«Aún falta mucho para un verdadero mercado ibérico de electricidad»

Nuno Ribeiro da Silva, presidente de Endesa Portugal, plantea los retos pendientes y retrata este área económica

Nuno Ribeiro da Silva también fue secretario de Estado de Energía ABC
Francisco Chacón

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Con la evolución por montera y la petrolera Repsol recién incorporada tras diversificar su cartera de negocios, el Mercado Ibérico de Energía es una realidad en alza, 15 años después de la puesta de largo de su polo portugués. Entre sus objetivos, destacan promover los precios de referencia de la Península, proporcionar herramientas eficaces para la gestión de riesgos y, sobre todo, contribuir al desarrollo del sector. En exclusiva para ABC, el presidente de Endesa Portugal plantea los retos pendientes y retrata este área económica desde la solidez que le otorgan no solo sus 13 años en el cargo, sino también su anterior etapa como secretario de Estado de Energía. Por tanto, es un directivo con dilatada experiencia que conoce bien los movimientos que marcan el pulso, antes bajo el mandato conservador del PSD y hoy con la «geringonça» (que no coalición) liderada por los socialistas.

—Endesa está presente en Portugal desde 1993. ¿Qué balance realiza de este largo periodo?

—El balance es claramente positivo. Fuimos pioneros, y eso permite que hoy seamos la segunda empresa eléctrica en Portugal [después de EDP], tanto en la generación de electricidad como en cuota de mercado. En particular, justo cuando se estancó y hasta disminuyó el consumo de energía eléctrica en España, el alargamiento de la actividad de Endesa a Portugal favoreció, sin duda, mitigar esa reducción del mercado tradicional de Endesa. Estos 25 años han sido ricos en términos de experiencia. Al final, corresponden al periodo en que la UE decidió la privatización, «desverticalización» y liberalización del sector y de los mercados eléctricos regulados.

Tenemos una cartera superior a 300.000 clientes, con nuestro foco en los grandes consumidores

—Los clientes y los beneficios no cesan de aumentar. ¿Qué claves explican el éxito de Endesa en el país vecino?

—La tendencia ha sido hacia un crecimiento prudente, responsable, pero sólido. Hoy Endesa dispone de una cuota global en el mercado eléctrico portugués de, aproximadamente, el 19%, y del 13% en el gas natural. Tenemos una cartera superior a 300.000 clientes, con nuestro foco en los grandes consumidores, mercado que lideramos, por delante de EDP, con un 29% de cuota. También somos el segundo mayor generador de electricidad en Portugal, donde operamos una central de carbón y dos grupos alimentados con gas natural. Tenemos un volumen de negocios del orden de 1.500 millones, proporcionándonos interesantes márgenes globales.

—¿Cómo fueron los primeros pasos del mercado ibérico de electricidad?

—Nuestros dos países acordaron crear el MIBEL el 11 de noviembre de 2001. Fue el resultado de un largo y complejo proceso, liderado por Bruselas, en el sentido de acabar con los monopolios públicos nacionales, heredados de la posguerra. Era un proceso lógico, en el ámbito de los principios orientadores de la UE con el objetivo de extender los principios de la libre competencia a un sector tan relevante para la sociedad como es la energía, y la electricidad en particular. Estando los dos países ibéricos aislados del resto del continente, por la barrera física de los Pirineos, era evidente que no nos quedaba otra alternativa a Portugal y España que no fuera entenderse en la creación del mercado regional. Desde entonces hasta ahora, en todas las cumbres ibéricas, el tema energético es tratado por los dos gobiernos al más alto nivel.

—¿Qué hace falta para desarrollar en toda su extensión el mercado ibérico de electricidad?

—El mercado eléctrico (MIBEL) y el mercado del gas (MIBGAS) son excelentes iniciativas de nuestros gobiernos. El proceso es complejo, y ha conocido altos y bajos: momentos en que nuestros gobiernos se empeñan en un esfuerzo conjunto, de convergencia, alternado con otros periodos de relativa indiferencia, e incluso de divergencia. La construcción del mercado ibérico impone medidas de naturaleza política, técnica, fiscal, ambiental, operacional, en fin, regulatorias. Me preocupa cuando somos confrontados con situaciones, con decisiones unilaterales que, en vez de apuntar hacia la aproximación de las reglas, contribuyen a las divergencias de normas. Pasados tantos años desde que Portugal y España decidieron crear la Iberia de la energía, aún falta mucho para que nos beneficiemos de las ventajas de un verdadero mercado común. Hay profundas diferencias en la fiscalidad, lo cual incide sobre las diferentes tecnologías de generación y también sobre el IVA en las facturas de los clientes, por ejemplo. Nuestros dos países deberían disponer de un «grupo de contacto» permanente, con una guía de objetivos y datos, con la finalidad de establecer la convergencia de reglas.

Eficacia y fiabilidad

«Un mercado maduro y a pleno rendimiento solo puede traer ventajas en términos de eficiencia a la hora de asignar recursos, en términos de eficiencia energética, mitigación de impactos ambientales y seguridad del suministro», afirma Ribeiro, antes de subrayar «las ventajas para la economía y la competitividad del sistema». Y prosigue: «Cuanto mayor sea el mercado, más diversificados serán el número y tecnologías de generación conectadas a una red compartida; mayor será la fiabilidad y resiliencia del sistema; habrá ventajas de escala, el sector será más previsible y transparente».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación