Mondeléz, el desafío de dejar un buen sabor de boca al cliente saludable

El grupo de Milka, Oreo y Fontaneda apuesta por la reducción de grasas, sal y azúcares

Lefteris Chaloulakos, director general de snacks para España y Portugal, en su encuentro con ABC ÁNGEL DE ANTONIO

Daniel Caballero

Los consumidores no son los únicos responsables de que más de la mitad los españoles tengan sobrepeso. Los fabricantes asumen también su pizca de culpa. Un sentimiento que les hace modificar sus productos para cuidar la salud de la gente. Es el caso de Mondeléz , grupo dueño de Milka, Oreo, Fontaneda y Tuc, entre otras marcas, que factura a nivel mundial 26.000 millones de euros y está presente en 165 países.

«Hay una responsabilidad interna en la empresa. No todo es negocio», destaca Lefteris Chaloulakos , director general de snacks de Mondeléz para España y Portugal. Su compromiso con la salud es una máxima que llevan hasta las últimas consecuencias. Para ellos, los clientes mandan, es decir, se toman al pie de la letra la frase de que éstos siempre tienen la razón: «Los consumidores se preocupan más por el bienestar y hábitos más saludables. Si queremos seguir siendo líderes tenemos que escucharles».

Esto se traduce en tres retos concretos para el grupo: aumentar el crecimiento de los productos saludables, mejorar el perfil nutricional con reformulaciones e innovaciones y fomentar el control de porciones. Esto último, precisamente, es capital en Mondeléz. «Los snacks son para el disfrute. Por ello abogamos por un consumo responsable con el control de porciones». Concretamente, su objetivo es «alcanzar un 15% de productos con control de porciones» , es decir, que los paquetes de galletas se presenten en envases divididos para vigilar no pasarse con el consumo.

Lefteris Chaloulakos, director general de snacks para España y Portugal, en su encuentro con ABC ÁNGEL DE ANTONIO

Asimismo, su responsabilidad está en los componentes de sus productos. «En Oreo hemos logrado reducir un 43% las grasas saturadas y un 17% la sal; en Tuc, redujimos las grasas un 77% y la sal un 29%», explica Chaloulakos. Y esto, a su juicio, no está reñido con mantener un buen sabor. «No es fácil y tiene riesgos pero lo hemos conseguido. Así lo dicen los estudios», prosigue el directivo de Mondeléz, cuya filial en España da empleo a 1.300 personas.

Para el caso de Fontaneda, la innovación ha llegado en forma de reinvención de la marca. «Lanzamos productos con valor añadido con miel y canela que son más apropiados para consumidores con estilos de vida diferentes. Creamos una línea nueva que se llama “cuídate” y lanzamos un producto sin gluten. Incluso ahora venderemos también un producto “digestive” sin azúcar», detalla Chaloulakos.

Su obsesión por la salud es algo que transmiten no tanto a los niños sino a los padres. Sabedores de quién vigila la alimentación en casa, centran sus esfuerzos en convencer a los adultos de que ganarán en calidad de vida si consumen productos sin grasas, sal o azúcar. «Tienes que satisfacer a los padres con productos más sanos, sin sacrificar el sabor que los niños quieren. Es un equilibrio», defiende el director de snacks del grupo de alimentación. Un equilibrio para fomentar hábitos saludables entre los padres e inculcarlos, además, poco a poco, entre los más pequeños.

Sostenibilidad

De la salud, Mondeléz pasa al medio ambiente. La sostenibilidad es otra de sus metas. Tal es así, que ya han desarrollado programas para mejorar las materias primas que utilizan; se asocian con los agricultores no solo para comprar trigo y cacao , sino para preservar en conjunto el medio ambiente e impulsar las comunidades locales de las que obtienen las materias primas. «Para nosotros la sostenibilidad es una manera de hacer negocio pero tenemos una responsabilidad con los proveedores», dice el directivo.

A modo de ejemplo, Chaloulakos destaca los programas Cocoa Life y Harmony. Este último, destinado al trigo, cuenta con el ambicioso objetivo de que en 2022 toda esta materia prima que utilicen sea sostenible . Y no es solo algo de España, sino a nivel continental: «Es un programa europeo y en cada país se desarrolla en unas galletas distintas».

Trigo sostenible para «dejar huella» en sus productos y en las comunidades. No se olvidan del medio ambiente y, por ello, han adquirido un compromiso con sus cultivadores de apoyar la fauna autóctona. «Los agricultores tienen la obligación de destinar el 3% de sus campos a la plantación de flores, que llaman a mariposas y abejas. De hecho, la acumulación de abejas es una medición del éxito de los campos ».

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