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El barril se encareció un 73% en un año - VALERIO MERINO
Sube un 3% en enero

La inflación abre su mayor brecha con la Eurozona desde 2008

El Índice de Precios al Consumo (IPC) subió un 3%, en su mayor alza mensual desde 1984, mientras que en la Eurozona alcanzó un 1,8%

MADRID Actualizado: Guardar
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La inflación ha roto con años de letargo y ha vuelto a escalar con fuerza a cotas que no alcanzaba desde antes de la crisis. El Índice de Precios al Consumo (IPC) subió al 3% interanual, su mayor nivel en 49 meses, desde diciembre de 2012, y 1,4 puntos por encima de lo que marcó en diciembre, un alza que no se daba de un mes a otro desde 1984 o 1981 -según la base estadística que se escoja-, de acuerdo al dato que ayer adelantó el INE. En esos años la inflación estaba por encima del 10% y España aún contaba en pesetas.

La causa de este fuerte repunte obedece a la subida de los precios de «la electricidad y los carburantes (gasóleo y gasolina) frente a la bajada que experimentaron el año pasado», explica de forma sucinta el INE.

Dos factores se han combinado en esta ocasión. Por un lado, el petróleo y la luz bajaron con intensidad en enero de 2016 y por otro, este año la subida en ambos campos ha sido especialmente aguda, por lo que al hacer la comparativa anual, la inflación se dispara. De hecho, entre diciembre y enero, los precios no solo no subieron, sino que bajaron un 0,5%.

La apreciación de los carburantes se explica por el recorte de la producción de la OPEP. El precio del barril de Brent ha subido de media entre enero de 2016 y de 2017 un 73%, hasta el entorno de los 55 dólares. En cuanto a la luz, la falta de lluvia y viento para impulsar las renovables, unido al cierre de una veintena de centrales nucleares en Francia, a la que España compra energía, han apreciado el megavatio hora un 95,8% hasta 71,5 euros.

Así, la subida se debe casi por completo a la apreciación de la energía. De hecho, la inflación subyacente que excluye energía y alimentos frescos, osciló en torno al 1% en enero. El propio ministro de Economía, Luis de Guindos, señaló ayer en el Congreso de los Diputados que espera que el alza de la inflación dure unos meses y a partir del segundo trimestre se modere y converja con la subyacente.

Este potente tirón de los precios tiene consecuencias en la competitividad de la economía española. Eurostat también publicó ayer que la inflación de la Eurozona repuntó siete décimas en enero al 1,8%, es decir, 1,2 puntos por debajo de la de España. Esta es la mayor brecha con la zona euro en precios que se alcanza en un mes desde julio de 2008.

La economía nacional, que hasta diciembre había acumulado 39 meses ganando competitividad con la zona euro vía inflación, vuelve a las distancias propias del periodo previo al estallido de la burbuja inmobiliaria. La inflación ha subido en la UE por las mismas razones que en España, pero el país es más vulnerable ya que importa el 99% del crudo que consume. Si un país tiene una inflación más baja que otro, su economía gana competitividad ya que significa que las empresas producen a menor coste.

Esta pérdida de músculo con la Eurozona llega en mal momento. Ante el fuerte alza de los precios, los jubilados perderán poder adquisitivo en 2017, ya que las pensiones se revalorizarán este año un 0,25% frente al 2,2% que Funcas espera que crezca la inflación media en 2017. ¿También perjudicará a los trabajadores? Depende de cómo evolucionen sus sueldos. CC.OO. y UGT proponen un incremento para 2017 de entre el 1,8% y el 3% mientras que CEOE acota la subida al 2%. La patronal ha recordado que al superar la inflación de la Eurozona, «se debe continuar con la moderación salarial».

Techo del 2% en desindexación

Ante este repunte desorbitado del IPC, De Guindos, anunció ayer la aprobación «en los próximos días» de un decreto para la desindexación de los servicios públicos, que desarrolla la ley que se aprobó en marzo de 2015. Esta norma afecta a precios de transportes, telecomunicaciones, servicios postales, energía, agua, tasas, sanciones y a los contratos públicos, y excluye la negociación salarial colectiva, las pensiones y las emisiones de deuda. Desde 2015 no se desarrolló la ley por la interinidad del Gobierno y porque la norma prevé que cuando la inflación esté por debajo del 0% -como ocurría hasta hace unos meses- se congelen los precios, fijando un techo del 2%, cifra de referencia para el BCE.

Un umbral que en enero pulverizó la inflación. Ante la posibilidad de que el BCE decida subir tipos, De Guindos destacó que supone el mayor riesgo para España y tendría un impacto «rápido, intenso y negativo» ya que las condiciones de financiación empeorarían: España y sus empresas deben emitir 350.000 millones de deuda este año.

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