Christine Lagarde
Christine Lagarde - REUTERS

España cuatro años después: del enfermo de Europa al alumno modelo

En 2012 el FMI aplicó a la economía española la mayor revisión a la baja del crecimiento del mundo; hoy tiene el mejor pronóstico

Madrid Actualizado: Guardar
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España se mira al espejo estos días y contrasta experiencias pasadas. Hace cuatro años, en enero de 2012, el Fondo Monetario Internacional publicó sus previsiones económicas mundiales. España entonces sufrió la mayor revisión a la baja de su crecimiento de entre todos los países del planeta, con un recorte del 2,8% que dejó la estimación del organismo en el -1,7% –finalmente, ese año el PIB español se contrajo un 2,6%–. España acabó recibiendo asistencia financiera desde Europa para el sector financiero.

El antes y el después de la economía española se materializó hace unos días cuando la institución dirigida por Christine Lagarde actualizó su previsiones y España fue el país con una mayor subida en sus pronósticos de crecimiento para este año de todo el globo: hasta dos décimas adicionales que cifran el repunte de la actividad en el 2,7% para este año (tres décimas aún por debajo de los pronósticos del Gobierno, eso sí).

En noviembre la Comisión Europea también elevó al alza su previsión para la economía española en 2016 y 2017.

Al comparar con 2012 la imagen de España en el exterior ha cambiado. Los datos económicos explican esta nueva percepción. El FMI revisó al alza hasta nueve veces seguidas el crecimiento de España en 2015. Unos días después del espaldarazo desde Washington, fue el presidente del BCE, Mario Draghi el que calificó de «remarcable» la «recuperación» de la economía. Incluso el comisario europeo de Economía, Pierre Moscovici, valoró en Davos el crecimiento del «alumno modelo» de la UE, eso sí, antes de pedir ajustes adicionales al nuevo gobierno que se forme.

Desde Bruselas, Zsolt Darvas, analista del «think-tank» Bruegel, señala que España se ve «desde otro prisma» desde fuera. Hace poco más de una semana, en el Foro de Davos, el presidente de BBVA, Francisco González saludó la favorable percepción de España, aunque alentó a no perder «ese gran momento».

«La imagen de España todavía es buena. Al final del año pasado teníamos un gran momento y ahora, evidentemente, hay un poco más de preocupación», señaló el banquero. Como destaca Darvas, el crecimiento de la economía es el protagonista de este «lavado de cara». El PIB aún no ha conseguido recuperar el nivel de antes de la crisis, pero según De Guindos, si no hay turbulencias políticas lo conseguirá este 2016.

Viento de cola

La economía apoyada por factores positivos como la devaluación del euro –que beneficia a las exportaciones y a la deuda–, las medidas de estímulos del BCE –que permiten al Tesoro financiarse a tipos históricamente bajos– y la caída del precio del petróleo –que insufla renta a los hogares a través de un ahorro de costes, ya que España importa el 99% del petróleo que consume–. Impulsado por estos factores, el ritmo de crecimiento de España en 2015 (3,2%) fue el doble que Alemania y el triple que Francia y más que dobló al de la Eurozona. Y este año crecerá por encima de Estados Unidos (2,6%), el Reino Unido (2,2%) y Alemania (1,7%), según el FMI.

«Esta siendo una recuperación intensa pero retrasada, ya que la crisis comenzó en 2008 pero el crecimiento este año ha sido una sorpresa positiva en muchos sentidos», sostiene Javier Díaz-Giménez, profesor del IESE Business School, que señala que España continúa pagando más por su deuda que otros países como Italia. Aún quedan asignaturas pendientes. «Hay una preocupación del incumplimiento de los objetivos de déficit. España necesita aprobar reformas como el cambio del modelo de financiación. El país sigue con la esquizofrenia de tener una recaudación irlandesa pero aspirar a un Estado francés», dice Díaz-Giménez.

La duda que plantean los analistas consultados es la inestabilidad política. Sin embargo, todos coinciden en que formar parte del euro asegura que el nuevo gobierno tampoco pueda desviarse de la senda fiscal, por lo que el margen de actuación es reducido. Como resumió De Guindos hace unos días: «El euro es el barco de la política económica». Y con el rumbo centrado, la percepción de España en el exterior gana enteros a rebufo de su crecimiento.

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