La indefinición del impuesto a la banca siembra de dudas el mercado
Analistas y bancos de inversión preguntan ya a las entidades por su impacto en resultados
La falta de concreción del Gobierno de Pedro Sánchez sobre la letra pequeña del impuesto a la banca ha generado inseguridad en el sector financiero. Los bancos no saben aún si el Ejecutivo socialista gravará sus beneficios, reducirá sus deducciones fiscales o elevará la tributación de los depósitos , y por tanto desconocen el impacto contable de la medida. Una situación que, según las fuentes financieras consultadas, ha generado incertidumbre en los mercados y amenaza con mermar el apetito por invertir en las entidades españolas por su previsible merma de la rentabilidad.
«Analistas y bancos de inversión están preguntando ya en videoconferencias sobre la medida y su efecto en las cuentas de resultados», explica un alto directivo bancario, que asegura que esto genera preocupación sobre la evolución tanto de la rentabilidad como de la cotización bursátil del sector bancario español «pese a que los fundamentales son buenos».
Un reciente informe del banco de inversión suizo UBS ha estimado que la nueva fiscalidad a la banca podría tener un coste de entre 800 y 1.000 millones de euros anuales o del 7% de los beneficios . Morgan Stanley prevé una caída del beneficio de hasta el 8% en un informe en el que señala como «un factor de riesgo el incremento de impuestos para el sector». Los analistas de Keefe, Bruyette & Woods (KBW) cifran un mayor impacto para bancos domésticos (Caixabank, Bankia y Sabadell) que para Santander y BBVA.
¿Coste para el cliente?
El subgobernador del Banco de España, Javier Alonso, ya alertó de que el gravamen encarecerá el crédito, bajará la rentabilidad de los depósitos y elevará las comisiones si las entidades lo trasladan a sus clientes. Y la banca ya ha dicho que lo considerará un coste más y lo repercutirá al consumidor final. Es más, si el PSOE opta por fijar un recargo a los depósitos, este será directamente un impuesto a los ahorradores, no a la banca.
La ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, confió ayer en cambio en que la banca absorba ese impacto. «Estoy convencida de que igual que este país ha sido solidario con la banca y con las cajas quebradas, los bancos van a ser solidarios con el sistema público de pensiones , entre otras cosas porque los pensionistas son sus clientes», dijo.
Los analistas consultados dudan, en primer lugar, de las posibilidades del Gobierno para sacar adelante un impuesto así por su debilidad parlamentaria, y creen que llegado el caso difícilmente el PNV lo apoyaría por la previsible presión de Kutxabank. Sin embargo, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, reafirmó ayer sus planes y defendió que el sector bancario «aporta menos comparativamente que el resto del sector empresarial» a las arcas públicas.
Menor rentabilidad
El caso de salir adelante, los analistas creen que la repercusión para los usuarios puede ser mínima por el alto grado de competencia. De ser así, el supervisor nacional ya dijo que los bancos lo absorberán en resultados, lo que reducirá aún más su rentabilidad, en mínimos.
«El escaso margen para trasladar el coste a los clientes va a mermar la rentabilidad de las entidades, que ya de por sí está muy deprimida» , confirman a ABC desde un banco de inversión.
Esto puede afectar a la cotización en Bolsa de los bancos españoles, que pese a la recuperación económica no acaba de remontar. En lo que va de 2018, y pese al repunte de los últimos días de todos los bancos cotizados, el Santander, BBVA, Bankia y el Sabadell acumulan importantes pérdidas de cotización al retrasarse la esperada subida de tipos, entre otros motivos y en línea con la banca europea. Fuentes del sector admiten que actualmente el apetito de los inversores se está enfocando en otros sectores. Cabe recordar que la rentabilidad de la banca sigue por debajo de su coste de capital.
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