El ministro de Economía, Luis de Guindos, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro
El ministro de Economía, Luis de Guindos, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro - EFE

El Gobierno prevé que la tasa de paro de 2019 acabe en el 13% y que haya 20 millones de empleos

El Programa de Estabilidad aprobado por el Ejecutivo augura que se crearán 1,8 millones de trabajos en cuatro años

MADRID Actualizado: Guardar
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El Gobierno ya ha desvelado sus pronósticos para la economía española en los próximos años. En comparación con los que trazó hace doce meses, las nuevas proyecciones del Ejecutivo son más realistas en algunos puntos y reflejan un ligero descenso en el crecimiento, mayor déficit público que el esperado y una deuda de las administraciones más abultada. En este boceto de futuro de la economía española, el empleo se mantiene como el único indicador que no pierde casi fuelle, con un ritmo de creación de 470.000 empleos al año. Unos días antes de la convocatoria de elecciones, en el último Consejo de Ministros de la legislatura el Ejecutivo en funciones ha aprobado el nuevo Programa de Estabilidad 2016-2019 para remitirlo a Bruselas, en el que incluye que la tasa de paro bajará del 20,9% de 2015 al 13% a finales de 2019.

Ello se traducirá en que la economía contará con casi 20 millones de trabajadores en cuatro años, lo que supone la creación de de 1,847 millones de puestos en este periodo.

Según desgrana el nuevo cuadro macro del Gobierno, para 2019 habrá 1,788 millones de parados menos. El empleo crecerá a ritmos superiores del 2% en contabilidad nacional cada uno de los años: un 2,5% en 2016, un 2,2% en 2017, y el 2,3% en 2018 y 2019. [Consulte aquí el resumen del Programa de Estabilidad]

Como ya había anunciado el ministro de Economía, Luis de Guindos, en Washington hace unas semanas, el PIB crecerá un 2,7% este año, un 2,4% el siguiente mientras que en 2018 y 2019 lo hará un 2,5%. «Estas son previsiones prudentes», advirtió De Guindos en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. En sus palabras, a finales de este año la economía recuperará los niveles de PIB y renta que tenía a principios de la crisis.

Las previsiones también contemplan que la economía española registrará en 2018 y 2019 el equilibrio del saldo comercial con el resto del mundo. La diferencia negativa entre exportaciones e importaciones se irá reduciendo al 0,4% del PIB este año y al 0,2% el siguiente para cerrar la brecha a continuación. «España exporta de media 25.000 millones de euros al mes en bienes y servicios», ha destacado De Guindos.

Senda de déficit público

En cuanto al estado de las arcas públicas, el Ministerio de Hacienda prevé que la Administración tendrá un déficit público del 3,6% del PIB este año, un 2,9% el próximo, un 2,2% en 2017 mientras que en 2019 acabará con un desfase entre los ingresos y los gastos públicos del 1,6%. Estas previsiones aumentan sobre todo, la estimación de números rojos del Estado y la Seguridad Social, mientras que comunidades autónomas y corporaciones locales tendrán equilibrio presupuestario en 2019. Asimismo, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, se ha mostrado convencido en que el dato definitivo del déficit de 2015, que se conocerá en septiembre de este año, finalmente quede por debajo del 5% del PIB. [Consulte aquí la nueva senda fiscal dibujada por el Gobierno]

En el reparto de déficit para los próximos años, el Estado tendrá un desfase fiscal del 1,8% del PIB este año, un 1,5% en 2017, un 1,1% en 2018 y un 0,9% en 2019. La Seguridad Social, por su parte, acabará este año con un agujero del 1,1% del PIB que se iría cerrando al 0,9% en 2017, al 0,8% en 2018 y al 0,7% en 2019. Las comunidades autónomas contarán con un boquete del 0,7% del PIB este año, un 0,5% en 2017, un 0,3% en 2018 y alcanzarán el equilibrio en 2019. Ante estos datos, Montoro ha apostillado que «más del 60% del presupuesto del Estado se dedica a financiar a otras administraciones», como comunidades autónomas, entidades locales y la Unión Europea.

Como ha desgranado el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, la presión fiscal se mantendrá en el entorno del 38% del PIB de forma que el ajuste de estos años se dará íntegramente del lado del gasto de las administraciones. El desembolso público bajará del 43,3% del PIB en 2015 al 41,9% este año y después irá adelgazando progresivamente hasta llegar al 40,1% en 2019. Montoro incluso ha abierto la mano a futuras rebajas de impuestos.

El menor déficit se traducirá en una caída de la deuda pública, que el año pasado cerró en el 99,2% del PIB. En 2016 y 2017 se reduciría una décima cada ejercicio, en 2018 bajaría al 97,9% y el 2019 estaría en el 96%.

Recorte de 2.000 millones

Junto al Programa de Estabilidad, el Ejecutivo ha aprobado también el Plan de Reformas y el recorte de gasto público de 2.000 millones este año. Montoro ha concretado que además las comunidades autónomas deberán acometer un ajuste de 2.037 millones mientras que la Comisión de Reforma de la Administración (CORA )permitirá un ahorro de 729 millones. El ministerio que deberá acometer un mayor ajuste serán Fomento (598 millones).

Montoro ha abundado en que se intentará dar más importancia a la financiación público-privada en la inversión pública para compensar las «restricciones presupuestarias». En todo caso, el ministro ha aclarado que el ajuste no afectará a gasto social ni en seguridad.

Del lado de los ingresos, el Gobierno además tiene en cuenta en sus proyecciones de saldo presupuestario que la reforma fiscal reducirá la recaudación tributaria en 4.091 millones en 2016 (2.577 millones del IRPF y 1.514 millones de Sociedades).

Al repasar el Plan de Reformas, el último Consejo de Ministros de la legislatura apuntó los deberes que tendrá que acabar el siguiente Gobierno que salga de las urnas, aunque sin gran concreción por su internidad. Entre ellos, destaca aprobar un nuevo sistema de financiación autonómica para que sea «sostenible» o priorizar la creación de empleo como motor para asegurar la inclusión social.

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