Una industria capital para España

«Es clave facilitar la exploración de recursos minerales críticos, así como de otros prioritarios o de interés para el desarrollo económico, ya que el país cuenta con minerales imprescindibles para el desarrollo de las energías y tecnologías limpias»

Juan José Cerezuela Bonet

España, al igual que los países más avanzados de la UE, dispone de unas industrias de las materias primas minerales alineadas con el desarrollo sostenible y la protección del medio ambiente, con conocimientos técnicos y tecnológicos de primer orden con personal altamente cualificado a todos los niveles y dilatada experiencia colectiva.

Efectivamente, la importancia económica de las industrias de las materias primas minerales españolas queda de manifiesto por ser proveedora de numerosos sectores industriales situados aguas abajo y que son claves para la economía del país: metalurgia y siderurgia, industria química, generación de energía, construcción, (cemento, cerámica, hormigón, ladrillos) vidrio, alimentación, medio ambiente, etc. El dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre «La minería no energética en Europa» dice que el 70 % de la industria europea depende directa o indirectamente de las actividades extractivas.

En conjunto, las industrias de las materias primas minerales españolas, representadas por las dos asociaciones Confedem y Cominroc , que colaboran de forma sistematizada, generan 221.500 puestos de trabajo directos, según los datos de la Estadística Minera de España y del INE. Las puramente extractivas significan un empleo directo de 32.000 trabajadores, en 2.759 explotaciones mineras con un valor de la producción vendible declarado de 3.280 millones de euros, para los 193 millones de toneladas extraídas en 2017. Las industrias transformadoras y las metalúrgicas emplean a otras 189.500 personas y a esto debemos añadir los empleos indirectos que estas actividades generan, unas cuatro veces esas cifras.

Pero no puede calibrarse la capital importancia de esta industria sin extender su incidencia directa sobre los numerosos sectores industriales a los que abastecen como, entre otros, el sector de la construcción, con 1.281.400 trabajadores y otros sectores dependientes con otros 583.500 trabajadores, cuya competitividad y capacidad de generar riqueza y de contribuir al equilibrio de la balanza comercial depende del suministro de materias primas desde yacimientos nacionales.

La industria de las materias primas minerales es un aliado estratégico imprescindible para el cambio de modelo productivo que permita la lucha eficaz contra el cambio climático, la descarbonización de la economía, la transición justa, estando situada a la vanguardia de la rehabilitación y de la gestión de la biodiversidad, siendo imprescindible en la consecución de los objetivos de la economía circular.

Favorece, además, el crecimiento de la economía del país, con recursos minerales no energéticos de interés. España posee reservas minerales en muchos ámbitos de su territorio: zona sur (tierras raras, cobre, zinc, plomo, oro, plata); zona occidental, desde Zamora hasta Badajoz (litio, tierras raras, estaño, wolframio, níquel, germanio, uranio); zona norte (oro, tántalo, estaño, cobalto); y zona oriental (potasas). También cuenta, en varias zonas del país, con importantes reservas de minerales industriales, caolines, rocas ornamentales, rocas industriales y arcillas. Las reservas de áridos se distribuyen a lo largo de toda la geografía nacional.

Es clave facilitar la exploración de recursos minerales críticos no explorados hasta la fecha, así como de otros prioritarios o de interés para el desarrollo económico, ya que el país cuenta con minerales (litio, tierras raras...) imprescindibles para el desarrollo de las energías y tecnologías limpias y para poder lograr los objetivos medioambientales fijados por el Ministerio para la Transición Ecológica .

De esta forma, se podrá reducir la dependencia de materias primas minerales, especialmente las provenientes de zonas de conflicto o producidos sin respeto a los derechos humanos, el medio ambiente y la seguridad y la salud, contribuyendo eficazmente a la lucha global contra el cambio climático, reduciendo las emisiones derivadas de su transporte hasta España o Europa y paliando el déficit de balanza comercial española , que es negativa en un total de 33.840 millones de euros, cuando el déficit en materias primas minerales (incluidas las energéticas) es de 39.087 millones de euros, superior a todo el resto.

Al poner en valor a estas industrias en España como generadoras de riqueza y desarrollo económico se generará un empleo industrial cualificado, estable y de calidad, fijando así a la población de la denominada España vacía y contribuyendo a las estrategias para el desarrollo sostenible al incluirse no solamente la fase extractiva y de primera transformación, si no toda la dimensión industrial asociada y la cadena de valor citada anteriormente.

Juan José Cerezuela Bonet es presidente de Confedem

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