Bruno Le Maire

«Hemos subido los impuestos a los pensionistas para aumentar los salarios por justicia»

Entrevista con Bruno Le Maire, ministro de Economía y Finanzas de Francia

Le Maire, esta semana en Madrid. ÁNGEL DE ANTONIO
Javier Tahiri

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Al Gobierno de Emmanuel Macron le persiguen las reformas. Hasta el punto de que antes de la entrevista con ABC en Madrid, su ministro de Economía, Bruno Le Maire (Neuilly-sur-Seine, 1969) da los últimos retoques a una modificación legislativa con su teléfono móvil. Surgido de la élite económica y cultural de París como escritor de éxito, Le Maire pronto tuvo aspiraciones a llegar a la cúpula de la política francesa: ha sido director del gabinete del primer ministro Dominique de Villepin en tiempos de Jacques Chirac, secretario de Estado de Asuntos Europeos y ministro de Agricultura. Sin olvidar su intento de liderar la refundación de la derecha francesa presentándose a las primarias de Los Repúblicanos donde no pasó de la primera vuelta. Le Maire, en plena ola de huelgas de trenes, visitó España esta semana para reunirse con su homólogo Román Escolano. La primera impresión parece positiva: «Compartimos las mismas ambiciones sobre la Eurozona: hay que avanzar rápido, tomar decisiones y tener una verdadera visión sobre el euro», incide, para apostar por la eterna reforma, la de la Administración: «Hay que reducir el gasto público sobre el PIB», sentencia.

–¿Ve en el Gobierno de Rajoy un modelo a seguir para reformas como la laboral o la de pensiones en su país?

La recuperación económica de Españ a ha sido espectacular. Admiro mucho al pueblo español, que se ha enfrentado a una crisis de una brutalidad inédita, con miles de parados, que disparó el déficit y dañó el crecimiento. Y España supo levantarse. La estrategia económica que siguió el Gobierno de Rajoy fue valiente y eficaz. Los resultados están ahí: 3% de crecimiento, millones de empleos creados, una economía que se recupera y que ha vuelto a ganar toda la credibilidad en el marco europeo. Es la prueba más concreta de determinación y coraje de Rajoy, de su Gobierno y del pueblo español.

–En España se han repetido en las últimas semanas manifestaciones de pensionistas contra las reformas del Gobierno. En Francia, Macron ha subido los impuestos a los pensionistas y también ha habido protestas.

–Hay que escuchar a todo el mundo. A los pensionistas, hay que tomarles en cuenta su esfuerzo y explicarles que les hemos subido los impuestos para poder elevar los salarios de los trabajadores. Es una reforma que tiene sentido, que es justa, que ha sido anunciada por Macron. Habrá un ajuste entre ingresos, ya que tenemos por un lado cotizaciones más altas y aquellas que son reducidas, aquí hay una asimetría donde podemos introducir ajustes. Y los pensionistas son una parte esencial de la sociedad y hay que hacerles sentir como tal.

–¿En su reunión con Escolano, han acordado avances para endurecer la tributación de las tecnológicas?

–Tengo un gran reconocimiento a España por habernos apoyado en septiembre en nuestra propuesta, pese a que entonces muchos países tenían dudas sobre ella. No es justo que Google, Amazon, Facebook, Apple o Microsoft paguen menos impuestos que las pymes españolas o francesas . Es una cuestión de justicia y de eficacia. Ahora hay que adoptar la directiva que hemos acordado hace unos días. Con España de la mano estamos seguros de que esto conducirá a que para el 2019 sea el primer continente con una tributación justa de la economía digital. Pero el impuesto debe aprobarse en toda la UE, ya que adoptar un impuesto solo entre los dos países será penalizar a España y Francia.

–¿Qué medidas debe tomar Europa ante el proteccionismo económico de China y EE.UU.?

–Europa ha tenido una buena reacción de unidad y firmeza. Unidad porque ningún país va a negociar por su cuenta con EE.UU. Es una reacción de una Europa unida. Y firmeza porque si Washington adopta decisiones desfavorables contra Europa, Europa reaccionará. Contramedidas, velar por nuestros intereses y trabajar en la Organización Mundial del Comercio (OMC) , esos son nuestros tres pilares. Y constato que esta postura es eficaz. Porque EE.UU. ha anunciado que nos dejará fuera de sus medidas proteccionistas. Ahora habrá que ver si este compromiso es duradero y trabajar con Washington sobre las políticas unilaterales de otros estados.

–Con la oposición de Alemania, ¿siguen esperanzados en que haya un Presupuesto y un ministro de Economía para la Eurozona?

–Hay que ser ambicioso y realista. Ambicioso porque debemos proteger nuestro objetivo de conseguir un presupuesto de la Eurozona : tenemos una moneda común, necesitamos un fondo común, para protegernos de crisis económicas asimétricas y para invertir. Y seguir con nuestro objetivo de ministro que representará a la Eurozona. Pero también hay que ser realista: esto no se hará rápido. Para 2018, los objetivos a corto plazo son la unión bancaria, la unión de mercados de capitales y la convergencia fiscal. Si nos concentramos sobre estos retos y conseguimos avances para este año, iremos avanzando en esta ambición en unos años para un presupuesto y un ministro común. Con el Fondo común de Garantía de Depósitos también tenemos que alcanzar avances significativos este año, ya que es indispensable que Europa garantice los ahorros de sus ciudadanos .

–Tras la salida de Draghi en un año, ¿hay posibilidades de que un francés sea presidente del BCE?

–El tiempo para discutir sobre los puestos no ha comenzado, es aún pronto para eso.

–Francia va a salir del Procedimiento de Déficit Excesivo este año, lo que deja a España como el único país, con un déficit del 3,07%. ¿Cree que hay que relajar el Pacto de Estabilidad?

–No creo que haya que cambiar las reglas. Y no tengo ninguna duda sobre la capacidad de España de respetar las reglas. El marco fiscal es la base, pero a partir de ahí hay un debate interesante: Europa necesita invertir más en educación, en innovación.

–¿Por qué tocar un símbolo nacional como la SNCF (la Renfe francesa)?

–Macron fue elegido sobre un proyecto de transformación en profundidad de Francia: transformación económica, de servicios públicos y sistema social para hacerlo a la vez más justo y más eficaz. La SNCF es un servicio público que representa el orgullo de Francia, pero si queremos mantenerlo, debemos modernizarlo. No es fácil, todo el mundo sabe que eso suscita reacciones y huelgas, pero es un objetivo común: hacer un servicio público ferroviario más eficaz, con trenes más puntuales y tarifas menos caras para los usuarios.

–El Gobierno se enfrenta a una ola de protestas: la SNCF, la universidad, las pensiones... ¿Será Macron el nuevo Chirac, que cedió en su agenda reformista ante los sindicatos, o, por el contrario, imitará a Thatcher contra las centrales sindicales?

–Macron no es ni Jacques Chirac ni Margaret Thatcher, es Emmanuel Macron. He trabajado durante años con Chirac, con quien me une una relación de amistad y respeto, pero Macron es Macron y ha sido elegido con un proyecto de gran transformación.

–Hablando de política, ¿ve paralelismos entre lo que ocurre en Córcega y Cataluña? ¿Qué opina del independentismo?

–Solo puedo remarcar nuestro apoyo a la unidad de la nación española. No hay ningún paralelismo entre Córcega y Cataluña, cada una tiene su historia.

–Hoy se celebran elecciones en Hungría, uno de los países más críticos con la UE. ¿Cómo es la convivencia con esos líderes euroescépticos tras las últimas elecciones italianas?

– Italia ha votado y respetamos el voto de los italianos. Hungría va a votar y respetaremos el voto de los húngaros. Hay que medir los riesgos que existen hoy de fractura profunda en Europa entre estados que no creen más en el futuro europeo y otros que quieren impulsar ese futuro europeo. Nos concierne a todos ver qué espera el pueblo europeo: quieren protección, quieren respuesta a la inmigración.

Financiación del terrorismo

Fichado para el ecléctico gobierno deMacron y Philippe, Le Maire ha tenido en la financiación del terrorismo una de sus principales líneas de combate para esta legislatura después de que el yihadismo haya causado en suelo francés más de 240 muertos en los últimos tres años.

–Tras el último ataque en Francia, usted dijo que el islam político era una gangrena que se había expandido en todo el país. ¿Qué medidas ha implementado su gobierno?

–Frente a la amenaza terrorista, el gobierno ha tomado una serie de medidas muy fuertes: ha incluido en la ley ordinaria un cierto número de medidas que estaban en el estado de emergencia, es una forma de decir que hace falta una respuesta aún más fuerte ante la amenaza terrorista inmediata. Hemos endurecido la legislación francesa para hacer frente a esa amenaza que nos afecta y nos concierne a todos. París fue atacado, Madrid fue atacado, Barcelona fue atacada... La respuesta es reforzar el arsenal de seguridad francesa, hay que ser lúcido con la realidad de esta amenaza; no es una amenaza exterior, no es una agresión exterior, es una amenaza endógena en nuestro territorio, hay un islam político en Francia que quiere estar por encima de la ley, imponer su propia ley, que no ve igualdad entre hombres y mujeres, que rechaza toda crítica de la religión. Es un islam incompatible con la República. Es la cultura francesa la que hará frente al islam político, una reafirmación muy potente de esa cultura francesa enraizada en las luces del XVIII, de la libertad de espíritu propia de Francia.

–Tras los ataques en París en 2015, mostró sus dudas sobre los supuestos vínculos que Qatar podría tener con organizaciones terroristas.

–Los países del Golfo han hecho un trabajo muy importante en la lucha antiterrorista. El próximo 25 y 26 de abril organizamos una conferencia sobre la lucha contra la financiación del terrorismo a propuesta del presidente de la República y muchos países del Golfo estarán representados por su ministro de Finanzas, un síntoma del compromiso para luchar contra el terrorismo y de reunir esfuerzos en la lucha contra el terrorismo.

–¿La agenda reformista de Macron es también una apuesta europea?

–Lo que pasa en Francia tiene siempre un impacto europeo. Europa nos mira: es la primera vez en 30 años que Francia puede hacer una gran transformación sin dejar de ser fiel a lo que es. Queremos que la SNCF sea competitiva y deje de perder dinero, pero que siga siendo fiel a lo que es: un gran servicio público francés.

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