Especial Inversión Socialmente Responsable

Inversión Socialmente Responsable: conceptos más allá de la exclusión

El director de Inversión Responsable de Amundi, Thierry Bogaty, considera que «la eliminación de actividades de la cartera es una herramienta, pero retira la posibilidad de influir en una compañía o sector»

THIERRY BOGATY

en los últimos años, debido al impulso de una mayor concienciación sobre la sostenibilidad, han nacido iniciativas y nuevos avances regulatorios y políticos que han impulsado la Inversión Socialmente Responsable (ISR). Algunos de ellos son el Plan de Acción de la Comisión Europea, la COP 21 (la conferencia sobre cambio climático celebrada en París en 2015) o los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Además, la demanda ha aumentado tanto que ha hecho que esto se convierta en una prioridad para muchos inversores que no solo buscan rentabilidad, sino una gestión de los riesgos y una contribución positiva en la sociedad.

Pero, ¿qué se conoce por inversión socialmente responsable? Ésta abarca varios conceptos y siglas. Por ejemplo, las citadas ISR o ASG (unas letras que hacen referencia a los factores ambientales, sociales y de gobernanza de las empresas); pero también se pueden enmarcar aquí los fondos temáticos, verdes y los de impacto social. Por otro lado, la inversión responsable puede abordarse desde diferentes perspectivas. Puede hacerse con un enfoque de «valor», motivado por consideraciones éticas o morales; de «riesgo», con el fin de lograr una mejor gestión del riesgo reputacional, operativo, financiero o regulatorio; de «retorno», para aprovechar oportunidades financieras como la transición energética; o con un enfoque de «deber», en línea con la obligación fiduciaria del inversor.

«Best in class»: Este otro enfoque selecciona a las compañías con mejor puntuación en ASG

La estrategia de exclusiones es un enfoque basado en normas que excluye emisores (aquellos que no respeten ciertas normas o convenios internacionales); o sectores (como pueden ser combustibles fósiles, petróleo, armas o tabaco). Es una herramienta eficiente para reflejar una convicción, pero también excluye la posibilidad de influir en la compañía o sector.

Por ello, en Amundi hemos elegido un enfoque ‘best in class’, que consiste en seleccionar aquellas compañías de cada sector que mejor gestionan sus riesgos y oportunidades ASG. Conocido como ‘screening positivo’, en Amundi lo hemos implementado a través de un rating ASG sobre más de 6.000 emisores analizando 36 criterios (15 genéricos y 21 específicos del sector en cuestión). Este rating o calificación ASG se utiliza para sobreponderar o infraponderar a las compañías, eligiendo a aquellas mejor calificadas y pudiendo influir en las mismas.

Como gestor comprometido, ejercemos nuestra capacidad de influencia sobre comportamientos de cara al futuro en un diálogo accionarial constructivo. El ‘engagement’ o compromiso como accionistas es una palanca fundamental como inversor responsable y, por esa razón, en Amundi asistimos a 2.900 juntas generales y tramitamos más de 32.000 resoluciones al año. Esto beneficia a los inversores, al permitirles gestionar mejor los riesgos y oportunidades de inversión; y a las empresas, al darles la capacidad de mejorar sus prácticas.

Pioneros en ASG

La ISR ha sido uno de los pilares de Amundi desde sus inicios al convertir la integración ASG en un proceso transversal. Además, somos firmantes de los principios de la ONU desde 2006 y nuestro proceso ISR fue certificado por AFNOR en 2013. Asimismo, contamos con una política de voto orientada a incentivar prácticas sostenibles y la alineación de intereses de emisores y sociedad, entre otras iniciativas.

A día de hoy, en Amundi gestionamos cerca de 280.000 millones de euros en ISR, casi el 20% de los 1,4 billones de euros que se gestionan a nivel global. La totalidad de los activos en gestión activa excluye a compañías que no cumplen las convenciones internacionales o regulaciones nacionales; las de peor calificación ASG (G según el análisis de Amundi) y ciertas emisiones intensivas en carbono .

Pero queremos ir más allá. Por ello, a finales de 2018 lanzamos el Plan de Acción 2021. En virtud del mismo, la política ASG de Amundi y sus prácticas de voto se aplicarán al 100% de la gestión de sus fondos a final de 2021. Todos los fondos de gestión activa ofrecerán un rating ASG superior al de sus índices o universos de referencia y las clases de activos poco cubiertas por la ISR (emergentes, high yield o small y midcaps) incorporarán plenamente el análisis ASG. Además, los activos ASG en gestión pasiva se duplicarán hasta, al menos, los 70.000 millones de euros.

En la misma línea, reforzaremos las actividades de asesoramiento para los clientes institucionales y doblaremos la inversión en iniciativas relacionadas con el medio ambiente, aumentando el volumen de fondos temáticos hasta los 20.000 millones. Por último, fortaleceremos el compromiso con las compañías sociales, incrementando la inversión en la economía solidaria desde los 200 millones de euros actuales hasta alcanzar los 500 millones de euros en 2021.

Nuestra elección por la inversión sostenible se basa en dos convicciones: la responsabilidad necesaria de las compañías, las sociedades gestoras y los inversores hacia la sociedad y el hecho de que las políticas de inversión responsable son también garantía de rentabilidad financiera a largo plazo.

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