Una imagen del equipo fundador de Pompeii
Una imagen del equipo fundador de Pompeii - ABC

Pompeii, se hace camino al echar la red

Cuatro jovenes emprendedores maximizan el impacto de las redes sociales para impulsar su tienda online de venta de zapatillas

MADRID Actualizado: Guardar
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La aventura emprendedora que cuatro jovenes amigos echaron a rodar sin acabar sus carreras pisa fuerte. Pompeii es una tienda online especializada en zapatillas «made in Spain» que ha crecido maximizando el impacto de ese gigantesco boca-oreja que son las redes sociales. «El proyecto lo comenzamos en tercero de carrera y lo retomamos en último curso, tras un parón. Elegimos las zapatillas porque era el producto que más nos gustaba y pensábamos que nos iba a diferenciar. Luego nos dimos cuenta de la inversión en inmovilizado que supone, de los costes adicionales que tiene este producto en comparacion con una camiseta o una sudadera, que son mucho más sencillos», explica Jaime Garrastazu, uno de los fundadores de la marca. Las buenas ideas surgen del ingenio y se agudizan con la necesidad.

Lejos de ser un obstáculo, el exiguo capital inicial de 18.000 euros se convirtió en un aliado. Contactaron con varios fabricantes de Elche para materializar sus diseños y tras lograr un acuerdo («no fue fácil que alguien confiara en cuatro chicos de 22 años con ilusión, pero poca experiencia») lanzaron sus primeros productos: 349 pares de zapatillas. Convirtieron en esa limitación en seña de identidad. Sus modelos (no excesivamente caros, en torno a los 50 euros) tenían bordados un número de serie que les confería un toque exclusivo.

Pero el éxito de Pompeii se cimentó en una viral estrategia de marketing. «Usamos las redes sociales, especialmente Instagram. Solo teníamos tres muestras, pero con eso generamos todo tipo de contenidos ya un mes antes de lanzar el producto», explica Garrastazu. Sembrada la semilla, se lanzaron a la carretera para vender su producto en tiendas «pop up». Liquidaron todo el stock en dos días. Era mayo de 2014. A finales de año ya había vendido 4.000 zapatillas y facturado 150.000 euros. Y llegó la encrucijada. Acabados los estudios, Jaime empezó a trabajar en una importante consultora y su socio Nacho estaba a punto de irse a Londres para trabajar en un banco de inversión. «Vimos que Pompeii crecía sin apenas dedicarle tiempo y pensamos que ahí había algo que debíamos aprovechar. Dejamos nuestros trabajos y tomamos la decisión de ser una marca solo digital», explica Garrastuzu.

Ahora ya facturan cerca de 600.000 euros, esperan alcanzar los dos millones este año y emplean a diez personas. «Es un negocio que genera liquidez y crece de modo orgánico. Nos alimentamos de recursos propios, y eso nos da estabilidad. Estamos en el punto en el que se empiezan a acercar ventures capital y debemos valorar a qué velocidad queremos creecer», explica el emprendor. Pompeii ya vende el 10% de sus productos a Europa. El objetivo es ampliar ese porcentaje hasta el 30%. Y dar otro paso adelante con la ampliación de su radio de acción. Esta misma semana comienzan la venta de calcetines y en verano lanzarán su colección de camisetas y sudaderas. «Es un gran salto porque tener más productos nos hará más visible como marca», concluye Garrastazu.

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