Gaia: El punto de encuentro de la UE para recuperar el tiempo perdido

Que los datos de empresas y usuarios europeos estén en manos de las grandes tecnológicas americanas y asiáticas no le hace ninguna gracia a la Comisión Europea. De ahí que hayan reforzando las leyes de protección de datos en diferentes países. Y desde junio del año pasado, la UE ha lanzado una iniciativa para tener en su poder la «soberanía digital»: la plataforma Gaia-X, liderada por Alemania y Francia, contó en su fundación con 22 empresas, entre las que se encontraban las españolas Amadeus y Gigas.

Gaia-X no es un nuevo proveedor cloud, ni un conglomerado de centros de datos, sino una plataforma donde los proveedores europeos podrán ofrecer sus servicios de computación en la nube respetando las leyes y normas que rigen en el Viejo Continente. «Ahora hay en Gaia-X más de mil compañías de toda Europa tanto proveedores como usuarios de cloud. Es un punto de encuentro que pretende aglutinar un mercado muy fragmentado. Quiere ser una plataforma más global, que trata de conectar todos los recursos cloud de Europa para que sean utilizados por las empresas», explica Diego Cabezudo, CEO de Gigas.

Sería una forma para tener mayor independencia de Amazon, Microsoft y Google. «Permitirá disponer de servicios en la nube sin dependencias de proveedores de otros países, y basándose en unos valores europeos. Esto sería beneficioso para todas las empresas europeas, pues presumiblemente veríamos una reducción en costes y buscaría mejorar el nivel de seguridad. Una de las ventajas que persigue esta iniciativa también es poder compartir datos de empresas que no están en una misma nube actualmente, lo que favorecería a sectores como la investigación o la medicina, campos en los que España está muy bien reconocida», señala Alex Hernández, director de Technology Enablement de KPMG en España.

Gaia-X es una estrategia geopolítica y un asunto económico, como explica Diego Cabezudo. «Si nos convertimos en meros consumidores de los servicios que desarrollan los big tech americanos y asiáticos, el empleo cualificado, la propiedad intelectual y los impuestos se van a otros países».

El reto es colosal, porque «pretender equipararse tecnológicamente con servicios y proveedores de Estados Unidos y también chinos es muy complicado, incluso imposible. Seguramente lo que se acabe realizando en Europa será proveer de servicios muy concretos, como el almacenaje local (dentro de Europ) de los datos y se pongan capas adicionales de servicios pensando en las necesidad de las empresas europeas», cree el Josep Jorba, profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC.