El ministro alemán de Finanzas bajo fuego parlamentario por dos graves escándalos financieros

Scholz reconoce reuniones con banqueros que había «olvidado»

Olaf Scholz, vicecanciller y ministro de Finanzas de Alemania REUTERS

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El ministro alemán de Finanzas, Olaf Scholz , llegó ayer al pleno del Bundestag sin mascarilla. La normativa parlamentaria lo permite y él estaba dispuesto a mostrar que no tenía nada que esconder en la sesión de control en la que era sometido a escrutinio. Sin embargo, se vio obligado a reconocer que había mantenido más reuniones con los banqueros de Cum-ex de las que en principio había reconocido, un «olvido» al que la oposición estaba dispuesta a sacar provecho.

No en vano, Scholz es ya el candidato declarado del Partido Socialdemócrata (SPD) para las elecciones de 2021 . «Escuchar las preocupaciones de los ciudadanos es parte del trabajo de los políticos», justificó sus reuniones en 2016 con Christian Olearius, directivo de Warburg, que consiguió exenciones fiscales de 47 millones de euros mientras hacía donaciones a la campaña del SPD. «Que no te dejes impresionar por ellos también forma parte», añadió.

Scholz, como alcalde de Hamburgo que era entonces, desconocía la identidad de los donantes. «Un buen alcalde, un buen ministro, es alguien que tiene muchas conversaciones», justificó, «puede que no puedas recordar los detalles más tarde pero no por eso te dejas dar instrucciones». En el caso Wirecard, Scholz reconoció que «puede haber habido errores de desconocimiento», pero se trata de un asunto en plena investigación y proceso judicial. Según su versión, se trata de un accidente de su época como alcalde en el primer caso y de un fraude para el que los supervisores alemanes no estaban del todo preparados en el segundo, por tratarse de un concepto de negocio nuevo, sometido al funcionamiento a través de internet y en muy diversos países.

«Parece sufrir usted una amnesia general », le reprochó la portavoz de finanzas de Los Verdes Lisa Paus, después de interrogar al ministro durante más de una hora y media, «no puede usted recordar nada». El portavoz de la CSU bávara, Hans Michelbach, admitió que la acusación de tráfico de influencia del entonces alcalde Scholz «no ha sido probada hoy en esta reunión, pero tampoco ha sido eliminada». Y los diputados del partido antieuropeo y antiextranjeros Alternativa para Alemania (AfD) pidieron reiteradamente su dimisión, en un tono de crispación que solamente este partido adopta en el Bundestag. El diputado de La Izquierda Fabio De Masi le reprendió incluso por haber recibido una carta del jefe de Warburgbank. «No soy la oficina de correos, y esa carta llegó por los canales oficiales , así es exactamente como debe ser», le respondió.

Scholz se tomó con calma las acusaciones y r espondió en tono pausado y en larguísimas intervenciones . El presidente del Bundestag, Wolfgang Schäuble, llegó incluso a llamarle la atención por el desdén con el que ignoraba el piloto rojo. Pero su calma no garantiza que la marejada no crezca con la proximidad de la campaña electoral. Se trata de los dos mayores escándalos financieros de la historia alemana y, aunque nadie duda de su reputación ni dentro ni fuera del SPD, su ignorancia puede igualmente ser objeto de críticas. Se trata además de una coincidencia extraordinaria que solo unos días después de su reunión y de una llamada telefónica, la oficina de impuestos de Hamburgo renunciase a casi 500 millones de euros en reclamaciones fiscales al banco Warburg . «No hubo influencia política en esta decisión de la oficina de impuestos de Hamburgo, ni de mí, ni de otros tampoco, estoy muy, muy seguro», puso su mano en el fuego.

Scholz ha ofrecido la posibilidad de una enmienda legislativa para garantizar que las ganancias de estos casos de fraude puedan ser confiscadas incluso después de que expire el plazo de prescripción, lo que permitiría a los fiscales recaudar las ganancias de CumEx y otras partes involucradas después de una condena, incluso si los casos ya están prescritos por ley a efectos fiscales, extendiendo la posibilidad a los casos que ya estaban prohibidos por ley a efectos fiscales el 1 de julio de 2020.

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