Méndez, el jueves en Madrid
Méndez, el jueves en Madrid - Ernesto Agudo

Cándido Méndez se aparta y da paso a la refundación de la UGT

El recorte de las subvenciones oficiales fuerza al sindicato a simplificar sus estructuras

MADRID Actualizado: Guardar
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Afinales de noviembre de 2014, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, anunció en público que, tras 22 años en el cargo, «en ningún caso» se presentaría a la reelección en el 42 congreso confederal que se celebraría en la primavera de 2016, un año antes de lo previsto. De esta forma, el veterano líder sindical (64 años) deja la organización cuando la misma va a sufrir un profundo cambio en sus estructuras, uno de los más importantes en sus casi 128 años de historia. «El sindicato tendrá una estructura más sencilla y eficaz, pero donde las federaciones y uniones seguirán teniendo su CIF y sus responsabilidades», subrayó Méndez, quien añadió que de este congreso saldrá una UGT «más austera, transparente y eficaz».

De momento, el 42 congreso confederal, que se celebrará en Madrid entre los días 9 y 12 de este mes, tiene que elegir al nuevo secretario general, el cual, saldrá de entre las tres candidaturas presentadas hasta ahora: la del secretario general de UGT Cataluña, José María Álvarez (59 años de edad); la del secretario general de la Federación de Servicios para la Movilidad y Consumo, Miguel Ángel Cilleros (53) ; y la del secretario general de UGT Canarias, Gustavo Santana (40).

Sería la primera vez en la historia del sindicato que se presentan tres candidaturas. Ni siquiera se han dado muchos casos en los que hubiera dos aspirantes. Lo habitual es la candidatura única. De hecho, Méndez solo ha tenido rival en uno de los siete congresos en los que ha participado desde 1994. Fue justo en el congreso extraordinario celebrado al año siguiente, cuando le ganó el pulso a Manuel Fernández «Lito» por únicamente 62 votos de entre 800 delegados.

De momento, José María Álvarez le ha tendido la mano a Gustavo Santana para formar una única candidatura, «que sería lo mejor para el sindicato», dijo el primero. Sin embargo, el secretario general de UGT en Canarias ha subrayado a ABC que «mantendré mi candidatura hasta el final y no me integraré en ninguna otra».

Cándido Méndez afirma que «es posible aunar experiencia y juventud» en la persona que le vaya a sustituir. Sin embargo, de los tres candidatos solo reúne esas cualidades Miguel Ángel Cilleros. También es el único de ellos que ha encabezado y ha llevado a cabo la difícil fusión de varias federaciones. Méndez no lo ha reconocido nunca en público, pero Cilleros es su preferido. Muchos entendieron que no fue casual que en el preciso momento en el que Cándido Méndez anunció que dejaría la secretaría general, la única persona que le acompañaba en ese acto era precisamente Cilleros.

Tras este 42 congreso, el sindicato culminará su reorganización, que se concreta en la fusión de sus seis federaciones estatales en solo tres: la de Servicios Públicos –integrará la actual de mismo nombre (FSP) y la de Enseñanza (Fete)–, la de Servicios Privados –incluye la de Transporte y Comercio (SMC) y la de Servicios (FS)– y la de Industria –compuesta por metalurgia, maquinaria, bienes de equipo, automoción, construcción, madera y manufacturas (MCA) y agroalimentación, bebidas, tabaco, energía, química, minería, textil y forestal (Fitag)–.

Desde el sindicato mantienen el mensaje de que esta reforma estructural, «la más importante desde 1929», según el candidato favorito, José María Álvarez, responde a los nuevos tiempos de la economía, de la política y de la sociedad. Sin embargo, niegan que responda, como piensa muchos ciudadanos, al drástico recorte de las subvenciones que recibían las organizaciones empresariales y sindicales, a la fuerte caída del número de afiliados y a los escándalos protagonizados por varios de sus dirigentes.

