Juan de Antonio: «El decreto del Gobierno es malo para España y destruye empleo»

El fundador de Cabify cree que nuestro país puede perderse «una revolución industrial»

Juan de Antonio, fundador de Cabify, posa para ABC en la sede de su empresa ÁNGEL DE ANTONIO

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No hace tanto tiempo, Juan de Antonio (Madrid, 1979) repartía pizzas y tenía el sueño de convertirse en DJ. Pero la vida le hizo ingeniero. Y le llevó a fundar Cabify, una de las tecnológicas con mayor potencial en España . Un «campeón nacional» que, pese a tener ya ocho años de vida, no termina de encontrar su encaje regulatorio.

En poco más de un año y medio se han aprobado tres reales decretos para regular la actividad de las licencias de vehículos de turismo con conductor (VTC, con las que operan Uber y Cabify). El último, impulsado por el actual ministro de Fomento, José Luis Ábalos, habilita a las comunidades para regular aspectos de este sector como horarios y precios. La Generalitat, sin embargo, utilizó de pretexto esta medida para ir más allá y exigir una precontratación de quince minutos a las VTC. Como respuesta, estas plataformas optaron por abandonar Barcelona. «El Ministerio de Fomento no ha resuelto el problema; lo ha distribuido entre las diecisiete comunidades», destaca De Antonio, y añade: «Han hecho una chapuza y es un sinsentido. Va en contra de los intereses de los ciudadanos españoles. Es malo para el país y destruye empleo».

Por ello, el fundador de Cabify echa de menos más «conocimiento del sector» por parte de los legisladores. Y algún miramiento hacia una compañía que se esfuerza en hacer ver a la sociedad que «es española y paga todos sus impuestos aquí» . «EE.UU. se preocupó de crear un líder en movilidad y protegerlo, al igual que China y Rusia. Los países a los que les preocupa su influencia geopolítica se han posicionado creando campeones nacionales. En España tenemos la oportunidad de permitir que siga existiendo un líder y en lugar de protegerlo le ponemos palos en las ruedas», señala el emprendedor.

Toda esta incertidumbre regulatoria ya está pasando factura a la compañía. El fundador de Cabify explica que se ha reunido con representantes como el vicepresidente de Ecuador o el alcalde de Buenos Aires y dice que le transmiten que «no entienden la situación». «Me preguntan que cómo es posible que vengas aquí a vender tu negocio cuando tu país te está echando. El ICEX fuera nos ayuda muchísimo, pero el daño que nos está haciendo el Gobierno tiene trascendencia. En el Mobile World Congress que se ha celebrado esta semana en Barcelona ha sido un runrún constante », asegura.

Juan de Antonio, fundador de Cabify ÁNGEL DE ANTONIO

¿Y qué hay del taxi? Juan de Antonio destaca que «paga diez veces menos impuestos que las VTC » y «no tiene un problema de ingresos ni una situación de desventaja competitiva». En su opinión, las restricciones de horarios y precios a las que se ve sometido el sector del taxi se ven mitigadas por los « privilegios fiscales , poder circular por el carril bus y recoger personas en la calle». Asimismo, otra «falacia», a juicio del directivo, es que se catalogue al taxi de servicio público cuando en realidad supone una autorización «para proporcionar un servicio al público, al igual que la VTC».

Aún así, Cabify mantiene su idea de crear un fondo de ayudas para el taxi que permita «compensar la posible pérdida de valor de las licencias». Y plantea al gremio la posibilidad de utilizar su aplicación. «Operamos en doce países ; en diez de ellos lo hacemos también con taxis. Representan un volumen significativo, diría que cerca del 50% del total de trayectos. No es algo nuevo para nosotros». Una opción que, sin embargo, ha sido descartada en varias ocasiones por el sector. Pese a ello, la tecnológica española continúa tendiendo la mano al gremio del taxi.

«Hay que mirar al futuro. La gente va a consumir movilidad igual que consumes datos. España corre el riesgo de perderse o llegar tarde otra vez a una revolución industrial . Si empezamos a prohibir ahora vamos a ser los últimos en transformar nuestra ciudad y crear nuevas oportunidades de negocio», destaca el directivo. Y es que pese al caos regulatorio cree que «todavía estamos a tiempo de revertir la situación. Sobre todo, teniendo elecciones a la vuelta de la esquina».

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