El Caso Danske alcanza al Swedbank

Según la televisión pública sueca, medio centenar de clientes del banco sueco realizaron transacciones sospechosas por valor de unos 4.000 millones de euros a cuentas en la filial estonia del Danske Bank

Reuters

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Uno de los mayores escándalos bancarios europeos de las últimas décadas, el caso del lavado de dinero del Danske Bank –fundado en 1871–, ha alcanzado a uno de los principales bancos de Suecia: el Swedbank. Según la televisión pública sueca (SVT) medio centenar de clientes del banco sueco realizaron –entre 2007 y 2015– transacciones sospechosas por valor de 40.000 millones de coronas suecas ( unos 4.000 millones de euros ) a cuentas en la filial estonia del Danske Bank. Las revelaciones son resultado del acceso de SVT a documentos confidenciales sobre las operaciones entre Danske Bank y Swedbank en relación con la investigación al banco danés por el Caso Danske. El Swedbank señaló en un comunicado que no puede comentar la información de SVT debido al secreto bancario, aunque una portavoz de la entidad aseguró que las transacciones sospechosas fueron denunciadas a las autoridades.

En septiembre pasado, Thomas Borgen –director ejecutivo del Danske Bank– presentó su dimisión por el millonario escándalo de lavado de dinero en su filial estonia que según un informe de la propia entidad bancaria, habría procedido principalmente de Rusia, Moldavia y Azerbaiyán, e incluye flujos de dinero de familiares del presidente ruso Vladimir Putin. Se calcula que el banco danés ayudó a tramitar pagos por un valor de 150.000 millones de euros , en unas operaciones en la que estarían involucrados, entre otros y además del banco sueco, el alemán Deutsche Bank –que se ha hundido en bolsa entorno a un 4%– y los estadounidenses JPMorgan y Bank of America. El banco danés es objeto actualmente de investigaciones en Dinamarca, Estonia, Reino Unido y Estados Unidos.

Esta misma semana, el lunes, el regulador financiero estonio –el Finantsinspektsioon– ha prohibido al Danske Bank operar en el país báltico como consecuencia del caso de blanqueo de capitales, por lo que el banco danés tendrá que salir del país antes de que termine el año. En un comunicado desde Tallin, la Finantsinspektsioon ha instado al banco danés a presentar un plan de acción en el plazo de 20 días que contemple la finalización de sus operaciones en Estonia en un plazo de ocho meses y proteja los «intereses» de los consumidores. El regulador ha subrayado que «monitorizará con mucho cuidado el proceso de cierre de la filial», al mismo tiempo que ha alertado a la entidad financiera de que está «preparado para tomar medidas supervisoras adicionales para proteger el interés de los consumidores y la credibilidad del sector financiero estonio».

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