En el descenso de los precios de los carburantes cabe destacar el fenómeno de las gasolineras desatendidas
En el descenso de los precios de los carburantes cabe destacar el fenómeno de las gasolineras desatendidas - ABC

El consumo de carburantes se ha disparado por la mejoría económica y los bajos precios

En 2016 se han registrado las mejores ventas desde 2010, pero las gasolineras suman caídas del 30% en los últimos seis años

MADRID Actualizado: Guardar
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Las ventas de carburantes de automoción en nuestro país registraron el año pasado un espectacular aumento. La demanda de gasóleo A ascendió a 22,464 millones de toneladas, la cifra más alta desde 2010; la de la gasolina de 95 octanos alcanzó los 4,376 millones de toneladas, un récord desde 2012; y la gasolina de 98 octanos sumó 0,375 millones, el mejor dato desde 2011.

Este fuerte incremento se ha debido principalmente a dos causas: la recuperación económica y la caída de los precios de los combustibles, especialmente entre enero y agosto. La gasolina de 95 octanos comenzó el año en 1,132 euros el litro de media y el gasóleo en 0,962 euros. Al final del mismo, registraron subidas del 9 y del 17%, respectivamente, ya que la primera acabó en 1,233 euros el litro y el segundo en 1,127 euros.

Cabe recordar que la gran operación salida del pasado verano (el último fin de semana de julio) registró los precios medios más bajos de los últimos siete años, concretamente desde 2009, por la fuerte caída de la cotización del petróleo, que estaba en 43,59 dólares. Llenar entonces un depósito de 50 litros de un automóvil suponía un ahorro de entre 5 y 7 euros respecto al verano anterior. El crudo está actualmente en el entorno de los 55 dólares el barril.

Precios «low cost»

En este descenso de los precios de los carburantes cabe destacar el fenómeno de las gasolineras desatendidas (en las que la única empleada es la cajera), cuyo número ha crecido de forma notable en nuestro país en los últimos años y que con sus tarifas muy bajas, en comparación con las grandes petroleras, han contribuido a rebajar los precios medios de los combustibles.

Las compañías tradicionales critican este segmento del negocio de venta al por menor de combustibles porque no se les exige las mismas condiciones, sobre todo de seguridad, que al resto de estaciones de servicio.

Sin embargo, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) avala la existencia de las gasolineras desatendidas, lo que ha provocado la irritación de las asociaciones de empresarios del sector.

Además, varias comunidades autónomas han empezado a legislar contra ese formato de venta, lo que augura importantes conflictos legales en los próximos meses. Incluso, esas gasolineras han llevado ya a Bruselas el caso, pues entienden que las restricciones impuestas en algunas regiones españolas son contrarias a las leyes de mercado y la libre competencia europeas.

El mayor consumo de carburantes durante 2016 ha generado pingües beneficios extras a Hacienda a través de los impuestos, ya que estos productos tienen una elevada fiscalidad en España. En el caso de la gasolina de 95 octanos, los impuestos suponen entre el 55 y el 60% del precio final de venta al público de cada litro. En el gasóleo, entre el 50 y el 55%.

Así, el ministerio que dirige Cristóbal Montoro registró unos ingresos en el tercer trimestre de 2016 (julio, agosto y septiembre) de 2.762 millones de euros por los impuestos sobre los Hidrocarburos. Es la cifra más elevada desde hace 10 años. Además, están los ingresos por el IVA, que para estos combustibles es del 21%.

Más importanciones

Los empresarios de estaciones de servicio y las compañías petroleras han sido lógicamente los más beneficiadas con este incremento de las ventas. Sobre todo, después de acumular caídas del 30% en los últimos seis años. No obstante, estos mayores ingresos en el negocio de marketing no ha conseguido compensar la fuerte bajada en otros negocios debido al descenso de los precios del petróleo en los primeros ocho meses del año.

Otro dato que puede ilustrar la mayor demanda de carburantes en España durante 2016 es el de las importaciones de productos petrolíferos. De gasóleo se importaron 5,576 millones de toneladas, la mayor cantidad desde 2012. Y con la gasolina sucedió algo parecido, aunque las cifras son menores, porque hay un consumo inferior: se importaron 172.000 toneladas, la cifra más alta desde 2009.

Tanto la mejoría económica de nuestro país como, en menor medida, la caída de los precios de los carburantes, influyeron en el sector del automóvil, que cerró 2016 con 1.147.007 turismos vendidos, un 10,9% más que durante el año anterior, según las cifras proporcionadas por las patronales de los fabricantes (Anfac), vendedores (Ganvam) y concesionarios (Faconauto).

Estas organizaciones apuntan que las causas hay que buscarlas en, principalmente, la "mejora del clima económico", la mayor actividad comercial de concesionarios y marcas y el avance del sector turístico, que ha reforzado el canal de alquilador. Y todo ello a pesar de que el agotamiento del plan PIVE ralentizó el segmento de particulares durante los últimos meses del año.

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