El Gobierno reconoce que el ingreso mínimo no avanza al ritmo esperado

El ministerio de Seguridad Social reconoce que el despliegue del ingreso mínimo vital está siendo más lento de lo que inicialmente se estimó, lo que implicará que el objetivo de llegar a 850.000 familias tardará más en cumplirse. Así lo ha advertido el secretario de Estado de Seguridad Social, Israel Arroyo , que ha ofrecido junto al ministro José Luis Escrivá una rueda de prensa para exponer exponer datos sobre las medidas que su departamento ha adoptado para hacer frente a la crisis de la Covid-19.

Arroyo ha matizado, no obstante, que los cambios que han venido haciendo en los requisitos para acceder a esta prestación responden precisamente a este problema pero ha querido dejar claro que su preocupación es que el ingreso mínimo vital «reduzca la pobreza extrema. La meta no es un número de beneficiarios », ha dicho. Lo cierto es que la esperanza creada por esta prestación fue enorme. Solo en los primeros diez días desde el inicio del plazo para su solicitud se registraron 344.585 expendientes, que siguieron creciendo hasta 1,1 millones. En diciembre, esta prestación la ingresaban menos de 160.000 hogares.

Según ha puntualizado Escrivá, actualmente se está realizando una «evaluación compleja» con la que esperan conocer «exactamente en qué medida los datos que se utilizaban para los cálculos a priori de esos 850.000 hogares casan con los datos de los peticionarios y beneficiarios que están saliendo». «Del cruce de esas dos enormes bases de datos y con todas sus características tendremos las claves adicionales para ver cómo podemos seguir avanzando en la extensión del IMV, estamos en este momento haciendo ese ejercicio complejo con datos del INE, la Seguridad Social y la Agencia Tributaria, ya tenemos algunas claves, por renta tenemos este desajuste que tenemos que reflexionar más», ha dicho.

En cualquier caso, el ministro se ha mostrado en un tono optimista respecto a la reactivación de la economía -«Ya estamos viendo la luz al final del túnel»- y ha desvelado que los trabajadores en ERTE han bajado desde el pico de febrero hasta situarse en 783.000 personas a fecha del 22 de marzo. En su opinión, el número de personas en ERTE está bajando según se va «recuperando la movilidad». En cuanto a la posibilidad de que haya que prorrogar este esquema de protección , Escrivá ha preferido no avanzar detalles, aunque sí ha dado a entender que el final de las ayudas debería estar cerca.

«Ahora tenemos los ERTE hasta el mes de mayo. Vamos a ver cómo estamos en mayo y valoraremos la situación, pero espero que estemos en una situación en la que vayamos desenganchándonos de las medidas de una forma gradual y progresiva. Esto sería lo lógico en función del proceso de vacunación, pero lo valoraremos en mayo con los agentes sociales», ha dicho el ministro.

El ministro también ha dejado abierta la puerta a que haya reajustes sectoriales y ha insistido en potenciar la formación en algunos modelo de ERTE pues habrá sectores, ha reconocido, que no volverán a recuperar plenamente la demanda prepandemia. En cuanto al empleo, Escrivá ha dicho que los datos de afiliación están yendo mejor, pese al arranque de marzo que fue «flojo». «Ojalá, si el proceso de vacunación tiene los efectos esperados, podamos ver esa recuperación en el empleo más fuerte en los próximos meses, después de la Semana Santa», ha dicho.