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Carlos Tavares, la firme mano lusa que revoluciona el motor

El ejecutivo portugués es el gran impulsor de la compra de por Opel por PSA

CORRESPONSAL EN LISBOA Actualizado: Guardar
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Convulsión en el sector automovilístico. La operación por la que el grupo francés PSA-Peugeot-Citroën se ha adueñado de Opel, la filial europea de General Motors, por 2.200 millones desemboca en el segundo puesto a nivel continental de la macroempresa resultante, solo por detrás del emblema germano Volkswagen. La venta, fraguada desde París, tiene como principal artífice al súperejecutivo portugués Carlos Tavares, quien dirige los destinos del todopoderoso desde que sustituyó a Philippe Varin hace dos años y medio.

Su apuesta, encaminada a vender cinco millones de coches en 2022, se revela como un negocio espectacular que afecta a dos marcas con gran peso histórico, Opel y Vauxhall. Así, pasan a estar bajo su control 19 factorías a lo largo de toda Europa, incluida la de Figueruelas, en Zaragoza.

Nada más cerrarse el acuerdo, el propio Tavares ha exhibido su temple a la hora de apaciguar las situaciones conflictivas que afectan a algunas de esas empresas. Lo ha hecho lanzando un mensaje de tranquilidad y proclamando su intención de respetar los acuerdos con los sindicatos. «La marca Opel se mantendrá en la medida que sea rentable», ha añadido de forma claramente pragmática.

Una brillante carrera

¿Y quién este brillante ‘chairman’ luso de 58 años, partidario de los métodos a la francesa desde que se graduó en la École Centrale de París? Pues un directivo de perfil «top» criado en Lisboa y acostumbrado, desde hace más de tres décadas, a los círculos más determinantes del contexto internacional.

Su impoluta carrera se inició allá por 1981, cuando se convirtió en el ingeniero estrella de Renault, con especiales atribuciones en el proyecto Mégane. De ahí saltó a Nissan, donde se encumbró a la presidencia de su filial norteamericana, y así hasta convertirse en uno de los ejecutivos más valorados del sector, con un bagaje que parece abonado a la palabra «éxito».

Su fulgurante trayectoria comenzó cuando se convirtió en 1981 en ingeniero estrella de Renault

Este coleccionista de automóviles de alta gama ha maquinado la operación Opel-Vauxhall a lo largo de los últimos cuatros meses, en los que ha tenido que afanarse para lidiar con Mary Barra, la presidenta ejecutiva de General Motors, en principio contraria al negocio. De hecho, ella rechazó en diversas ocasiones las propuestas de Fiat-Chrysler, aunque ahora se ha mostrado proclive debido a las perspectivas solventes que se abren.

Barra compareció, precisamente, al lado del propio Tavares y de Karl-Thomas Neumann (presidente ejecutivo de Opel) a la hora de anunciar el fruto de sus laboriosos pactos. Y no es casualidad que se airease justo en vísperas del 87º Salón del Automóvil de Ginebra, la cita más importante del mundo en este ámbito. Además, una de las presentaciones estelares de la feria suiza será la del modelo SUV Crossland X, desarrollado de forma conjunta por PSA-Peugeot-Citroën y Opel.

Tanto es así que el «chairman» portugués ya ha avanzado que se trata del primer vehículo que utiliza tecnología compartida por los dos conglomerados. Una circunstancia que retrata la importancia de este programa dual como eje y motor del acercamiento rubricado.

Si tomamos como referencia la dimensión alcanzada por ambos «holdings» en 2016, se juntan dos volúmenes de negocio a gran escala: los 17.700 millones de euros acumulados por Opel y Vauxhall redundan en que el gigante PSA-Peugeot-Citroën se arroga una cuota del 17% en el mercado automovilístico mundial. Una cifra muy serie en medio de la pujanza sin fin demostrada por los fabricantes estadounidenses, chinos, japoneses y coreanos.

Coleccionista de coches de alta gama, cimentó su fama en la filial de Nissan en Estados Unidos

Con todo, Carlos Tavares tiene ante sí un reto prioritario: dar la vuelta a la situación que ha llevado a la marca germana fundada en 1862 a rezagarse con ciclos de pérdidas experimentados en la franja de los últimos 16 años. De hecho, su idea pasa por llevar a la empresa a los beneficios ya desde 2020, para lo cual se ajustarán costes. El directivo luso es consciente de que hoy, más que nunca, los necesarios recortes deben ir acompañados por selectas inversiones en I + D, sin las cuales no puede competirse en la lucha planetaria.

De hecho, Tavares ha puesto en marcha un ambicioso plan para PSA-Peugeot-Citroën con el horizonte puesto en 2026: 1.700 millones de euros anuales para hacer frente a los imprescindibles desafíos tecnológicos. En cuanto a la planta de Figueruelas, donde existía preocupación por su viabilidad, él ha expresado su deseo de visitarla en breve.

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