Egipto incentiva la inversión extranjera para crecer más

Los inversores han comprado 3.300 millones de títulos de deuda esta semana

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«Egipto se ha vuelto a colocar en la lista de mercados prometedores para la inversión, debido a la reciente devaluación, la serie de reformas económicas y, por supuesto, su poderosa fuerza demográfica y su posición estratégica en Oriente Medio». Son las conclusiones del último informe de la consultora PwC en Egipto, titulado «Devaluación de la libra egipcia: las reformas económicas marcan el inicio de un nuevo comienzo». Tiene mucho camino que recorrer: la inversión directa extranjera ha caído desde los 13.200 millones de dólares en 2008 hasta los 6.800 millones en junio de 2016. Sin embargo, según apunta «The Economist», en las últimas semanas los inversores han regresado al mercado de deuda egipcia, comprando este mismo mes más de 3.300 millones en títulos del tesoro, según el Ministerio de Finanzas.

Tras la liberalización y devaluación de la libra, que ahora se cambia a 0,05 frente a los cerca de 0,10 fijados por el Banco Central en 2016, ha atraído de nuevo a inversiones: las remesas están aumentando, así como la liquidez de dólares. Siguiendo con las directrices impuestas con el préstamo del FMI, Egipto además aprobará próximamente una nueva Ley de Inversiones, que ofrecerá mayores incentivos fiscales a empresas extranjeras, apunta consejera económica de la embajada española en Egipto, Cristina Santamaría.

Ante los nuevos signos de «abierto para negocios», empresas españolas han comenzado a desembarcar en el país del Nilo. Esta semana, la compañía murciana Bemasa Caps S.A. inauguró su primera planta en Egipto, con una inversión inicial de cinco millones de euros, de los que la Compañía Española de Financiación del Desarrollo (Cofies), ha financiado al menos un millón. «Vimos en Egipto la oportunidad de suministrar localmente a un mercado de 90 millones de habitantes con una tasa de natalidad que no para de crecer. Se puede ver el enorme potencial», señaló a ABC el director general de esta empresa de fabricación de embalajes, Ernesto García-Balibrea. Con unas estimaciones de llegar a 150 millones de habitantes en 2050, Egipto se convierte así en uno de los mayores mercados de la zona, con una economía que «todavía está creciendo por debajo de sus posibilidades», señala a este diario el profesor de Economía de la Universidad Americana del Cairo Adel Beshai. Su posición, puente entre el norte de África y Oriente Medio, y con el control del Canal de Suez, es también privilegiada para las empresas que quieran poner un pie en mercado regional, con los que Egipto cuenta con acuerdos arancelarios.

La inversión foránea ha pasado de 13.200 millones de dólares en 2008 hasta los 6.800 millones en 2016

No todo es orégano: «Gran parte de los esfuerzos del Gobierno deberían dirigirse a mejorar la atmósfera de negocios y reducir la burocracia egipcia», apunta por su parte a este diario el investigador en economía del centro Carnegie Amr Adly. En un artículo publicado en el periódico estatal egipcio Al Ahram, el exdirector de la Autoridad General de Inversiones, Ziad Bahaa-Eldin señaló a su vez ciertas «genuinas barreras» para los inversores, como «la falta de una visión económica y social clara del Estado egipcio». En un foro económico celebrado en Sharm El Sheij, el entonces ministro español de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, señaló que pese a las oportunidades, en Egipto hay «grandes complicaciones sobre todo desde el punto de vista del funcionamiento de la administración». Empresas españolas como Unión Fenosa, Indra e Idom se han enfrentado a contenciosos que avanzan lentamente, aunque «Egipto se ha mostrado dispuesto a solucionarlos».

Ante estos problemas, empresas extranjeras se han volcado en el Ejército egipcio, cuya actividad económica en el país, desde hospitales a carreteras, pasando por empresas de alimentación, se ha disparado en los últimos dos años y corre paralela al Estado. Esta semana, el Consejero Económico de la Región de Murcia, Juan Hernández, se reunió con varios generales de la Organización Nacional para los Productos y Servicios (NSPO, dependiente del Ministerio de Defensa), para discutir posibles proyectos de colaboración económica. «Yo recomiendo (a las empresas españolas) entrar por la NSPO. Son muy ejecutivos, tienen impulso y agilidad, y cuentan con el respaldo del Estado detrás», señaló Hernández a ABC tras la reunión. A finales de año, un consorcio de empresas e instituciones españolas, encabezado por Dibaq, llegó a un acuerdo de 200 millones de euros con el NSPO para impulsar proyectos agrícolas, ganaderos y de acuicultura, campos en los que el Ejército egipcio está buscando cooperación.

Esta semana, la compañía murciana Bemasa Caps S.A. inauguró su primera planta en Egipto, con una inversión inicial de 5 millones de euros, de los que la Compañía Española de Financiación del Desarrollo (COFIDES), ha financiado al menos un millón. «Vimos en Egipto la oportunidad de suministrar localmente a un mercado de 90 millones de habitantes»

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