El G7 prepara un Plan Marshall para Ucrania de 5.000 millones de euros mensuales

Los siete principales países industrializados pretenden dejar establecido un mecanismo que permita un flujo de capital constante que asegure la liquidez de la resistencia ucraniana por encima de las líneas de crédito

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Reunión de los primeros ministros del G7 el pasado marzo AFP

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Los ministros de finanzas y gobernadores de los bancos centrales del grupo de los siete principales países industrializados (G7) están organizando un paquete de apoyo presupuestario para Ucrania de 5.000 millones de euros mensuales , al menos durante los tres primeros meses. En la reunión que mantienen hasta el viernes en Koenigswinter, en las inmediaciones de Bonn, pretenden dejar establecido un mecanismo que permita un flujo de capital constante que asegure la liquidez de la resistencia ucraniana por encima de las líneas de crédito que países e instituciones han ido abriendo con el gobierno de Kiev. Ucrania espera «en su mayor parte subvenciones», ha explicado el ministro alemán de Finanzas y anfitrión del encuentro, Christian Lindner, «porque los ingresos se han derrumbado y el gasto público difícilmente puede mantenerse.

Después de que EE.UU. haya comprometido 7.500 millones de dólares en subvenciones a corto plazo , ahora los países del G7 quieren hacer un «esfuerzo coordinado» para «movilizarse en casa para hacer compromisos». De cara al contribuyente alemán, Lindner ha justificado que «en cierto modo, también tenemos el deber aquí de apoyar a Ucrania» y ha recordado las «graves consecuencias para la economía global y la estabilidad financiera» de la invasión rusa de Ucrania.

Los ministros del G7 hablarán también de la posibilidad de nuevas sanciones internacionales contra Rusia. Lindner se ha pronunciado a favor de confiscar los bienes del estado ruso y del banco nacional ruso para financiar la reconstrucción de Ucrania. «Estoy políticamente abierto a la idea de confiscar los activos extranjeros del banco central ruso», ha dicho el ministro alemán, en referencia a las reservas de unos 300.000 millones de euros que Rusia conserva en bancos extranjeros, congelados pero no confiscados . También ha reconocido que otro gran eje en torno al que giran las conversaciones es la inflación en relación con el crecimiento. Un foco principal de las deliberaciones serán las tendencias macroeconómicas y el «papel de la política monetaria y fiscal», pero también el crecimiento sostenible y la política climática.

«Aquí esencialmente se intercambiarán puntos de vista con los banqueros centrales sobre cómo evaluar la situación en los estados miembros», ha dicho Lindner, «aunque el desarrollo de los precios no es homogéneo en todos los países, las preocupaciones son todas iguales». Los ministros pondrán en común los desafíos para la política monetaria y fiscal y debatirán sobre la digitalización y el desarrollo del dinero digital, aunque el asunto más urgente es la inflación. Los países industrializados contemplan como una amenaza la paralización económica ligada a la inflación, así como la situación en la que se verán los países fuertemente endeudados en cuanto comience el previsible ciclo de subidas de los tipos de interés por parte de los diferentes bancos emisores.

En este sentido, el ministro alemán Lindner se ha mostrado dispuesto a presionar a China para que libere de su deuda a los países más pobres de los que Beijing es acreedor, con el fin de evitar quiebras estatales y situaciones regionales de inestabilidad. La secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, ha sugerido por su parte que los países europeos deben dejar de hacer tantos negocios con China. «Tenemos un interés común en incentivar a China para que se abstenga de prácticas económicas que nos han puesto en desventaja a todos», ha dicho a su llegada, «estas prácticas van desde aquellas que afectan el comercio y la inversión, a las políticas de desarrollo y clima, y a los enfoques para proporcionar alivio de la deuda a los países que enfrentan cargas insostenibles». Yellen apunta a las prácticas de financiación de China en África, continente en el que ha entrado con inversión masiva, y también se ha referido a la necesidad de implementar un impuesto mínimo global del 15% sobre empresas multinacionales destinado a disuadir a las empresas a ocultar ganancias en países donde pagan poco o nada.

De esta reunión del G7 se espera además un compromiso de financiación para la iniciativa internacional de vacunación y un claro mensaje de avance en el Green Deal, la transición energética, enfocada como pacto social internacional. En paralelo a la reunión de ministros de Finanzas, se reúnen también en Berlín los ministros de Desarrollo del G7, que trabajan por su parte en un «pacto contra el hambre» que alivie la situación de escasez que se prevé en muchos países como consecuencia de las fallas en las cadenas de suministro de alimentos.

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