Leer bien los datos del empleo

«Las instituciones que en mayo pasado revisaron al alza sus previsiones por los buenos datos de empleo del primer trimestre deberían al menos actualizar su análisis»

Antonio Merino

Los datos de afiliación a la Seguridad Social de septiembre, a pesar de ser relativamente mejores que los registrados en los dos meses precedentes, siguen ahondando en la idea de que el mercado laboral español se encuentra inmerso en una fase de ralentización, lejos del dinamismo registrado en los años precedentes. En dicho mes, el crecimiento interanual de la afiliación se situó en el 2,44%, inferior al 2,86% registrado de media en el primer trimestre del año o del 2,95% de abril. La corrección puede parecer moderada pero hay otras lecturas más negativas.

Para evaluar hasta qué punto se está frenando el ritmo de afiliación a la Seguridad Social hay que poner el foco de atención en la evolución de las tasas trimestrales, corregidas de estacionalidad y efecto calendario. Atendiendo a estas tasas, en el tercer trimestre del año la afiliación creció un 0,27%, muy por debajo del 0,68% registrado en los dos primeros trimestres del año. Es decir, el ritmo de crecimiento de la afiliación se ha reducido a menos de la mitad. Este hecho se visualiza mejor si anualizamos las tasas de crecimiento. Así, en el tercer trimestre la afiliación estaría creciendo un 1,1% en tasa anualizada, mientras que en el primer semestre del año lo hacía a una tasa del 2,73%. Estas cifras significan un cambio de tendencia impresionante. Pero es que si las analizamos con mayor detalle se podría concluir que el deterioro del mercado laboral, tanto a nivel cuantitativo como cualitativo, es todavía más significativo. Desde el lado cuantitativo, los datos de afiliación a la Seguridad Social, como indicador de la evolución de la ocupación se han visto desfigurados por la entrada en vigor a partir del 1 de abril de 2019 del decreto ley por el cual el Estado pasaba a asumir las cuotas a la Seguridad Social de cuidadores no profesionales. Como consecuencia, desde abril la afiliación de este colectivo se ha multiplicado por más de cinco, incremento que no refleja un aumento real ni del empleo ni de la actividad económica.

Descontando el efecto positivo sobre la afiliación de cuidadores no profesionales, efecto que es transitorio, la afiliación del tercer trimestre pasaría de crecer del 0,27% al 0,16%. Traduciendo este crecimiento a términos anuales significa que no ha crecido el empleo en tasa interanual en el tercer trimestre al 1,1% como se ha señalado anteriormente sino al 0,64% interanual. Teniendo en cuenta que en el primer semestre del año el crecimiento anualizado fue del 2,73%, la afiliación se ha frenado drásticamente en el tercer trimestre del año, mucho más de lo que inicialmente muestran las estadísticas de afiliación a la Seguridad Social.

Desde un punto de vista cualitativo, en el tercer trimestre del año la afiliación, sin corregir de estacionalidad y efecto calendario, registró prácticamente un crecimiento trimestral nulo, la tasa más baja en este periodo desde 2012. Esta variación se explica por un moderado crecimiento de la afiliación del sector público y, lo más relevante, una contracción de la afiliación del sector privado, en un trimestre dónde tradicionalmente en el sector privado se crea trabajo. Esperemos que este frenazo sea transitorio y que no tengamos que revisar más a la baja las previsiones de crecimiento. En cualquier caso, las instituciones que en mayo pasado revisaron al alza sus previsiones por los buenos datos de empleo del primer trimestre deberían al menos actualizar su análisis.

Antonio Merino es economista y técnico comercial del Estado

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