El AVE a La Meca se rearma para combatir la arena del desierto

Copasa desarrolla una máquina para evitar que se repitan nuevos problemas técnicos

Tren AVE en la estación de La Meca AFP / VIDEO: ABC Multimedia

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Entre las múltiples dificultades a las que se ha enfrentado el proyecto del AVE a La Meca, liderado por un consorcio español de doce compañías, la arena sobresale por encima de todas. Al menos, en el ámbito operativo. Las tormentas de arena del desierto pusieron en jaque la construcción de la línea de alta velocidad y dificultaban la visión de los maquinistas cuando comenzó la fase preoperacional de la línea.

Pero este problema está cerca de ser superado. Según ha podido saber este periódico, Copasa, empresa española encargada del mantenimiento del trazado junto a Imanthia y compañía privada con mayor presencia en el proyecto, ha desarrollado una máquina que permite evitar que la arena entre en las vías y dificulte la circulación de los trenes. La máquina, una bateadora de línea remodelada, se ha desarrollado en tres meses. Es autopropulsada y cuenta con dos carros de soplado (la técnica de aspiración fue descartada porque reducía el rendimiento), de tal forma que no interfiere en la visibilidad de la conducción desde las cabinas.

Cuando la arena está depositada en la entrevía, la herramienta consigue rendimientos de entre 3 y 3,5 kilómetros por hora, mientras que si la arena cubre el hueco entre las traviesas por debajo del carril o está compacta y húmeda los rendimientos sereducen a 1,5 kilómetros por hora. El volumen de arena en la vía que se quita cuando esta herramienta realiza sus trabajos (opera por la noche) puede oscilar entre 200 y 250 metros cúbicos.

El consorcio pretende, con esta y otras medidas, como muros y fosos, frenar el avance de la arena, que precisamente causa más estragos en la vía entre los meses de marzo y mayo. En el pasado, este factor fue el que dificultó en mayor medida la operativa de la línea de alta velocidad.

Imagen de la máquina que evita que la arena entre en las vías ABC

Pero no es el único desafío al que se ha enfrentado el proyecto. En ocasiones, los pastores beduinos de la zona permiten el acceso a la vía a animales como camellos, cabras y burros, lo que en la práctica supone un riesgo para el funcionamiento del corredor. Desde el consorcio aclaran, sin embargo, que este factor «prácticamente se ha erradicado». En total, unas 360 personas trabajan en el mantenimiento del trazado;250 para Copasa (entre ellos, 75 españoles) y unas 110 para Imanthia. Además de españoles, en el proyecto actualmente están operando trabajadores de varias nacionalidades, como paquistaníes, egipcios, filipinos, indios, bangladeshis y srilankeses.

El incendio de la estación de Yeda

Tras retrasar en varias ocasiones la entrada en funcionamiento de la línea, el AVE a la Meca se puso en marcha con una fase de preoperación en octubre de 2018. El servicio, sin embargo, todavía cuenta con restricciones de frecuencias y velocidad, ya que todavía existen determinadas zonas del proyecto que no están terminadas, como las estaciones de Meca y Yeda. Esta última sufrió un incendio durante el mes de septiembre que causó varios heridos y cuyas causas aún están por determinar.

Hasta el pasado mes de enero, el consorcio encargado del proyecto ha realizado 2.300 viajes, con 850.000 pasajeros, una ocupación media del 75% y una puntualidad del 95%.

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