El negocio del ejercicio ‘online’ mantiene el ritmo en la nueva normalidad

El confinamiento y las restricciones dieron aliento a las startups de ‘fitness’ casero, pero el nicho también es una vía de diversificación para el sector clásico

BELÉN RODRIGO

Si en los años 80 fueron personajes como Jane Fonda, en EE.UU., y Eva Nasarre, en España, que revolucionaron el mundo del ‘fitness’ con sus clases de aerobic, cuatro décadas después los entrenamientos virtuales vuelven a poner a las personas a hacer ejercicio en casa frente a una pantalla. En esta ocasión, la tecnología es la protagonista, permitiendo la aparición de startups con propuestas para aquellos que prefieren poner a mover el cuerpo sin salir de casa. Hasta gigantes tecnológicos han apostado por este nicho, como Apple con su servicio Fitness +, su propio sistema de clases dirigidas online para Apple Watch y TV+.

La pandemia ha acelerado esta tendencia por la que ya antes habían apostado algunas empresas. El caso más conocido es el de la norteamericana Peloton, que cotiza en Bolsa. En España, preci samente viendo el éxito de esta startup, Joel Balagué y Ana Roig decidieron seguir un camino similar, salvando las distancias, para poder ser líderes a nivel europeo. En 2017 empezaron a dar forma al proyecto y en 2019 ya comercializaron las primeras bicicletas estáticas con la pantalla incorporada para seguir las clases. Pero el negocio de Volava no está en la venta de material (también venden cintas correderas y kit de boxing), aunque es importante, sino en la suscripción de sus socios a sus entrenamientos virtuales. «En este proyecto todo está muy bien alineado, el equipo de fitness, el software y el contenido», explica Joel Balagué. Toda la producción de las clases se realiza en directo, desde un estudio que tienen en Barcelona, y después se guarda en el repositorio para que cada suscriptor pueda elegir lo que quiere hacer en cada momento. La cuota es de 39 euros al mes y permiten hasta cinco perfiles diferentes. Con la pandemia llegó la locura de las ventas, se quedaron sin stock y se disparó la facturación. El crecimiento ha recuperado un ritmo más tranquilo, pero igualmente bueno, y hace un año entraron como inversores fondos de venture capital (Inveready, JME y Wayra).

Momento difícil

Este ‘boom’ del ‘fitness’ en casa llega en un momento difícil para el sector de los gimnasios cuyo negocio cayó un 34,9% en 2020, por causa de la pandemia, según el Observatorio Sectorial DBK de Informa. Los datos provisionales apuntan a un crecimiento del 18% el año pasado, hasta 825 millones de euros, y se espera que en 2023 se vuelva a los niveles de prepandemia. Desde la Federación Nacional de Empresarios de Instalaciones Deportivas (FNEID) acompañan este nuevo fenómeno que definen como «un complemento al servicio que prestamos nosotros», indica su gerente, Alberto García. Cree que el 100% de la actividad física que realiza una persona no debe ser a través de medios online y que al menos una vez a la semana exista un contacto visual. Además, lanza una advertencia: «Hay que saber quién está por detrás de las plataformas, si es un profesional», y recuerda a sus usuarios que «hay ejercicios que si no saben hacerlos pueden causar lesiones».

«Creo firmemente que el ‘fitness’ digital no es una tendencia a corto plazo, sino una solución a largo plazo que seguirá añadiendo valor a la experiencia del presencial. Cada vez vemos más empresas de fitness que adoptan modelos de negocio híbridos que combinan a la perfección los servicios presenciales con los digitales» , explica Hugo Braam, cofundador y director general de Virtuagym, el software de ‘fitness’ lanzado en 2008 y que ya cuenta con más de 18 millones de usuarios en todo el mundo. «Por ejemplo, a través de la combinación de clases grupales online y en persona, la integración de ‘wearables’ en la experiencia dentro del gimnasio o el uso de apps de fitness para planificar sesiones de entrenamiento personal. También convive con la tecnología en el centro deportivo, con programas informáticos que ayudan a gestionar los números o que ayudan a reservar y programar las clases», añade.

El sector de los gimnasios cayó un 34,9% en 2020 y repuntó un 18% el año pasado

Braam recuerda que una aplicación móvil integrada permite a los gimnasios ofrecer a sus usuarios una experiencia de fitness 24 horas al día, 7 días a la semana, y llevar su compromiso más allá de las cuatro paredes del gimnasio. «La solución de la aplicación ‘todo en uno’ enriquece la experiencia de los socios para permitir una mayor motivación, fidelidad y, por tanto, una mejor retención». Además, un modelo híbrido impulsado por la tecnología significa ofrecer a los miembros más formas de trabajar para alcanzar sus objetivos personales de fitness y salud, en función de sus necesidades individuales. «Un asesoramiento nutricional es una parte esencial para ayudar a los usuarios en sus objetivos», matiza.

Una industria resilente

Los gimnasios vuelven a demostrar su resiliencia ante las dificultades y muchos de ellos han optado por incorporar la modalidad online como complemento a su oferta deportiva presencial. «Creé mi propia aplicación durante la pandemia, para poder seguir, y después la hemos ido mejorando para que los socios puedan combinar las clases virtuales con las del gimnasio», explica Óscar Peiró, propietario de Smart Club. Cree que la aparición de nuevas plataformas de fitness puede beneficiar a su sector. «Puedes verlo como competencia pero tiene una parte positiva porque hay gente que nunca ha hecho gimnasia, empieza con las clases online y luego busca un gimnasio. No todo el mundo se atreve a poner ropa deportiva e ir a una clase con otros compañeros. Así ganan confianza», subraya. Al final, lo importante es que la gente tenga una vida activa.

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