Más del 30% de las viviendas se compran sin financiación hipotecaria

El descenso de los precios de los inmuebles durante los años de ajuste del sector inmobiliario y la capacidad de ahorro de la que durante los ejercicios de casi plena sequía en el mercado de la vivienda se denominaba «demanda embalsada», aquellos potenciales compradores solventes que deseaban adquirir una vivienda, pero postergaban las operaciones a la espera de la mejora de las condiciones económicas o de que los precios tocaran suelo.

Si tradicionalmente el número de hipotecas superaba ampliamente la cifra de compraventas de viviendas (la máxima diferencia se alcanzó en 2007, cuando los créditos hipotecarios se elevaron hasta los 1,2 millones de unidades, frente a las 788.518 transacciones inmobiliarias), desde el «pinchazo de la burbuja» del ladrillo esta relación cambió de manera radical.

De hecho, desde 2012 la evolución se produce precisamente a la inversa, una tendencia que se ha consolidado ejercicio tras ejercicio y que ha dado lugar a que en 2015 el 30,58% de las compras de vivienda se hayan realizado al contado, es decir, sin financiación hipotecaria.

En concreto, según las estadísticas pertenecientes al cuarto trimestre de 2015 del Colegio de Registradores de la Propiedad, durante el conjunto del año se llevaron a cabo 354.548 transacciones inmobiliarias, frente a la firma de créditos hipotecarios, que se situó en 246.109. «El mercado inmobiliario durante la crisis muestra la caída acusada de las compraventas y el desplome de las hipotecas hasta configurar el panorama actual donde muchas operaciones se realizan sin financiación hipotecaria», explican los registradores.

Suben los precios

Esta situación se produce pese a las mejoras en las condiciones de acceso a las hipotecas en el último año y el importe creciente de los inmuebles. Así, según este mismo estudio, el precio de las casas se elevó un 6,6% durante todo 2015, impulsado por el aumento de las transacciones, que se incrementaron un 11,2%.

El avance de las operaciones está dotando de homogeneidad -aunque aún se encuentra en una fase muy inicial- a un mercado hasta ahora segmentado tanto por la ubicación de los inmuebles como por su antigüedad. En este sentido, la vivienda de segunda mano se erige como principal responsable del desarrollo de las ventas del sector inmobiliario, al experimentar una subida del 39,7% en comparación con el año anterior, mientras que los inmuebles nuevos (de menos de dos años) descendieron un 36,9%. La diferencia entre ambas, no obstante, se estrecha, de manera que, según la directora de Relaciones Institucionales del Colegio, la exministra socialista de Vivienda Beatriz Corredor, es un signo, tibio aún, de «mejora en la iniciación de viviendas nuevas». Corredor, aunque hizo hincapié en que esta organización no realiza previsiones sobre el importe de la vivienda, concretó que los datos disponibles «sugieren una posible estabilización» del aumento de los precios «en el entorno del 5%».

Mientras tanto, prosigue la senda descendente del Euribor (el índice al que están referenciados la mayor parte de los créditos hipotecarios), lo que ha dado lugar a una caída a plomo de los tipos de interés en las nuevas hipotecas constituidas sobre vivienda.

En concreto, durante el último trimestre del año 2015 el tipo medio se desplomó para el conjunto del país hasta el 2,49%, frente al 2,58% del tercer trimestre y el 3,37% de la misma fracción del año pasado. Mientras tanto, la media anual cayó hasta el 2,73%, casi un punto porcentual menos que en 2014 (3,68%). Se trata de los menores valores de la serie histórica. Los registradores consideran ambas tendencias «un comportamiento muy favorable», pero recuerdan que los tipos medios de estas hipotecas variables aún suponen «un elevado diferencial con respecto al principal indicador de referencia», que desde septiembre de 2014 se hallan en el 0,05%. «Este hecho supone que las perspectivas de comportamiento de los tipos de interés de contratación inicial todavía puedan ser optimistas, ya que existe recorrido a la baja», remachan.