Durante la legislatura de Mariano Rajoy, las generosas subvenciones que recibían los agentes sociales con el Gobierno de Rodríguez Zapatero fueron recortadas en un 50% y se introdujeron importantes cambios en los cursos de formación –una de las principales vías de financiación de la patronal y de los sindicatos–, como la apertura a la competencia de los mismos.

Otro revés que ha sufrido UGT en los últimos años y que ha mermado también sus ingresos ha sido la pérdida de miles de afiliados en los últimos años. En 2015 se fueron 129.000 y, si tomamos como referencia finales de 2010, cuando ABC destapó el escándalo de los ERE fraudulentos en Andalucía, la sangría de afiliados supera los 280.000. Al acabar ese año UGT había alcanzado el récord de 1.209.651 simpatizantes, cifra que bajó a 928.846 al cierre de 2015.

Tal ha sido la asfixia económica de esta organización socialista que se ha visto obligada a despedir a varios cientos de trabajadores aplicando en muchos casos los ERE (expedientes de regulación de empleo) con tan solo 20 días de indemnización que implantó la reforma laboral del PP y que tanto han criticado los propios sindicatos. «Hemos tenido que reducir las plantillas porque estaban sobredimensionadas por el recorte de programas», ha explicado Cándido Méndez.

El secretario general de UGT niega que el descenso del número de afiliados se deba a los escándalos en los que se han visto implicados destacados sindicalistas. Lo achaca a la crisis económica, lo que ha provocado que miles de trabajadores hayan ido al paro. También rechaza que su marcha de la primera línea del sindicato –«aunque cuando me necesiten, allí estaré»–, se deba a los ERE de Andalucía; a las tarjetas «black» de Caja Madrid que le costó el cargo, entre otros, al secretario general de UGT Madrid, José Ricardo Martínez; y a los 1,2 millones de euros que el histórico líder asturiano de la minería Ángel Fernández Villa regularizó ante Hacienda en 2012. Por cierto, un reciente informe de la Guardia Civil apunta que el exdirigente sindical utilizó la organización SOMA-UGT «como pantalla para lucrarse» y calcula que desvió de forma ilegal más de 540.000 euros.

Tampoco hay que olvidar el polvorín que ha sido UGT Andalucía en los últimos años, con la dimisión del secretario general de esa federación, Francisco Fernández (noviembre de 2013), por el uso fraudulento de dinero público de la Junta para cursos de formación; y la marcha de su antecesor en el cargo, Manuel Pastrana (abril de 2013). Tal y como publicó ABC, la federación andaluza que él lidera cargó 12.716 euros de una cena en la feria de abril de Sevilla de 2010 a «reuniones sobre la negociación colectiva». También endosaron la adecuación de un pabellón para una asamblea sindical a fondos para defender a las trabajadoras discriminadas por razón de sexo. En el congreso de UGT Andalucía de 2009, en el que fue reelegido Pastrana, el sindicato regaló a los asistentes 700 maletines de piel falsificados que imitaban un modelo de Salvador Bachiller y realizados en Asia, además de mil bolígrafos. El coste fue de 100.238,73 euros y fue incluido en cuatro subvenciones europeas. Además, la federación andaluza había comprado a Pastrana la vivienda donde residía en Sevilla, un adosado con dos plantas y sótano, por 228.384 euros.

Para evitar nuevos abusos y lavar la deteriorada imagen del sindicato, su comité confederal aprobó en 2012 un código ético, el cual, no parece ser suficiente a la vista de las recientes declaraciones de los tres candidatos. «Queremos una organización sin zonas oscuras y que ponga luz donde no la había», ha dicho José María Álvarez. «Tiene que ser un sindicato transparente, con los bolsillos de cristal», ha afirmado Miguel Ángel Cilleros. «Los altos cargos de la organización deben hacer públicos sus salarios y su patrimonio», declaró a ABC Gustavo Santana.

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