinos, como demuestra el ambicioso proyecto en el que se acaba de embarcar la compañía para la instalación de 610 nuevos puntos de recarga eléctrica de automóviles a lo largo y ancho de la península.

De Cartagena a Málaga , de Madrid a Salamanca en el lado español , con destinos en todas las comunidades autónomas. Del Algarve a la zona de Oporto, del Alentejo hasta las proximidades de Lisboa en el lado portugués. Por algo la Raya (como se conoce popularmente a la frontera) no es ninguna barrera para Repsol. Todo lo contrario, se ha habituado a operar en ambas franjas indistintamente.

Se trata de un avance más con la vista puesta en el gran objetivo a medio plazo, que es alcanzar los 1.000 puntos de repostaje de aquí a un año , con una distancia media de unos 50 kilómetros entre las estaciones de Repsol. Esta intención viene acompañada de otra meta: ser una empresa neutra en carbono para 2050 , lo cual evidencia que el compromiso sostenible se ha convertido en uno de los motores del emblema energético español, cada vez más internacional en sus propósitos.

Dado que la demanda de recarga a gran velocidad va a más, serán 18 los ultrarrápidos que se diseminarán atendiendo a criterios de cercanía ya que la idea es que puedan encontrarse cada 50 kilómetros, aproximadamente.

Serán dos los corredores que se promocionarán en este sentido: el del Mediterráneo y el del Atlántico, ambos apostando por un origen 100% renovable de la electricidad que protagonizará el abastecimiento en cuestión. En total, serán 577 estaciones de servicio las que albergarán los puntos en suelo español , por unas 33 en territorio portugués.

El paso, que implicará la inversión de 42,5 millones de euros , constituirá un salto cualitativo en el esquema de Repsol, consciente de que es el momento de ponerse las pilas en este asunto de crucial importancia de cara a los meses y años venideros. Estamos ante la confirmación del carácter ibérico de sus negocios , que sigue al reciente movimiento en este sentido del emblema empresarial español.

Y es que Repsol ha firmado un acuerdo con el Gobierno portugués que implica la inversión de 657 millones de euros para la ampliación del puerto de Sines, el más importante de Portugal porque mueve el 49% del tráfico marítimo.

Se trata, por tanto, de una obra ambiciosa, tal cual refrendó el presidente de la compañía española, Antonio Brufau , acompañado por el consejero delegado de la misma, Josu Jon Imaz. Por parte lusa, estamparon su rúbrica el primer ministro, Antonio Costa , y el ministro de Estado, Economía y Transición Digital, Pedro Siza Vieira.

Atendiendo a la dimensión de esta estrategia expansiva, que se materializa a 88 kilómetros de Lisboa , el Ejecutivo socialista del país vecino no ha dudado en calificar el proyecto «de potencial interés nacional» ya que se considera que contribuye a una aportación significativa a la economía portuguesa. Una etiqueta que no tiene únicamente carácter formal, sino que lleva aparejada la concesión de incentivos fiscales que, en este caso, totalizan hasta 63 millones de euros.

El objetivo no es otro que redondear una operación que será muy beneficiosa para ambas partes. Se consolida, de esta forma, la que ya se estima como la mayor inversión industrial de los últimos 10 años en Portugal , según confirmaron recientemente fuentes gubernamentales.

Un plan que consiste en la construcción de dos plantas añadidas de materiales poliméricos , completamente reciclables y que tienen como destino tres sectores industriales: el alimentario, el farmacéutico y el automotriz.

Con los proyectos de estas características, se diversifica la cartera industrial que acumula la empresa, siempre con una apuesta por el desarrollo sostenible en el seno de la actividad económica, lo cual refuerza sus números en el contexto europeo, tan competitivo. El propio Antonio Brufau lo ha expresado con unas diáfanas palabras: «La industria y la tecnología son dos palancas esenciales para la competitividad y la economía de un país». El presidente de Repsol ha declarado también: «La iniciativa privada y las políticas públicas deben combinarse de la mejor forma posible para afrontar una transición energética exitosa , que permita generar actividad económica y, al mismo tiempo, reducir las emisiones».

Además, certificó que la compañía ha sido «uno de los mayores inversores en Portugal en los últimos años, lo que ha permitido consolidar su posición en un país donde emplea directamente a 1.300 personas , cuenta con 150.000 clientes diarios y una cuota de mercado que, en algunos negocios, supera el 20%».

«Los nuevos materiales producidos serán 100% reciclables , al igual que el resto de las poliolefinas de Repsol, y podrán utilizarse para aplicaciones de elevada especialización, alineadas con la transición energética», prosiguió Brufau.

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