Portugal, primer país europeo que vende un piso con criptomonedas

Un apartamento en Braga es adquirido por tres bitcoins, es decir, 110.000 euros

Pago en bitcoin Reuters
Francisco Chacón

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Portugal, donde 1.300.000 ciudadanos no tienen médico de familia, suma a su galería de contrastes el hecho de haberse convertido en un paraíso para quienes se lanzan a manejar las criptomonedas . Y ahora se bate un hito en las transacciones inmobiliarias porque es el primer país de Europa donde se vende una casa utilizando exclusivamente bitcoins.

La operación se cerró el pasado 5 de mayo en Braga , la tercera ciudad del vecino ibérico. Allí, a 58 kilómetros de Oporto y 110 de Vigo , un hombre empleó tres de esas monedas virtuales para sellar el pacto y hacerse con un piso de tres dormitorios.

¿Y a cuánto equivalen esos tres bitcoins en euros? Pues a 110.000, cantidad requerida para finalizar el acuerdo antes de desplazarse a Póvoa de Varzim con el objetivo de formalizar la escritura.

Justo acaba de entrar en vigor una nueva normativa en este sentido a lo largo del territorio portugués, que termina con la necesidad de ‘traducir’ las criptomonedas a euros. Todo cambia con la nueva legislación, ya que el procedimiento es hoy distinto y se ha simplificado. Así, el cliente tiene que mostrar a las claras la criptomoneda , con la garantía de que todos los controles se activan al fin de preservar la seguridad cibernética.

Estamos, por tanto, ante una especie de trueque digital: el dinero virtual por el derecho a la propiedad. Un contexto que sirve a la empresa especializada Zome , cuya sede central se halla precisamente en Braga, para declarar: «Esta transacción representa un hito histórico, como es la transferencia de un activo digital a un activo físico».

Lo amplía uno de los ejecutivos de Zome:«El futuro de las transacciones pasará por los criptoactivos, por lo que creemos que esta operación iniciará todo un nuevo mundo de posibles negocios». Y continúa Carlos Santos :«Este tipo de negocio tendrá un incremento exponencial y Portugal está mostrando signos muy prometedores en términos de economía digital».

Naturalmente, las precauciones cibernéticas son una de las grandes prioridades en este contexto: comunicar el número del depósito digital, identificar a las partes implicadas, demostrar que el dinero sale de una cartera a otra en el momento de la transacción.

Efectivamente, los pasos que está dando el país vecino le garantizan no quedarse atrás en el universo de la nueva economía. Como muestra, el informe realizado por la consultora e inmobiliaria británica Savills , que certifica que la ciudad del mundo preferida por los nómadas digitales es Lisboa .

Es esa influyente tribu urbana la que ha tomado la palabra y el resultado se nota ya en la capital portuguesa, donde los extranjeros están dispuestos a desembolsar casi el doble que un ciudadano local para adquirir una vivienda.

Los nómadas digitales proliferan al ritmo del teletrabajo , que ha convertido a numerosos ejecutivos y empleados en libres para escoger dónde vivir y trabajar. Es solo cuestión de tiempo que comiencen a utilizar las criptomonedas.

La base está en que desarrollar una labor profesional a través de un ordenador desde casa conlleva que ya no es necesario estar pegado ni aguantar las incomodidades de residir en Londres, Bruselas o cualquier otro punto de congestión.

Se acabaron los atascos para ir y volver de los suburbios. Llega una era de vida luminosa en un lugar estratégico. Si puede ser con playa, mucho mejor. Y ahí es donde Lisboa se lleva la palma, con la franja hasta Cascais y Sintra ganando adeptos.

De modo que Portugal trata de enriquecer explotando la calidad de vida y acompañándola de una legislación que favorece las operaciones en criptomonedas.

Los nómadas digitales han desembarcado para quedarse, pues el teletrabajo ha impuesto una realidad paralela en la que el hogar se transmuta en oficina y la oficina en hogar. Se pulveriza la contraposición entre ocio y trabajo. Es el caldo de cultivo para cerrar operaciones como la del piso vendido ahora en Braga .

Se calcula que, hacia 2035, serán unos 1.000 millones de estos habitantes del presente y del futuro dando vueltas por el planeta, buscando enclaves para asentarse y hacerse más adictos a los designios de la calidad de vida.

Ciudades como Braga se han puesto las pilas y el Ayuntamiento de Lisboa se suma a la tendencia implementando medidas de apoyo y animando a los nómadas digitales para trasladar su residencia, por poner solo un ejemplo.

«La población trabajadora europea está cambiando y evoluciona hacia una sociedad digital», asegura el experto español conocido como Antonio G. Suyo es el proyecto ‘Escuela Nómada Digital’, auténtico buque insignia de estos tiempos que corren.

Sus palabras pueden extenderse a los pujantes compradores que prefieren la moneda virtual .«Los trabajadores del siglo XXI tienen el teletrabajo como una de sus grandes», continúa este hombre especializado en márketing digital. ¿Objetivo final? Conciliar una existencia placentera con la actividad laboral y no aparcar definitivamente los anhelos personales.

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