El FMI pronostica que España sufrirá, junto a Italia, el mayor desplome del PIB de los países desarrollados

María Cuesta

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24/06/2020
Actualizado 25/06/2020 a las 08:27h.

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La pandemia del coronavirus tuvo un efecto sobre la actividad económica global aún más devastador del que se pensaba durante la primera mitad del año en curso y la ruta de recuperación será más lenta y gradual que lo proyectado inicialmente. España, además, resultará especialmente tocada en este proceso y será, junto a Italia, el país desarrollado que más sufrirá, tanto por la profundidad de la caída como por la lenta y compleja travesía que vendrá después.

Este es el panorama que reflejan las nuevas previsiones que el Fondo Monetario Internacional (FMI) hizo públicas ayer en su informe «World Economic Outlook» y en las que revisó sus estimaciones con respecto a abril, cuando la pandemia comenzaba a cerrar las economías de Europa. Ahora, el Fondo es mucho más pesimista y avisa de el PIB mundial caerá un 1,9% más de lo augurado en primera instancia , hasta un 4,9% en 2020, y que en 2021 el rebote será del 5,4%, es decir, cuatro décimas por debajo a lo previsto hace dos meses.

España se convierte en el máximo exponente de la devastación económica por el Covid-19, con un desplome del PIB del 12,8% a cierre de año, un 4,8% más de lo calculado inicialmente, y que la sitúa como la economía desarrollada que más sufrirá, solo al nivel de Italia. El resto de países desarrollados también encajarán grandes retrocesos del PIB, como es el caso de Francia (-12,5%), Reino Unido (-10,2%) Estados Unidos (-8%), Alemania (-7,8%) o Japón (-5,8%) .

La recuperación será más costosa de lo previsto, quedando desfasada ya la idea de una crisis en «V». «Se ha sufrido un golpe más profundo en la primera mitad del año, con señales de distanciamiento voluntario incluso antes de que se impusiesen las órdenes de reclusión. Esto también sugiere una recuperación más gradual en la segunda mitad, dado que el miedo al contagio es probable que continúe», indica el Fondo. Así, en 2021 España crecerá el 6,3% del PIB, un porcentaje idéntico al proyectado para Italia. Alemania lo hará un 5,4% y Francia, un 7,3%.

El impacto llegará también a las cuentas públicas, dejando una huella que tardará muchos años en desaparecer. El déficit de España se disparará hasta el 13,9%, mientras que la deuda escalará hasta el 123,8% del PIB en 2020. El desequilibrio fiscal español estará por encima del 11,7% de media esperado para el conjunto de la zona euro, del 13,6% de Francia, el 12,7% de Italia o el 10,7% de Alemania. El organismo que dirige Kristalina Georgieva lanza la voz de alarma por el descuadre de las cuentas y alerta de que las medidas fiscales puestas en marcha por los gobiernos , que según sus estimaciones suman ya más de diez billones de dólares, han ayudado a la reactivación económica prevista para el año que viene pero han disparado la deuda y el déficit, lo que acarreará consecuencias en el futuro.

El Fondo Monetario no ha actualizado en esta ocasión sus previsiones sobre cómo evolucionará el desempleo, sin duda el mayor desafío para España de cara a la recuperación . En abril, con previsiones menos amargas, el FMI avanzó que el paro escalaría desde el 14% de final de 2019 a un 20,8% al cierre de este año. No obstante, pese a no poner una nueva cifra sobre la mesa, sí que lanza un aviso de lo que está por venir. El FMI destaca que a pesar de que los confinamientos han terminado ya en muchos países, la movilidad permanece deprimida, «lo que sugiere que las personas están reduciendo voluntariamente su exposición", y esto impactará también en el dinamismo económico mundial. Esta fuerte disminución de la actividad, a su vez, tendrá efectos "catastróficos" en el empleo mundial. Un impacto que ni si quiera la puesta en marcha de esquemas como los ERTE podrá mitigar. "Algunos países, especialmente en Europa, han contenido las consecuencias con esquemas a corto plazo. No obstante, se calcula que en el primer trimestre la pérdida fue equivalente a 130 millones de empleos a tiempo completo y el descenso en el segundo trimestre sea equivalente a más de 300 millones de empleos a tiempo completo», asegura.

Al igual que ocurrió en abril, el FMI matiza que «existe un grado de incertidumbre más alto de lo habitual en torno a este pronóstico» debido a la falta de certeza que aún pesa sobre la evolución de la pandemia. Pero la institución deja claro también que la crisis está siendo peor de lo previsto inicialmente, con caídas del PIB en el primer trimestre superiores a lo esperado salvo en contadas excepciones, como Chile, China, India, Malasia y Tailandia, en el bloque de los emergentes, y Australia, Alemania y Japón, entre las economías avanzadas. Los indicadores apuntan además a que lo peor está aún por llegar y el Fondo avanza que el segundo trimestre se registrará «una contracción mayor».

En cuanto a las medidas de apoyo por parte de los Estados tanto a familias como a empresas, el FMI solicita seguir adelante. En concreto, pide que en caso de que nuevos confinamientos fueran necesarios, «la política económica deberá continuar amortiguando las pérdidas de ingresos de los hogares, así como brindar apoyo a las empresas que sufren las consecuencias de las restricciones en la actividad». De cara a la desescalada, el FMI pide que el apoyo se vaya retirando gradualmente. «En los casos en que las economías se reabran, el apoyo específico debería irse reduciendo gradualmente a medida que comienza la recuperación y las políticas deberían proporcionar un estímulo para mejorar la demanda».

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