Noruega, un país totalmente verde

El país ha hecho bandera de la innovación ecológica y el 98% de su energía ya procede de fuentes renovables

Una de las centrales hidroeléctrias del país nórdico, que cubre el 96% de su demanda con esta energía ABC

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En la Conferencia Europea de Berlín que tuvo lugar en 2004, la UE se propuso una meta ambiciosa: que en 2020 se llegara a un 20% de uso de energías renovables -las que se obtienen de fuentes naturales como la eólica, geotérmica, hidroeléctrica, mareomotriz, solar, biomasa o los biocarburantes- en el consumo total de energía. Curiosamente, un país que no pertenece a la casa común europea, Noruega, marca el camno a seguir y es de lejos el mayor productor de energía renovable de la Europa, que supone el 98% del total de la producción .

La primera ministra conservadora (Høyre) Erna Solberg no esconde su deseo de que el país nórdico lidere además la innovación ecológica tanto en Escandinavia como en Europa: «Noruega está en condiciones de desempeñar el liderazgo en la transformación verde, en particular en la industria de procesos y en la electrificación del sector del transporte», comentó Solberg, recordando que las políticas públicas para incentivar la innovación ecológica es una de las piedras angulares de la «marca Noruega» que el país nórdico lleva años construyendo. Así es como Noruega -el mayor productor de energía hidráulica de Europa- está cada día más cerca de un modelo 100% renovable.

El país nórdico es el primero que se ha propuesto abandonar el gas como fuente para calefacción

El país escandinavo ha logrado implementar un sistema eléctrico único que se alimenta casi totalmente de fuentes renovables. Fueron los fiordos noruegos y la energía obtenida de la fuerza del agua lo que inició a Noruega en temas de energía limpia a finales del siglo XIX: esta abundante fuente de energía es la razón principal por la que el territorio cuenta con una posición líder mundial en las industrias que precisan de grandes cantidades de energía, como la producción de aluminio y fertilizantes, ya que se ha convertido en la base para la industria, el desarrollo de su sociedad y crecimiento económico. Gracias a su volumen de generación hidroeléctrica, Noruega logra cubrir en la actualidad el 98% de su demanda eléctrica con energía limpia (96% hidroeléctrica y 2% eólica y biomasa). De hecho, podría superar el 100%: ya en 2014 firmó un acuerdo con Reino Unido para construir la conexión eléctrica submarina más grande del mundo que le permitirá exportar su exceso de producción.

Noruega -a pesar de que paradójicamente es uno de los mayores productores de crudo del Viejo Continente- pretende además estimular la diversidad en las renovables : en 2019 planea la apertura del mayor parque eólico del país en la zona de Rogaland , que tendrá una capacidad combinada de 294 MW y producirá anualmente cerca de 1.000 GWh (1 TWh), lo que equivale al consumo anual de aproximadamente 50.000 hogares. El objetivo de Oslo es reducir hacia 2030 al menos el 40% de sus emisiones en comparación con los niveles de 1990, y conseguir la neutralidad carbónica al anular el 100% de emisiones de aquí a 2050. En esta misma linea, Noruega es también el primer país que se ha propuesto abandonar el gas como fuente para calefacción a partir de 2020; con esta medida sin precedentes dejaría de emitir 340.000 toneladas anuales de gases de efecto invernadero.

Coches eléctricos

Coherente con la producción de energías renovables, Noruega también se ha converitdo en pionera en las políticas para obligar a los fabricantes de coches a reducir las emisiones de CO2 de los vehículos. La venta de automóviles eléctricos e híbridos supuso más de la mitad de las matriculaciones del país en 2017, un récord en parte propiciado por unas generosas subvenciones que amplían la ventaja del país en la transición desde los motores de combustión interna.

Los coches eléctricos puros y los híbridos -que combinan batería eléctrica con motor diésel o gasolina- representaron el 52% de las ventas de coches nuevos en 2017, frente al 40% de 2016, según el Opplysningsrådet for Veitrafikken (OFV, el consejo de información de tráfico): «Nadie más se acerca» en lo que respecta a la cuota nacional de coches eléctricos, asegura el jefe de la OFV, Oeyvind Solberg Thorsen, agregando que «por primera vez vemos al mercado de los combustibles fósiles por debajo del 50%».

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