El nuevo equipo de Trump

El presidente electo Donald Trump ha elegido a los altos cargos que formarán su equipo de colaboradores mas estrechos. Jefe de gabinete, Reince Pribus, presidente del Comite Nacional Republicano; estratega jefe, Steve Bannon, director de campaña de Trump; asesor de seguridad nacional, Michael Flynn, general responsable de inteligencia militar. También ha seleccionado a varios de los miembros de su gobierno, que deberán ser ratificados por el Senado. Destacan: secretario de Estado, Rex Tillerson, CEO de Exxon Mobil; secretario de Defensa, James Mattis, general; secretario de Seguridad Interior, John Kelly, general; secretario de Energia, Rick Perry, exgobernador de Texas; secretario de Comercio, Wilbur Ross, financiero multimillonario; secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, responsable de la campaña económica.

También ha elegido como Fiscal General a Jeff Sessions, senador por Alabama.

Como embajadores ante la ONU quedan Nikki Haley, gobernadora de Carolina del Sur y Scott Prutt, fiscal general de Alabama. Este último niega las graves consecuencias del cambio climático. Muchos triunfadores en el mundo empresarial sin experiencia política; varios generales acostumbrados a una estricta disciplina. Tendrá de igual forma un Consejo Económico asesor con la flor y nata de los CEO's multinacionales norteamericanos.

Entre las personas elegidas hay varias a las que él criticó en la campaña duramente. ¿Funcionara el gobierno, en el área internacional e interior, con sus contradicciones? ¿El teórico proteccionismo conseguirá una «América Great Again»? ¿Durará la positiva reacción de los mercados financieros? No tengo respuestas pero sí me pregunto si la soberbia portada de TIME, «DONALD TRUMP presidente de los Estados Desunidos de América» será una realidad o por el contrario un error. Pronto lo veremos.

El gobierno Rajoy tiene 137 diputados de apoyo del PP y un acuerdo de investidura de 150 escaños con C's, que aporta 32 diputados, y Coalición Canaria. En total, 170. Hasta hoy ha conseguido aprobar el techo de gasto del Presupuesto de 2017 con el apoyo también del PSOE y establecer un dialogo esperanzador con el PNV. Esto son hechos que prueban la capacidad de negociación de Rajoy y su equipo, permiten ignorar fuegos de artificio como la «exigencia de derogar la reforma laboral del PP votada por el PSOE y Podemos con la abstención de C's» o la «ausencia de Puigdemont y Urkullu en la conferencia de presidentes». Sin efectos reales, son simples titulares de 24 horas.

Lo realmente preocupantees que las medidas fiscales tomadas por el Gobierno para conseguir cumplir el defícit comprometido con Bruselas del 4.6% para 2016 -que cumpliremos- y del 3,1% en 2017 -que también rozaremos- se hacen a base de incrementar los impuestos de Sociedades y de una serie de medidas-en lugar de la deseable reducción de gastos-. Según los expertos y miembros de las jornadas de CEIM y CEOE, celebradas el martes y miércoles, representarán una disminución de dos décimas del crecimiento del PIB previsto del 2,5% para 2017, que quedara en el 2,3%. Además, provocarán una disminución de unos 100.000 empleos de la cifra prevista para el 2017, conforme al magnífico final de ejercicio 2016 que estamos cerrando. Personalmente reconozco la gran dificultad de reducir gastos por el 1,4/1,5% del PIB, unos 14.000/15.000 millones, pero debo insistir en las graves consecuencias que pueden tener estas subidas para la inversión y tesorería de las empresas, así como mis dudas sobre tomar medidas que violan compromisos anteriores.

Me alegra comprobar que los que defendimos que la patronal debe negociar con sindicatos y Gobierno muchas más cosas que el simple incremento salarial hayamos sido comprendidos y apoyados unánimemente por nuestros iguales y se haya decidido poner y defender en la mesa de negociación todo lo que mejore la competitividad y productividad de las empresas españolas.