FUSIÓN DE BANKIA Y CAIXABANK

El FROB deberá asumir al menos 3.500 millones de pérdida contable

La institución registrará patrimonio neto negativo y necesitará que el Estado convierta su deuda en capital por tercera vez desde el año 2017

Jaime Ponce, presidente del FROB ÓSCAR DEL POZO

Daniel Caballero

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La fusión de Caixabank y Bankia tiene sus tiempos. Faltan pasos por avanzar aún pero todo está dispuesto para que al inicio de la primavera esté ejecutada . Luego vendrá el proceso de reestructuración y la integración entre ambas entidades. Y por el camino, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) tendrá que mover ficha en sus propias cuentas. La razón: que necesariamente la valoración que da de su participación en Bankia deberá rebajarse en miles de millones con la operación. Así lo indican fuentes jurídicas y financieras, que inciden en que esa reformulación habrá de llegar cuando todo esté finiquitado; esto es 2021 o, como tarde, 2022.

La institución, controlada por el Estado y que se utilizó para intervenir y sanear el sistema financiero en la anterior crisis, cuenta ahora con un 61,8% de Bankia . En la nueva Caixabank su presencia se reducirá al 16,1% del capital, tal como consta en el proyecto de fusión. El valor de mercado de esa participación rondaría los 2.650 millones de euros, aunque para el FROB esta cifra no tiene importancia de cara a sus cuentas ya que hace sus números sobre el valor por fondos propios, el valor en libros que se dice.

La entidad pública calculó que BFA (el holding financiero), de la que posee el 100% y dentro de la que se engloba la parte de Bankia, valía en 2019 9.530 millones de euros; e introduce en sus cuentas que, en un escenario hipotético liquidativo, la cuantificación se quedaría solo en 4.862 millones-. Ni de lejos se acercan a su precio real de mercado.

Las fuentes consultadas apuntan a que con la operación de fusión la institución deberá actualizar ese valor tan irreal para adecuarlo a cómo quedarán los fondos propios de la nueva Caixabank. Las cifras aportadas, una vez analizadas las posiciones de Caixabank y Bankia, son claras: con el 16,1% que mantendrá el FROB, este deberá asumir una pérdida contable de al menos 3.500 millones de euros , utilizando el método de valoración que ha seguido la entidad hasta ahora. Eso es un escenario optimista y prudente, en función de la evolución estos meses, porque hay quien señala que el ajuste podría superar los 4.500 millones. Y si utilizara el llamado «valor razonable», que se refiere al valor de mercado, a grandes rasgos, el golpe sería de alrededor de 7.000 millones sobre el balance.

Las consecuencias de este ajuste serán varias. El FROB cerró 2019 con un patrimonio neto negativo de 751 millones de euros. Esto, en una empresa privada, equivaldría a estar en quiebra técnica, tal como señala Juan Carlos Robles, socio de LEAN Abogados; ante una situación así en el ámbito privado, tal como recuerda Javier Rivas, profesor de EAE Business School, la solución pasaría por una ampliación de capital . En el caso de esta institución, al ser de creación pública, todo es distinto ya que no puede quebrar. De hecho, la normativa que la regula permite que el patrimonio neto esté en números rojos, aunque eso supone explicar al mercado que todo está perdido y sin capacidad de recuperar las ayudas del Estado.

Esta situación en negativo no es nueva. Y la actuación llevada a cabo por el Gobierno tampoco. En 2017, el Ejecutivo decidió convertir en capital 3.000 millones de la deuda que acumulaba en el FROB. Este 2020, después de volver a arrojar un patrimonio neto negativo en 2019, el Gobierno decidió en febrero realizar otra conversión por 3.000 millones y dejar la cifra en positivo en 2.231 millones. Actualmente, este último es el dato que tiene la institución en balance para tratar de evitar esa situación equivalente a la quiebra técnica. A la vista de los datos no será suficiente ya que el ajuste la superará con creces.

Ante esta situación, fuentes financieras apuntan a que el Estado se verá de nuevo obligado en 2021 o 2022 a sanear las cuentas con otra conversión de deuda en capital. Todo para mandar una señal de que el FROB puede seguir adelante.

El visto bueno del auditor

En las cuentas de 2019 del FROB, el auditor destacó que los números reflejan una imagen fiel del patrimonio y de la situación financiera. Las pérdidas fueron de 282 millones, y también se valoró a cero su participación en la Sareb , el llamado banco malo español, dando a entender que no podrán recuperarse los más de 2.000 millones inyectados.

El auditor, ahora, es Mazars, una firma reputada pero sin el tamaño de otras como las «Big Four» (EY, Deloitte, KPMG y PwC) . Así las cosas, de no actualizarse el valor contable de la participación en la nueva Caixabank, las fuentes consultadas señalan que la empresa de auditoría habría de emitir su informe con salvedades, lo que siempre supone un mazazo para cualquier empresa y su credibilidad. El FROB indicó hace días a ABC que es una situación que tendrá que abordar con su auditor cuando llegue el momento.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación